Marcados por las derrotas en importantes partidos ligueros  durante los meses de Noviembre y Diciembre, el Atlético de Madrid comenzaba el año 2017 con un duelo copero. Iba a recibir a Las Palmas y la estrella rojiblanca, Antoine Griezmann, no pasaba por su mejor momento: con su habitual chispa perdida, negado de cara a gol y sin ser influyente en el juego de su equipo. Pero con este nuevo año íbamos a ver como su estado de forma volvía poco a poco a lo que nos tiene acostumbrados. Así, en los primeros 3 partidos del año vimos como marcaba en los dos coperos contra el equipo canario y en el partido liguero contra el Eibar en Ipurua. Volvía a ser decisivo y la confianza del “7” estaba por las nubes otra vez.

Enero seguía y el astro francés iba a ser elegido 3º mejor jugador del 2016 en el premio “The Best” de la FIFA, entre otras cosas gracias a sus buenas actuaciones en Champions y Eurocopa. Con esta recompensa a su buen año, el galo quería demostrar por qué debe seguir en la cúspide del fútbol. Terminaba Enero con 2 dianas más en su cuenta, una de ellas de muy bella factura,-y decisiva-, contra el Athletic de Bilbao: latigazo dese fuera del área que entraba rozando el palo derecho de Iraizoz, gol que permitía a los de Simeone puntuar en San Mamés. Así empezaba Febrero, con la Champions en el horizonte y con el objetivo de dar caza al Sevilla y despegarse de Real Sociedad y Villarreal. Y en este mes Griezmann iba a seguir su progresión al Antoine que todos conocemos y seguiría marcando y siendo decisivo. Y esta vez sus presas eran Barcelona, Bayer Leverkusen y Celta de Vigo.

Contra el actual campeón de Liga y Copa iba a marcar un gol clave para seguir creyendo en el pase a la final de Copa, en un partido que se perdía 0-2 al descanso (siendo la ida) y en el que muchas cosas deberían cambiar para, por lo menos, no hicieran más sangría en el marcador los de Luis Enrique. Pues el guion del partido cambió, gracias en gran medida a que Griezmann empezó a demostrar la estrella que es y los galones que tiene en la escuadra colchonera. Con su gol llegarían con vida al Camp Nou. Entre medias, un partido contra el Leganés en el que Griezmann iba a fallar un penalti y cuyo rechace fue a parar Torres, quien introduciría el balón en la portería de Herrerín. Llegaba el partido de vuelta de la Copa del Rey y el Atleti (y Griezmann) demostraron desde el minuto uno que querían estar en la final, pero aunque el partido fue bueno, el Atleti no consiguió la ansiada remontada. Eso sí, Griezmann iba a ceder un gol a su compatriota Gameiro en los minutos finales y también marcaría un gol que iba a ser anulado (aunque su posición era legal).

13 goles en 19 partidos en lo que llevamos de 2017, que pinta tiene de ser el mejor año goleador de su carrera

Ya estábamos viendo al famoso Griezmann de las diagonales que enamoraron a todos los aficionados atléticos y que tiraba del equipo en momentos importantes. Importantes como el del Celta. Era el minuto 85 y se perdía 1-2 en el Calderón. Terminó 3-2 para los rojiblancos. Primero Carrasco y luego, quien si no, Antoine Griezmann, lograban dar la vuelta al marcador y así no dar por perdida una tercera plaza que se alejaba cada vez más. Y en Champions exhibición rojiblanca contra el Leverkusen y 1 gol más para Griezmman, que se mostraría muy participativo en todo el partido, omnipresente en todas las parcelas del campo. Con esto llegamos a Marzo: 8 goles para Griezmann en lo que va de 2017 y jugando a las mil maravillas. Y en los 19 días que llevamos de mes, el galo daría un golpe sobre la mesa partido tras partido, demostrando que es el mejor del equipo y de los mejores del mundo. Deportivo, Valencia (2 veces), Granada y Sevilla serían sus nuevas presas.

13 goles en 19 partidos en lo que llevamos de 2017, que pinta tiene de ser el mejor año goleador de su carrera (con el objetivo de superar los 32 goles de la temporada pasada) y con la posibilidad de alcanzar el título que todos los colchoneros quieren. Si Griezmann (y el Atleti) sigue jugando así, no cabe duda de que todo es posible.