Sábado de pasión y éxtasis en La Rosaleda

El Málaga cerró su semana grande venciendo al Barça por 2-0 en un encuentro en el que los de Míchel se dejaron el alma y dieron un paso de gigante ante un gris Barça.

Sábado de pasión y éxtasis en La Rosaleda
Sábado de pasión y éxtasis en La Rosaleda
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Por Carlos Sánchez

Sábado de pasión y la ciudad de Málaga preparándose para su semana grande, una semana de fe y esperanza y que vio el primer "milagro" en La Rosaleda gracias a una especies de dioses que se transformaron durante 90 minutos en futbolistas. El Málaga completó una semana perfecta tras la victoria ante el Sporting, cierra la semana de la mejor manera posible, ganando al FC Barcelona y dando un paso de gigante hacia la permanencia.

Los hombres de Míchel llegaron al encuentro con la moral por las nubes, las ideas muy claras y sin absolutamente nada que perder, sabiendo de sobra que el Málaga es de los equipos que más complicado le ponen las cosas al Barça en los últimos tiempo, sin ir más lejos, el Barça con todo su arsenal ofensivo, no ha sido capaz de marcarle al Málaga en ninguno de los dos partidos disputados esta temporada, algo heróico para un club como el Málaga que lucha por seguir en la élite del fútbol español.

El partido comenzaría con el guión esperado, el Barça claro dominador del juego y el Málaga agazapado atrás para tratar de hacer daño a la contra, un planteamiento arriesgado pero que resultó ser efectivo. A pesar de que el Barça pudo marcar pronto, los blanquiazules salieron al partido muy metido en el encuentro y tacticamente, Míchel pasó por encima de Luis Enrique como si se tratase de un tanque sobre un mini. El Málaga se replegaba atrás y ahogaba al Barça en tres cuartos de campo, axfisiando a Messi y Neymar con constantes dos contra uno, algo que el Barça no supo superar en todo el encuentro.

A medida que pasaban los minutos, el Málaga se hacía más fuerte y creía en su planteamiento a pesar de que apenas inquietaba al Barça, pero no se necesitó ni media ocasión para poner el 1-0 gracias a un gran pase de Juankar y a una carrera espectacular de Sandro, que no tuvo piedad ante su ex-equipo y batió por bajo a ter Stegen. El conjunto culé ni se lo creía. Con ese resultado, se llegaría al descanso y la parroquia blanquiazul creía de verdad en la victoria.

Exhibición del Málaga en el segundo tiempo

Tras la reanudación, el Barça se puso "serio" y Luis Enrique dio entrada a Iniesta para tratar de desatascar el partido, pero una y otra vez las acometidas culés acababa en la muralla formada por Luis Hernández y Llorente, aunque durante 90 minutos parecía que les había poseído los espiritus de Baresi y Maldini, tremendo. Camacho, Fornals y Recio se juntaban para anular al Barça y en ataque la movían rápido y con precisión, mientras Juanpi y Sandro no paraban de correr y luchas todas en ataque. A pesar del trabajo defensivo del Málaga, el Barça tuvo buenas ocasiones para empatar, pero una vez traspasaba la defensa, siempre se encontraba con un Kameni que en partidos de estas características se crece.

Los minutos pasaban y el Barça apretaba a la par que se desquiciaba, tanto es así que Neymar decidió autoexpulsarse con una entrada tan dura como innecesaria sobre Llorente. El brasileño abandonaba el terreno de juego con la cabeza agachada y sin protestar. Eso le dio alas al Málaga, que volvía a intentar a la contra, pero Juanpi no definió bien ante ter Stegen. La Rosaleda no creía lo que veía, tanto es así que hasta vio jugar a Peñaranda, lo cual es algo muy fuera de lo común, aunque el venezolano más que ilusionar, decepcionó a la afición.

El encuentro agonizaba y los malaguistas veían muy cerca la victoria, pero aún seguía sufriendo, pero todo ese sufrimiento se acabaría con el segundo tanto, el séptimo de caballería blanquiazul mataba el encuentro con una contra de manual en la que Fornals lo deja todo hecho para que Jony marque y llevase el delirio a la grada. La Rosaleda no podía creerlo y es que en unos días ha pasado de juga runa final por el descenso a estar ya con pie y medio salvado.

Hemos alabado a la actitud de los jugadores, la calma con la que se jugó, las vertiginosas contras y por último, hay que alabar al hombre que ha despertado la ilusión en el malaguismo, Míchel. El técnico llegó al Málaga y se encontró con un equipo roto y hundido y a pesar de que le costó dar con la tecla definitiva, parece que el madrileño lo ha conseguido y acerca bastante al Málaga a la permanencia