El Málaga CF llegó a la final de la Copa de Campeones tras haber firmado un excelente torneo. En el encuentro inaugural se impuso por un contundente 4-2 al FC Barcelona y en semifinales por 2-3 al anfitrión, el RC Celta de Vigo.
El cuadro de La Academia MCF rozó con los dedos una proeza histórica. Los juveniles blanquiazules, en estos momentos contrariados, probablemente recordarán con orgullo el formidable papel que han rubricado en esta copa. Un tanto de libre directo en el 115’, como tantos habían anotado en sus remontadas, acabaría con la culminación del título, pero no con su gran trabajo.
En cuanto al encuentro, la igualdad imperó en la primera mitad. Malaguistas y madridistas se repartieron ocasiones y posesión en los primeros 45 minutos del partido. La zaga blanquiazul desarticuló los envites rivales y la zaga visitante hizo lo propio con los ataques del Málaga CF.
Álex Robles dispuso de la ocasión más clara para inaugurar el marcador en el 27’. El lateral superó al guardameta Belman tras una mala salida de éste, pero en el momento de ejecutar se quedó sin ángulo y su disparo se paseó por el área paralelo a la línea de cal.
El madridista Martín vio una segunda tarjeta amarilla por una dura entrada en el centro del campo que le supuso la expulsión en el 31’. Con el resultado inicial de 0-0 se llegó al descanso.
La segunda mitad, fue una réplica de la primera. Ambos conjuntos no escatimaron en esfuerzos por inaugurar el marcador, pero las expeditivas defensas se mostraron inexpugnables. En los últimos compases del tiempo reglamentario, los malaguistas dispusieron de varias opciones para ponerse por delante; Joel y Eppy pusieron a prueba los reflejos del cancerbero madridista y José Carlos estrelló en el larguero un derechazo en el minuto 88. Finalmente, la ausencia de goles llevó el partido a la prórroga.
En el tramo añadido, los dos equipos trataron de mantener el ritmo. Sin embargo, el conjunto blanco anotó el 0-1 en el 115’ por mediación de Óscar. El tanto sería, a la postre, lo que determinó el resultado final del encuentro.
Con este partido finaliza el brillante periplo malaguista que termina con cierto sabor agridulce, pero los malaguistas pueden presumir del continuar siendo un referente en el fútbol base nacional.