Domingo de fútbol en la capital de Castilla y Leon. Después del decepcionante empate del primer equipo del Real Valladolid ante el Zaragoza, solo dos horas después del pitido final del partido de Segunda División volvía a rodar el esférico en los campos del Estadio José Zorrilla. En los Anexos se citaron los cachorros blanquivioletas y el Ponevedra CF con tres puntos en juego que para los locales supondrían poner fin a una racha de cinco partidos sin ganar, para los visitantes continuar su andadura hacia los puestos de ascenso directo.

Arranque fulgurante

Los equipos saltaban al verde de los Anexos con cambios en sus onces titulares con respecto al partido anterior. Los dos técnicos galllegos mostraron esquemas distintos, apostando Luisito por una defensa de tres, por lo que el apartado táctico es el que dilucidaría un vencedor. Albés devolvió a Anuar, Mayoral e Higinio a la partida inicial. Mientras, su homologo granate, optó por alinear en defensa a Portela y Loureiro, ausentes en la última cita de los gallegos como Abel, que volvía al ataque acompañando a Alex González.

Higinio adelantó a los locales desde los once metros

Con el pitido inicial dieron comienzo las hostilidades. Sorprendió la motivación con la que salieron los blanquivioletas, ya que en solo 15 minutos Zambrano, Royo y Mayoral obligaron a Edu a dar lo mejor de sí para salvar a la escuadra gallega, que se vio muy superada en el arranque. Se consumó la sorpresa en el ecuador de la primera parte. El colegiado madrileño señaló el punto de penalti para alegría de la afición local.  Higinio mando el balón a las mallas con un disparo seco y raso a la izquierda de Edu, engañando por completo al guardameta granate que esperaba el lanzamiento al otro poste.

Poco duró la algarabía blanquivioleta. El Pontevedra no se vino abajo y saco de centro con la intención de igualar la contienda cuanto antes. La recompensa la encontró solo cinco minutos más tarde, cuando Jacobo Trigo remató a gol en el segundo palo un corner servido desde la izquierda. El remate fue imposible para el meta blanquivioleta, que nada pudo hacer ante el disparo del ex del Logroñés. El tanto del pivote vigués fue un soplo de aire fresco para los visitantes, que a partir de la igualada recobraron la confianza para sacar petróleo de los Anexos del José Zorilla, pero fue el Valladolid el que de nuevo y por medio de Higinio tuvo la oportunidad de desnivelar la balanza por dos veces antes de acabar la primera parte.

Más penaltis contra el Ponte

Volvió a rodar el cuero con los dos equipos volcados. Fueron los de Luisito los que salieron con más ganas del túnel de vestuarios, que pudieron sorprender en el minuto 48 con un mano a mano de Trigo que desbarató brillantemente un Dani Hernández imperial. Con la falta ade acierto, Luisito realizó cambios para exprimir más intensidad a su equipo, poro solo logró endurecer el juego. 

El partido empezó a relajarse y ambos equipos trataron de temporalizar el juego en el centro del campo, lo que termino con las idas y venidas que se sucedieron durante la primera parte. Cuando más nivelado parecía el encuentro, el colegiado madrileño volvió a señalar los once metros a favor del Pucela por una mano de la defensa granota. Higinio volvió a asumir la responsabilidad al hacerse con el esférico y de nuevo superó a Edu Sousa, que esta vez adivinó la intención del ariete pero no pudo llegar al disparo ajustado a la derecha, al mismo sitio que en el primer gol blanquivioleta.

Otra pena maxima transformada por Higinio dio los tres puntos al Valladolid B

 El guión fue idéntico al de la primera parte, ya que la reacción de los gallegos fue inmediata y de nuevo Trigo, muy activo todo el encuentro, envió el balón al interior de la portería de Dani, pero el tanto no subió al marcador al ser invalidada la jugada por fuera de juego, muy protestado desde el banquillo visitante. Pero no era el día de los granates, que apenas gozaron de más ocasiones ante un Valladolid B muy bien plantado y con un Calero que a cada partido se agranda más y demuestras ser un gran central que seca a todos los delanteros rivales. Iván Martín pudo sentenciar en el último minuto, pero su disparo no encontró buen puerto.

Con el final del partido los pupilos de Rubén Albés se reencontraron con la victoria en la que quizá era la fecha más inesperada para ello. Los dos tantos de Higino devolvieron la alegría a los aficionados vallisoletanos que llevaban dos partidos sin ver un gol de su equipo en los Anexos. Los de Luisito fueron la otra cara de la moneda al demostrar una imagen muy pobre en ataque, donde solo un sorprendente Jacobo Trigo puso en aprietos al cancerbero pucelano. Con la victoria el filial blanquivioleta se despega de la zona de peligro, mientras que el club pontevedrés ve un poco más lejos a Racing y Cultu. Aún les queda mucho que roer a los dos equipos.