En una rueda de prensa celebrada la tarde del 21 de marzo en el Megapark Café de Barakaldo, un visiblemente emocionado David Movilla explicó su versión de los hechos acontecidos durante las últimas semanas en el Barakaldo C.F. que acabaron con su destitución de la entidad gualdinegra, y de las noticias que aparecieron en algunos medios y que, tal y como él dijo, “difieren bastante de la realidad”.

Con absoluto respeto en todo momento al club que dirigió hasta el 13 de marzo -“por encima de las personas está el club”, argumentó- convocó la rueda de prensa en esta fecha porque considera que los temas extradeportivos deben tratarse los primeros días de la semana para no interferir en la preparación de los partidos. El entrenador de Romo basó su defensa en los motivos dados por la directiva del Barakaldo C.F. para justificar su despido.

Siento que he estado durante 21 meses trabajando sin ningún reproche de la directiva que continúa dirigiendo el club: sin ninguna crítica, sin saber en qué me equivocaba, y la primera muestra de malestar hacia mis funciones ha terminado con mi despido, sin tener la oportunidad de argumentar, reconocer, enderezar o disculparme de los errores que haya podido cometer, que seguro han sido muchos pero nunca malintencionados. Siendo conocedor de las intenciones de parte de la directiva, que querían que dimitiera, o estaban buscando algún motivo que justificara mi inminente destitución, cualquier decisión que tomara tenía un único fin, era consciente de ello”, reflexionó sobre su despido, en una frase que podría definirse como el perfecto resumen de toda su comparecencia.

Pese a esto, el entrenador bizkaino anunció que no tomará medidas legales de momento, porque considera que “hablando se entiende a la gente” y que pretende “explotar” todas las vías de comunicación posibles “sin llegar a ese extremo" (el de la denuncia) para resolver los términos económicos de su contrato que, como él mismo anunció, no quiere que suponga una carga para el socio del Barakaldo C.F.

Tras señalar que había sido nombrado manager general deportivo después de que Iñaki Zurimendi fuese cuestionado como director deportivo, y demostrar que una de sus funciones era crear un organigrama para el óptimo funcionamiento del club, apuntó que en ningún momento se había extralimitado en sus funciones de mánager, para añadir después “nunca he hecho nada que no se me haya pedido que haga”, para posteriormente constatar que todas las tareas ajenas a lo meramente deportivo que realizó durante estos 21 meses, fueron reclamadas por la junta directiva. “Me parece poco ético solicitar a un empleado a realizar ciertas acciones ajenas a su responsabilidad y luego utilizarlo como su argumento principal para su posterior despido”, declaró al respecto poco después.

En este sentido, declaró que el propio club y el presidente le solicitaron que realizara esta labor, y que pese a sus reticencias iniciales, la aceptó, al igual que los tres años de contrato que le pusieron sobre la mesa, con la condición de que a Iñaki Zurimendi se le renovara el contrato por el mismo número de temporadas. Posteriormente, deslizó que dicha renovación se realizó a instancias de la opinión del presidente. “Visto lo ocurrido ahora, teníamos que haber elegido un camino diferente”, reiteró.

Sobre la nueva función de Zurimendi, el propio Movilla desveló que él mismo le ofreció tres opciones: que pasara a ser secretario técnico, arguyendo la incompatibilidad con su otro trabajo como causa de esta degradación; seguir siendo director deportivo, “con la exigencia de estar trabajando mañana y tarde, como este club requería” e incluso la de dimitir de todas sus funciones “para que él [Zurimendi] siguiera ostentando el cargo”. Poco después, el entrenador de Romo declaró que “no podemos exigir a los futbolistas si no nos exigimos a nosotros mismos” y que “nos pagan por una disponibilidad. Este club requiere la máxima exigencia para crecer, de lo contrario estamos abocados a estar otros 30 años en Segunda B”.

Tras una serie de divergencias internas entre ambos, David Movilla trató de solucionar de manera interna “asuntos de cierta gravedad” con Zurimendi en varias reuniones que ambos realizaron. Pero este mes de enero, el propio Zurimendi puso en manos de la junta directiva un informe que el entrenador vizcaíno califica como “de auténtica vergüenza” por el hecho de “orientar una información con fines poco éticos”, ya que según él, “en todo momento se falta a la verdad”.

Tras este informe, la junta directiva le propuso pasar de nuevo a ser entrenador únicamente, pero el propio Movilla solicitó “insistentemente” dar su versión de los hechos, aunque la propia junta le remitió a que lo realizara únicamente por escrito. Entregado este documento, volvió a solicitar “la posibilidad de esclarecer lo ocurrido”, pero nuevamente, la respuesta fue negativa. “Lo único que pedía era la posibilidad de que supieran mi versión”, añadió al respecto, mostrando un documento donde “puntualizaba” y “dejaba en evidencia” el informe realizado por Zurimendi. Dicho documento incluía conversaciones con varias personas de distintos ámbitos, y tal y como él mismo dijo, en ningún momento pudo defenderse ante la directiva.

“Mi forma de actuar es: siempre ir de frente y resolver los problemas de forma interna”, continuó Movilla, “he sido atacado, desprestigiado y acusado ante la junta directiva y distintos personajes del mundo del fútbol”, concluyó.

También confirmó que “en ningún momento” se había enfrentado a la junta directiva y que siempre había mostrado el máximo respeto por dicho organismo. “La única comunicación a la junta directiva que tenía comunicaciones graves sobre un empleado era el ya mencionado informe, relativas a Iñaki Zurimendi”, explicó, “también desconozco a quien se refiere el presidente del Barakaldo al decir empleados, en plural, cuando debería haber dicho empleado, en singular”, señaló después, emplazando al presidente del Barakaldo a dar explicaciones, para concluir recalcando la gravedad de dichas acusaciones.

Antes de los agradecimientos, David Movilla reflexionó sobre la situación, creyendo en primer lugar que todos los errores que pudo cometer en el ejercicio de sus funciones “fueron con la mejor de las intenciones, por el bien del Barakaldo, su mejora y su desarrollo” y asumiendo que “el nivel de exigencia” que se puso a sí mismo y a las personas que trabajaron con él este tiempo “pudieron conducir a fricciones que a veces cuesta reconducirlas” para declarar posteriormente que “depende de las dos partes el poder reconducirlas”.

Sobre su situación en los últimos meses y su futuro, el entrenador bizkaino lamentó “profundamente” “las acusaciones orquestadas, que parecen de barra de bar, que circulan por todos los corrillos futbolísticos, con fines que solo los que los han comenzado sabrán y que deberán demostrarlos en las instancias pertinentes”, añadiendo posteriormente que tomará las medidas necesarias contra todas las acusaciones que “de una manera u otra” dañen su honorabilidad tras reconocer que en las últimas semanas ha sido vilipendiado por varias personas que, “por lo visto, llevan tiempo esperando el momento adecuado para hacerlo”.

“Para mí ser entrenador no es un trabajo. Es mi pasión, mi hobby y mi ilusión” declaró Movilla, “y he tenido que sacrificar muchas cosas para cumplir mi sueño. En los últimos 11 años me he dejado literalmente media vida, unas 12 horas al día de lunes a domingo, para poder seguir avanzando en los clubs donde he estado, siempre de su mano, porque entiendo que es la única manera para alguien que no ha jugado al fútbol de manera profesional” añadió, para posteriormente reconocer que durante los próximos meses se dedicará a descansar y devolver a su familia y amigos parte del tiempo que les negó, no sin antes reconocer que todas las acusaciones antes mencionadas mermarán su futuro en los banquillos. “Cuando alguien difama, algo queda”, señaló al respecto.

Finalmente, agradeció al Barakaldo “por darle la oportunidad de dirigir un club centenario”, a los medios que siguen habitualmente al club, y tanto a los directivos dimitidos –a los que agradeció su pasión por los colores- como a los que continúan – instándoles a llevar al Barakaldo “al lugar donde le pertenece”; a los jugadores -“sin su calidad y trabajo nada de lo que he vivido podría haber sido realidad”- así como a su cuerpo técnico, a los que agradeció haber podido compartir esos momentos.

Pero tampoco se olvidó de otros empleados del club como, los jardineros, los responsables de mantenimiento del club, el conductor o los miembros de la limpieza.

Visiblemente emocionado, se dirigió a la masa social -"especialmente a las peñas"- del club para agradecerles tanto las muestras de cariño recibidas como las críticas, porque era consciente de que lo hacían con sentimiento. “Cuando algo se hace desde el corazón, se merece todo mi respeto”, reiteró.

Finalmente, declaró que la afición del Barakaldo le había ganado para siempre y que siente los colores gualdinegros como propios. “Allá donde esté, seguiré al Barakaldo, nuestras derrotas serán sentidas y los éxitos que lleguen serán mi alegría”, destacó, para posteriormente reconocer que parte de ese sentimiento está relacionado con que tanto él en su trabajo como la afición fabril son muy pasionales y que parte de ese sentimiento de cariño reside en el hecho de compartir pasión.

Rueda de prensa completa a continuación (fuente: Tele 7):

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