Sestao y Fuenlabrada afrontaban el partido en situaciones tremendamente desiguales. Lo que para unos era la despedida de la temporada y de la Segunda B en su feudo, para otros era una absoluta final por los Playoffs. Una final que estaba servida con el aliciente de que los sestaotarras serían jueces de la fase de ascenso como ya lo fueron la semana pasada en Sarriena.

Un encuentro no podía comenzar de otra manera que con un Fuenlabrada imprimiendo un ritmo frenético y el Sestao resistiendo sus acometidas. Con la velocidad de Yaw, el ímpetu de Cervero y el hambre de Dioni como puntas de lanza, varias fueron las 'chances' de gol en los primeros minutos. 

Dioni firma un comienzo de ensueño

Los de Calderón rondaban el gol hasta que en el minuto 19, quién sino, Dioni Villalba, hacía el primero. Un tanto que ponía pie y medio en los playoffs al 'Fuenla' acompañado además de las momentáneas derrotas del Majadahonda y del Leioa.

Y apenas unos minutos después, continuaba el sueño azulón: Yaw, de jugada individual, abría aún más distancia en el partido y en la tabla con sus perseguidores (0-2).

Con el paso de los minutos, el Fuenlabrada reculó un poco en campo propio, ya solo tenían que guardar su ventaja para ser de playoffs, el trabajo ya estaba hecho. Así, el Sestao ganaba terreno y se venía arriba con jugadores como Yanis o Rodri, pero siempre sin amenazar la meta defendida por Pol. 

Los playoffs son un hecho

Tras el paso por vestuarios, el panorama seguía igual de claro para los fuenlabreños. Un Sestao insistente, pero desafortunado, clara muestra de lo que ha sido su temporada; y un Fuenlabrada firme que solo quería ver pasar y pasar el minutero. En el 55' de juego, Yaw tendría otra gran ocasión para sentenciar, pero el ghanés mandó fuera el envío de Dioni.

Con el paso de los minutos y con las grandes noticias que llegaban desde otros campos (empate de todos los rivales directos), el sueño del 'Fuenlabrada' que comenzaba allá por el mes de agosto iba cogiendo solidez hasta un pitido final que sonó como nunca en todos corazones azulones. El sueño de Segunda está vivo, más que nunca.

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