La misma historia de los últimos tiempos. El Villarreal de Escribá se ha vuelto a atascar en casa ante un rival netamente inferior, el Submarino lo intentó de todas las maneras posibles, pero la falta de nervio a la hora de atacar ha impedido ver un gol a lo largo de los 90 minutos. El conjunto amarillo fue un conjunto demasiado plano que realmente en ningún momento del partido daba la sensación de poder ganar el encuentro, de hecho el Deportivo por segundo año consecutivo logra la salvación en el Estadio de la Cerámica, mientras el Villarreal deberá ganar en Mestalla para certificar el quinto puesto.

Fuente | PhotoSilver
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Desde el pitido inicial de Gil Manzano, el guión del partido estaba bastante claro, un Deportivo encerrado atrás con mucha presión debido a que se jugaba la permanencia y un Villarreal que a pesar de tener el balón, no sabía que hacer con él. Los futbolistas amarillos tocaban el balón hasta la saciedad esperando un pase magistral de Bruno o alguna genialidad de Bakambu, pero lo cierto es que el conjunto blanquiazul estuvo muy cómodo aguantando sin demasiado problemas. Un aspecto que llamó la atención fue la poca capacidad de encarar de jugadores como Castillejo, el malagueño teniendo cualidades para ello, pocas veces intentaba diblar a los defensas blanquiazules.

Los segundos 45 minutos fue la misma historia, el conjunto blanquiazul renunció completamente al ataque y el Villarreal lo intentó de todas las manera posibles, pero sus jugadas eran demasiado planas y previsibles. Todo se dejaba a un gol que tapara las carencias del Submarino, en la única ocasión prácticamente del encuentro Bakambu erró al conectar un gran centro de Jaume Costa. El partido acababa con el Deportivo celebrando la permanencia en el césped y el Villarreal decepcionado porque a pesar de los resultados, las sensaciones en el  final de temporada con Escribá a los mandos no son demasiado halagüeñas.