Lloró. No pudo evitarlo cuando vio que el balón entraba en la portería. Y con él se emocionó gran parte de la afición amarilla. 10 meses después, Denis Cheryshev volvía a vestirse de corto para pisar un terreno de juego, y lo hizo anotando un gol. Seguro que se convertirá en uno de los más importantes de su carrera. No es un gol más. Significa mucho más.
Desde que regresó a la disciplina amarilla en junio de 2016, el ruso no anotó ni un solo gol, y además, no contó con la continuidad necesaria por culpa de las lesiones. Un calvario para un jugador que peleó por regresar al Submarino, y que, consciente del esfuerzo que había hecho el club por él y el cariño que le continuaba guardando la afición, quería demostrar lo antes posible que podía aportar mucho a este equipo. No fue posible. Hasta hoy.
Tras marcar, solo pudo llorar
Muchas cosas se le debieron pasar por la cabeza al hispano-ruso en ese instante. Tal vez los meses de recuperación en el gimnasio, viendo como sus compañeros debían salir a jugar cada semana, mientras él no podía hacer nada. Meses de incertidumbre, pues cada vez que parecía recuperado volvía a recaer. Meses de sacrificio, por recuperarse en vez de pasar el tiempo libre con sus familiares. Y en ese momento, solo pudo correr, mirar a su afición, la que celebraba más que nadie su regreso y ese gol, señalar al cielo y caer al césped. Cayó de rodillas, boca abajo, mientras no podía contenerse más. Y llegaron sus compañeros. Ellos sabían bien lo que significaba ese gol, y se pusieron encima de él. Terminando de darle el apoyo y el cariño que han estado dándole cada día. Jaume Costa fue el primero en llegar. Un abrazo que emocionó a todo el Estadio de la Cerámica.
Denis Cheryshev nunca perdió la sonrisa. Parecía que nada podía borrársela. Con la positividad siempre por delante, el centrocampista ha peleado por poder hacer realidad este regreso. Pero hoy no pudo más. Y lloró. Como lo hacen los grandes cuando regresan. Tampoco pudo ocultar su satisfacción al acabar el partido. “Estoy muy emocionado. Lo he estado desde que llegué al estadio. Hacía mucho que no me sentía así y ha sido muy bonito”, confesaba en zona mixta. Y allí, en esa zona mixta ya había recuperado la sonrisa que le caracteriza. Nadie podía quitársela.
Ahora toca hablar de su regreso, de ese gol, y de lo que puede significar para el equipo que Cheryshev vuelva a estar disponible. Desborde, centro, velocidad… pero ha sido un camino duro. Desde el botón de reiniciar, empieza una nueva etapa para el ruso en el Villarreal. Y lo hace con lágrimas. Por lo vivido. Por lo sufrido. Y también por la emoción que ha sentido hoy el estadio con esas lágrimas. Sin duda, un día inolvidable para Denis Cheryshev.