La "cruzada y los enemigos de España" en la educación franquista
Aula franquista | (Foto:Historiasdelfranquismo.blogspot.com).

"Si el líder dice de tal evento que esto no ocurrió, pues no ocurrió. Si dice que dos y dos son cinco, pues dos y dos son cinco. Esta perspectiva me preocupa más que las bombas", con esta frase expresaba George Orwell en vanagloriada novela "1984" su miedo a la manipulación informativa y al aprendizaje de ese falso catecismo.

En España el uso de la terminología ha servido como arma, más poderosa si cabe que las de fuego, en los conflictos que se han dado durante todo el S. XX, aunque en el régimen franquista el control por el lenguaje utilizado fue especialmente notable. Desde el aprendizaje obligatorio del “Cara al sol” a la especial atención que merecía en las escuelas el catecismo, las cuatro décadas de dictadura incidieron en el lenguaje, la simbología de determinados conceptos así como la quema de palabras que calcinaron capítulos enteros de la historia española.

No hubo guerra sino cruzada

“Alzamiento nacional”, “golpe de estado al legítimo gobierno de la República” o “guerra civil” son algunos de los términos con los que se hace referencia hoy en día al levantamiento del bando franquista contra el gobierno Republicano. Sin embargo durante cuarenta años se omitieron estos términos en los libros de texto sustituyéndolos por el concepto de “cruzada”. Aparece en  1933, anteriormente a la unión de Falange y JONS, donde se postulaba que habrían de conseguir “una cruzada a cuantos españoles quieran el resurgimiento de una España grande, libre, justa y genuina.”

Sin centrarnos en las disputas en las que desembocó el origen de este término entre los seguidores de las JONS y Falange, defendiendo la segunda un movimiento nacional-sindicalista que no tuviese a la iglesia compartiendo el cetro político, en los libros de historia la cruzada de 1936 era un hecho.

El levantamiento nacional habría tenido un espíritu de cruzada, según los libros de texto

Francisco Torres García, nos recuerda que este término cayó en desuso a partir de los años 70 pero que libros como los de Blas Piñar, quien fuese presidente de Fuerza Nueva, sacan a la luz documentos que se han querido ocultar para no relacionar el bando franquista con la iglesia católica. Según éste, fueron los propios Pío XI, Pío XII y Juan XXIII quienes dieron a la guerra civil un carácter de cruzada y que tanto los vencedores como los vencidos, sin especificar ahora cual es cual, lo han borrado en las décadas de la transición.

En los textos de bachillerato de 1953 se refleja aún la situación de posguerra donde se da un sentido a la “guerra de liberación” con  las siguientes palabras: “El alzamiento nacional no fue un grito de guerra civil cualquiera. Tuvo, ante todo, el espíritu de cruzada en defensa de la civilización cristiana y occidental amenazada por la barbarie comunista.” En este texto bien podemos observar la huida que se produce del concepto “guerra civil” tan temido desde el poder. Aparecen los dos enemigos que el régimen franquista utilizará durante sus casi cuarenta años para sostener su poder: El ateísmo y el comunismo.

  

Buenos y malos españoles

Muy interesante es también la denominación de ambos bandos durante estos años, en el Plan de 1953 encontramos una afectividad y encumbramiento de los vencedores así como el desprecio hacia los vencidos, siendo identificados como “los buenos españoles” y los “enemigos de España”.  En otro texto dentro de los libros de este plan de educación los términos son más directos los “españoles dignos”, “patrióticas milicias” y “hermanos nuestros”, refiriéndose al bando franquista frente a los “rojos”.Aunque si bien es cierto a partir de este momento nace la idea de “bando nacional” que ha llegado hasta nuestros días, nuestros libros y nuestras escuelas. Los “rojos” son alejados incluso de la condición humana dentro de la escuela con deferencias a “hemos de limpiar de rojos el estrechos”.

En los libros de bachillerato se diferenciaba entre "españoles dignos" y "rojos"

En el Plan de educación de 1957 se produce una ruptura en relación a la terminología que desembocará en tres corrientes muy alejadas entre sí. La primera postura es la continuación de los “nacionales-rojos”, en la segunda se muestra una pequeña evolución que aún no tiene claro la nueva terminología pero entiende que debe variarse. Y la tercera se decide a cambiar la terminología, abandonar definitivamente “nacionales-rojos” e imbuirse en nuevos conceptos poco expresivos. Esta manifestación se da al sustituir “rojos” por “republicanos” o hablar de lo antes denominado “zona roja” a “fuerzas del Frente Popular”. La definición de Álvarez Osés para explicar este cambio es muy acertada “La óptica que en ello se manifiesta sigue siendo la del bando vencedor, pero los enemigos han vuelto al campo de la humanidad.

El cambio de la terminología

Mayor evolución se llevará a cabo durante el Plan de 1967 donde ya se recogen  éste en el 70% de los textos las elecciones celebradas en Febrero del 36 que dieron la victoria al Frente Popular, pero todos sin excepción ofreciendo una situación caótica que se vivió durante esos meses. Cabe destacar la alusión que hace Álvarez Osés a un par de autores, Vergés y Vicens Vives que no solo culpan a la izquierda del descontrol y la entrada en la guerra sino que aluden a “otros grupos” definiendo el periodo anterior como “Fase de excitación política y de odio entre partidos y personas que habría de conducir a la guerra” y “Una oleada de atentados que hicieron la atmósfera irrespirable”

Los años 70 pretendieron romper con la dicotomía entre buenos y malos, rojos y nacionales, tanto en la terminología como en la forma de presentar los hechos. Se diluye la práctica hecho-consecuencia en la materia de historia y se intenta ir más allá, analizando los procesos y evolucionando hacia una nueva mentalidad para cambiar lo que se contó del pasado.

Notable es también que se aluda en muchos libros ya al asesinato del teniente Castillo aunque Calvo Sotelo continuará sustentando su protagonismo. Ahora aparece la guerra en una terminología neutral, muy lejos de los años 40 y 50 cuando no solo se presenta como “alzamiento nacional” sino que no se menciona el conflicto nada más que para alabar la predisposición de las tropas a “liberar a España”. El 50% de los textos titularán este apartado como “Guerra civil” y el otro 50%, siguiendo el programa oficial, se refieren a él como “La guerra de España”.

FUENTES

REDONDO, Gonzalo. Historia de la iglesia en España (1931-39). Tomo II. Ed. Rialph, Madrid (1993)

ÁLVAREZ OSÉS, José Antonio. La guerra que aprendieron los españoles: República y guerra civil en los textos de bachillerato (1938-1983). Ed. Los libros de Catarata, Madrid (2000)

PRIETO, Carlos.: La Guerra civil fue una cruzada y una guerra de liberación. El Público. 26/6/2011

BOLADO ÁLVAREZ, Alfonso. Para ganar la guerra, para ganar la paz. Universidad de Comillas. Asturias.

TORRES GARCÍA, Francisco: ¿Cruzada o simple guerra civil? Publicado en el Diario Ya. 5/11/2012

VAVEL Logo