Infiltrada en el ejército
Retrato de James Barry. (Foto: feminismo.about.com)

El de James Barry es un caso muy peculiar en la historia. Nació en Belfast (Irlanda de Norte) en 1795. El joven fue aceptado en 1809 para estudiar medicina en la universidad de Edimburgo y al finalizar estos estudios ejerció de asistente de hospital del ejército Británico en la batalla de Waterloo y, posteriormente, en la India y Sudáfrica. Estando en Sudáfrica fue ascendido a Inspector Médico llevando a cabo grandes labores, entre ellas está una de las primeras cesáreas realizadas con éxito de las que se tienen constancia.

En 1828 nuestro peculiar personaje abandona Sudáfrica y se traslada a diversos destinos como: Islas Mauricio, Trinidad y Tobago y la Isla de Santa Helena. En estos destinos ejerce de Inspector General, pero diferencias políticas en la isla donde pereció Napoleón hacen que se degrade a cirujano de campo en las indias Occidentales. La fiebre amarilla le obliga a regresar a Gran Bretaña donde se decía que era uno de los mejores médicos del reino. Finalmente se retiró en 1864 y murió un año después.

Hasta aquí puede ser la biografía de “cualquier” médico del ejército inglés, pero tras su muerte llegó la polémica noticia ya que, al llegar a preparar el cadáver, se dan cuenta que en realidad James Barry era una mujer,  incluso se dice que había signos de que podía haber estado embarazada en algún momento de su vida. Lo curioso del caso es que el propio doctor dejó escrito en el testamento su expreso deseo de no realizarle ninguna prueba post mortem, cosa que llamó mucho la atención de las enfermeras que le trataron. La polémica noticia llegó al ejército y muchos compañeros afirmaron que tenían sospechas de que su doctor podía ser una mujer, pero les parecía una idea descabellada.

El motivo que llevó a esta mujer a la mentira fue muy claro: “James Barry” quería ser médico, pero en aquella época no se admitían a mujeres en las universidades para estudiar medicina, hecho que provocó que nuestra “Mulán” particular tomará la drástica decisión de hacerse pasar por un varón el resto de su vida. Tras el revuelo montado alrededor de esta mujer, fue enterrada en el cementerio de Kensal Green bajo el nombre de James Barry y con su rango oficial. Se conoce que su verdadero nombre era Miranda Stuart.

La historia del Dr. Barry ha sido recogida en diversos libros y es una muestra del ingenio de las mujeres de la época para llegar a los lugares que tenían vetados de nacimiento por el mero hecho de nacer siendo una mujer. 

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