Los espejos guardan el pasado, pero a la vez tienen el conocimiento del futuro. A través del órgano de la visión, sinónimo de conocimiento, se convierte en un símbolo de sabiduría, un instrumento de erudición, a través del cual podemos contactar con el más allá pues se convierte en parte de él, o bien llegar directamente al mundo de los dioses y finalmente como se introducía pueden revelar nuestro destino.
Los espejos y el mundo sobrenatural
El otro lado del espejo es la puerta al más allá. Considerados así en muchas culturas, paso entre un mundo y otro, constituyendo el reflejo de la muerte, de la vida de ultratumba, de lo que hay tras la desaparición del cuerpo carnal. Y así sucede en culturas como la maya clásica que al situar el inframundo detrás de una capa de agua, realizan el símil con un espejo, considerándolo su equivalente.
Por otra parte, están las creencias de que existe un vínculo mágico entre el ser y el reflejo. Los espejos son capaces de atrapar el alma o la fuerza vital del hombre y además los demonios o seres sobrenaturales se van a descubrir porque no proyectan su imagen en el espejo.
Y es curioso porque cualquier cultura, incluso las que actualmente son capaces de vivir más de acuerdo a su tradición y más alejadas de lo que podemos considerar mundo civilizado, tiene un gran respeto hacia los espejos. No quiere decir que históricamente el hombre primitivo no supiera como era su reflejo, ya que la imagen personal se adivinaba al mirarse en el agua. Era más el poder portar el reflejo, las entradas a otros niveles, lo que infringía un respeto que llega hoy hasta nuestros días.
Se considera que el espejo encierra una realidad paralela, el dominio y el conocimiento de esa otra realidad es lo que además otorga poder a todos aquellos que sean capaces de controlarlo, en relación a los hechiceros y a los adivinos. En el mundo antiguo a estos especialistas se les llamaba especularios.
Los espejos en la historia
En el Antiguo Egipto se consideraba que el más allá era un lugar donde los semblantes estaban invertidos, la Mastaba de Mereruka en Saqqara presenta la escena de “La danza de los Espejos” (el baile de Hathor) representando a las chicas con espejos y carracas de madera en su mano izquierda en forma de mano; todos los chicos están desnudos y las chicas, a veces desnudas o vistiendo vestidos con tiras o correas, lo que refleja la importancia que estos tenían en los ritos funerarios. También se relacionaba con dos conceptos, uno la residencia permanente en el mundo de los muertos y dos la relación con la duplicación de la imagen, del espíritu para la eternidad. Es frecuente en los espejos funerarios la representación de figuras de loto en relación con la regeneración. Y no hay que olvidar que los espejos pueden representar también la parte femenina de civilizaciones heliocéntricas, es decir la imagen reflejada del Sol, su complemento es la Luna.
Para los griegos los espejos representaban el espejo de la divinidad, el reflejo de Dios era el Cosmos, el orden. Existen representaciones en relación por supuesto a la mujer y al erotismo, pero también existen múltiples representaciones en relación a los ritos mortuorios y la vida tras la muerte o la adivinación (catoptromancia). En el santuario de Démeter en Patras existía una fuente que funcionaba como oráculo para los enfermos, se sumergía un espejo y al sacarlo revelaba la vida o la muerte de quien hacía la pregunta. En este caso, el espejo dentro del agua, que en definitiva es otro espejo, nos revela una apertura con el mundo de abajo, comunicando directamente presente pasado y futuro.
En el Norte de Manchuria, los tunguses dotan de una importancia ritual llamativa a los espejos de cobre, el espejo es la herramienta que tiene el chamán para ver el mundo, reflexionar junto con los espíritus y poder hablar con los muertos, puesto que se va a considerar un receptáculo del alma-sombra.
En las civilizaciones Mesoamericanas, los espejos tanto de pirita como de obsidiana en los mayas reflejaban las imágenes del otro mundo, donde se podía conversar con los antepasados y los difuntos. La mayoría de las representaciones hacen referencia a varones, recordemos que la maya también era una civilización heliocéntrica. Además de manera similar a la egipcia, la civilización maya consideraba el espejo como inversión de la imagen, representando el Inframundo, Xibalbá. Y hay que olvidar la dualidad del espejo reflejo también de la dualidad del pensamiento mesoamericano.
Para los aztecas o mexicas, Tezcatlipoca, uno de los grandes dioses de su panteón, se identificaba como “espejo humeante”, que además lo luce sustituyendo uno de sus pies, el espejo negro de obsidiana, negro como el humo, que comunicaba directamente a los hombres con el dios, que representaba los ciclos de la naturaleza con la quema de las milpas y finalmente en relación directa con los mitos cosmogónicos de creación y con la guerra. Vence además a Quetzalcoatl como rey de Tula, obligándole a mirar en su espejo y robándole el alma.
Supersticiones y espejos
En el Viejo Mundo, Narciso muere de amor por su imagen en el espejo, en China se piensa en el espejo como vínculo del matrimonio y cuando este se rompe significa separación. En España se considera de mala suerte romper un espejo y además cuando existía una muerte en el domicilio, o bien se cubrían con paños o se volvían del revés, pensando en si estos espejos de esta forma no captarían las almas de los difuntos. Además se tapaban también durante las tormentas puesto que era muy peligrosos ver el reflejo del rayo en el cristal (A dictionary of superstitions de Iona Mora y Moira Tatem). Y finalmente, como curiosidad, en 1883 a las jóvenes casaderas se les decía que se peinaran de pie frente al espejo y con la otra mano comían una manzana, entonces verían sobre su hombro la cara de su futuro marido.
Y de las Islas Británicas desde antiguo se dice que si se mira en penumbra largamente es posible que aparezcan imágenes diabólicas, sobre todo después del anochecer.
Catoptromancia
Como se decía previamente la adivinación a través de los espejos se realiza desde la más remota antigüedad, desde las adivinaciones en superficies líquidas, ya fueran fuentes o lagunas hidromancia, en diversos recipientes, lecanomancia y gastromancia etc.
Sin embargo, es a partir de la Edad Media cuando se condena con excomunión a todo aquel que realizara artes mágicas con los espejos (Bula Super Illius de Juan XXII, 1326).
La Inquisición en los siglos XVI y XVI condena además gravemente estas prácticas. En el Malleus Malleficarum se relata que los demonios tientan a los jóvenes, especialmente mujeres, a través de los espejos con el fin de hacerlos caer bajo su poder.
