Si se admite la frivolidad, se podría decir que Ruta Meilutyte es la Mozart de las piscinas. Es lituana, pero vive y entrena en Inglaterra. Tiene 16 años y, desde hoy, un récord del mundo de natación, el de los 100m braza, un hito sólo visto en el mundo de la natación de la mano de Michael Phelps. Palabras mayores.

Ya dio el aviso en las eliminatorias matinales, cuando se quedó a sólo siete centésimas de la plusmarca mundial de Jessica Hardy, una de sus rivales en Barcelona. Que consiguiera batir el récord de Europa –que ella misma rebajó dos veces en junio- en una simple eliminatoria y llegando parada a la pared era realmente asombroso, pero aún tenía algo mejor guardado.

Meilutyte también nadara los 50m braza

En las semifinales de la tarde se tiró como es característico en ella: sin especular, yendo a por todas desde el principio. Por mucho que lo intentó  Yuliya Efimova, no pudo echarle el guante en ningún momento, y eso que la rusa es muy buena. 1:04.35 es el nuevo récord mundial, y Efimova tocó casi un segundo y medio después. Su registro era algo que se daba por hecho sucedería tarde o temprano, pero pocos esperaban que fuera en Barcelona.

A largo plazo Ruta Meilutyte hará historia. Ya la está haciendo en este Mundial, y en el corto plazo aún puede darle algún corte más a su propio récord en la final de mañana, cuando la presión sea aún mayor por compartir piscina con Jessica Hardy. Si sus rivales le aprietan, igual lo de hoy se queda pequeño. El de hoy ha sido el primer récord del mundo conseguido en Barcelona, uno más de la lista maldita de récord con bañador de poliuretano que desaparece.