De natación poco se habla cuando no se ganan medallas, cuando no se disputan Mundiales o Juegos Olímpicos. De natación poco se habla fuera de Michael Phelps, o en caso nacional, de Mireia Belmonte. Pero hay mucha vida en las piscinas, y es algo que Alba Vázquez ha demostrado durante los últimos años.  

Nadando desde bien pequeña, en los últimos Mundiales Júnior de la FINA, la onubense batió el récord mundial de los 400 estilos, 4 minutos 38 segundos y 53 décimas, proclamándose así el relevo generacional de nuestra natación. Además, con una remontada histórica, consiguió la plata en los 200 estilos.  

Hace unos días, en VAVEL.com tuvimos la suerte de hablar con ella acerca del confinamiento y la vuelta al CAR, así como de los Juegos Olímpicos y los retos a corto plazo.  

Pregunta: Primero de todo, ¿cómo ha llevado el confinamiento? 

Respuesta: El Estado de Alarma me pilló entrenando en Sierra Nevada, así que al decretarse volvimos todos a nuestras casas. Al principio sí que me costó más entrenar, al no saberse qué iba a pasar con los Juegos, y yo estaba con la Selectividad. 

Pero luego me fui organizando para hacer físico en mi casa, también tengo una cinta para correr, y es lo que más he utilizado. No llegué a nadar en la playa, porque la semana que pedí neopreno hizo muy mal tiempo y no pude ir.  

P: ¿Cómo reaccionó ante todas las trabas puestas a los nadadores, a diferencia de a otros deportistas?  

R: En principio nosotros íbamos a ir a Sierra Nevada una semana antes, pero al final, como Granada no pasó de fase, no pudimos. Así que, más o menos, en natación, los deportistas de alto nivel hemos empezado como el resto de deportistas. Lo único es que los clubes no pueden empezar todavía al estar la mayoría de piscinas cerradas.  

P: ¿Sensaciones al llegar al CAR? 

R: Tenía un poco de miedo de tirarme al agua después de dos meses y medio sin nadar. En los tres años que llevo entrenando con Xavi, las paradas de verano han sido muy cortas, dos o tres semanas. Después de ese tiempo siempre he notado que me costaba mucho empezar, por lo que llegué pensando que no iba ser capaz de volver a como estaba antes. Pero al final me ha ido bastante mejor de lo que yo me esperaba.   

P: ¿Cómo se están planteando ahora los entrenamientos en Málaga? 

R: Estamos haciéndolo como una progresión. Hemos empezado con mucha técnica, una semana por cada estilo, y nos fijamos en nadar bien. Y luego hacemos algunas cosas rápidas, pero en tramos que no son muy largos, 50 o 25 metros y sprints, para nadar rápido, pero con la técnica que intentamos que se nos quede.  

P: ¿Por qué llega a la natación? 

R: Porque en Huelva siempre íbamos mi familia a las playas, y a mi madre, para tener más seguridad de que supiera nadar, aun estando pendiente de mí, le dio más tranquilidad apuntarme a natación. Tenía 3 años.  

P: ¿Cuándo se dio cuenta del potencial que tenía dentro del agua? 

R: Más que eso, mi madre me apuntó a varias actividades, y me fui quitando de las demás porque la natación era lo que más me gustaba. Luego ya, si hablamos de potencial, cuando me metí en el Centro con Xavi, a los quince creo que fue. Me dije ‘'este año estoy entrenando mucho más que el año pasado, o consigo hacer algo con Xavi o lo dejo, me dedico como estaba antes, en mi casa’’. 

P: ¿Cómo recuerda sus primeras competiciones? 

R: No sé, éramos muy pequeñas. Lo recuerdo muy raro. Me acuerdo también de que cuando me tocó Jóvenes Nadadores siendo Año Mayor, nos adelantaron un año y volví a ser Año Pequeño, así que no tuve tampoco mucha suerte en eso.  

P: ¿Cómo era su día a día en Málaga, al menos antes del confinamiento? 

R: Me levantaba a las cinco y media, y entrenaba de seis a ocho. Luego, a las ocho y cuarto tenía que estar en el instituto, así que desayunaba en la furgoneta. Salía media hora antes que el resto de la clase, para ir a comer, y a las tres y media entrenábamos otro rato hasta las cinco y media. Después, de seis a siete, gimnasio.  

Y luego ya volvíamos a la residencia, cenábamos, y dependiendo de si tenías que estudiar o no, dormías o estudiabas.  

P: Undécima en los Juegos de la Juventud, y un año después, campeona de Europa y récord júnior mundial en los 400 estilos, y plata en 200. Los milagros no existen, ¿qué ocurrió en el tiempo que transcurrió entre Buenos Aires y Budapest?  

R: (Risas) Antes de Buenos Aires, quedé cuarta en mi primer Europeo, en los 400 estilos, y así me clasifiqué yo para los Juegos de la Juventud. Pero no sé qué pasó en esa competición, que no pusieron el 400 estilos como prueba, así que no las pruebas en las que nadé no son en las que mejor podría haberlo hecho, aunque me fue bien.  

Además, era el inicio del segundo año con Xavi, habíamos estado entrenando en verano.  Iba con gente dos años más mayores que yo, entonces se notó. También es verdad que mi primer año con él entrené menos los estilos, y luego ya me centré más en ellos. Así que creo que el cambio fue más que nada por eso.  

P: ¿Qué sintió al darse cuenta de su remontada en los 200 estilos? 

R: No me lo esperaba nada. Nadé el 400, y como me fue muy bien, supe que mi campeonato no acababa así, pero pensé que no podía igualar el haber sido campeona. Yo iba a intentar meterme en final, o bajar mi marca.  

Pero yo tengo la costumbre de que a espalda me quedo atrás, y a braza suelo remontar. Así que cuando me vi tan última en espalda, pensé que no iba a dar tiempo de remontar en braza. Y como nunca me había pasado lo de remontar en crol, y menos en el 200, fue muy raro.  

Así que me emocionó más que el 400. Yo ahí tenía claro que iba a intentar quedar campeona, y tenía el récord medio visto, aunque no sabía si me lo iba a hacer. Pero el 200 estilos no lo había preparado, así que fue más inesperado.  

P: ¿Cómo es pasar de ser, prácticamente desconocida, a contestar las preguntas de los medios de golpe? ¿Cómo se gestiona? 

R: Yo sé que se le dio más bombo porque los campeonatos absolutos habían sido poco antes, y nadie de España había hecho algo demasiado impresionante. Pero sí que me acuerdo que me estresé un montón, porque estuve entrenando hasta el 26 de agosto, tenía tres semanas de vacaciones y volvía con una nueva temporada, encima, la de los Juegos.  

Fue como que dije ‘’quiero desconectar, no quiero que nadie me hable de natación’’, y obviamente no se pudo. Entonces, a lo mejor yo estaba en mi casa y me decían que tenía que ir a Sevilla a una entrevista, yo me enfadaba, mis padres peleados conmigo...Pero más que nada era por la sobrecarga de que cuando llegaron mis vacaciones, no pude pasar de todo.  

P: Con su marca tiene la mínima olímpica, aunque hay que refrendarlo en el Open para llegar a Tokio. ¿Se ve en unos Juegos Olímpicos ya? ¿Le beneficia que se aplacen a 2021? 

R: Este año me veía, porque entrenábamos para eso, pero lo veía algo más difícil. Porque claro, yo estuve un año entero para hacerme la marca que me hice, y ahora tendría medio año para hacer la misma marca. Que dentro de lo que cabe, tampoco lo veía imposible. Pero ahora que tengo un año y medio, yo sí que me veo, la verdad. Porque solamente tengo que mejorar mi tiempo, porque tengo exactamente lo que es la mínima. Si todo va bien, me veo.  

Yo iba bien, tal y como estaba entrenando, estaba para hacer la mínima, pero no me viene mal que se aplacen. Y también tengo la ventaja de que soy joven, no tengo el problema de tener 30 años y que el año que viene me pille mal. En 2021 tendré 19 y puedo seguir machacándome igual que este año sin problemas. A parte, el año que viene empiezo la universidad, pero no va a ser como este año, con 2º de Bachillerato y Selectividad, no va a ser tan estresante. 

P: Es parte de la International Swimming League, dentro del equipo de los Aqua Centurions. Háblenos acerca de la liga. 

R: No se sabe muy bien quiénes van a seguir. Querían añadir un quinto equipo, para que venga gente de más países. No sé si seguiré, pero este año competí en uno de los encuentros, que fue dos semanas después de que yo empezara. Porque con lo del Mundial, empecé más tarde que el resto, cuando ellos empezaban yo acababa de terminar mi temporada.  

Personalmente, casi hice mi tiempo. No nadé mal, pero no nadé como podría haberlo hecho en cualquier otro momento de la temporada. Se nota un montón la diferencia con la gente que había allí, y ya no competí más. Además, había un límite de nadadores por equipo que podían nadar, así que unos lo hicieron en unas pruebas y otros en otras. Cuando me hablaron de participar, yo no sabía lo que era, la verdad. Fue después del Mundial y me vino todo en avalancha, pero después fue muy bien todo. 

Este año no sé muy bien quién va a estar, pero querían hacer una concentración en diciembre, de cuatro o cinco semanas, para juntarnos allí todos los equipos y estar entrenando. Después, competiríamos los fines de semana.  

P: ¿Qué siente cuando ya se habla de que es el relevo de Mireia Belmonte? 

R: Era obvio que lo dirían, más siendo el 400 estilos, una prueba que ella nada mucho, siendo Mireia campeona del Mundo. No sé, no me molesta. Pero yo estoy empezando mi carrera deportiva y ella la estará terminando. Entonces obviamente, cuando íbamos a ir este año al Open, como para ir a los Juegos hay que quedar primero o segundo y hacer la mínima, yo no iba a intentar quedar segunda, iba a intentar ser primera.  

P: ¿Nota el cambio de ser júnior a pasar a ser sénior? 

R: Sí, lo noté muchísimo. Cuando fui a la ISL, tuve que decirme ‘’soy campeona del Mundo Júnior, pero eso no sirve de nada con los mayores’’. Y habiendo empezado, lo noté muchísimo más. Con la natación mundial absoluta se nota enormemente, con otras competiciones un poco menos, pero sí, se nota.  

P: ¿Sigue algún ritual a la hora de competir? ¿En qué invierte el poco tiempo libre que te queda? 

R: Tengo costumbre en las competiciones internacionales, cuando me pongo muy nerviosa, beber muchísima agua en la cámara de llamada. Tengo unas canciones predeterminadas y las escucho siempre a tope, y me suelo tocar mucho las gafas antes de entrar al agua, me da la sensación de que se me van a caer.  

Ahora tengo más tiempo libre, pero antes, los fines de semana, a parte de adelantar los estudios, salir con mis amigos o ver alguna serie para desconectar. 

P: Para acabar, unas preguntas rápidas. ¿Estilo y prueba favoritos? 

R: Estilo favorito braza, y prueba, no sé qué decir. El 200 braza me gusta mucho, pero como no lo estoy entrenando últimamente, así que creo que sería el 200 estilos. 

P: ¿Qué estilo le cuesta más?  

R: La espalda, la espalda (risas). 

P: ¿En qué parte de la técnica le hacen más hincapié más sus entrenadores? 

R: El rolido de espalda, un montón. Y en braza me machaca también con que meta bien la cabeza y esas cosas. 

P: De aquí a los Juegos de París, ¿se ve en el podio? 

R: Uf. El podio no sé. Este año, queríamos intentar ser finalistas, así que, de aquí a cuatro años, no sé, puede ser. Ojalá.