Para dar comienzo a esta nueva sección semanal, explicamos las dos primeras reglas que la Federación Internacional de Fútbol explica en su reglamento: la superficie de juego y el balón.
Regla 1: La superficie de juego
Antes de cualquier norma, el reglamento FIFA especifica cómo tiene que ser una cancha de fútbol sala: superficies de juego lisas, libres de asperezas y que no sean abrasivas, preferentemente de madera o de un material sintético. Se deberán de evitar las superficies de hormigón o alquitrán. Aunque pueda parecer sorprendente, la mayor institución en el deporte rey permite la utilización de terrenos compuestos por hierba artificial durante las competiciones nacionales, dejando en manos de la comisión de cada país esta decisión. Valga el testimonio de un equipo que juega sus partidos en una cancha de hockey, con las vallas a metro escaso de las líneas de banda. Siempre y cuando el equipo local pague su tasa por jugar en el pabellón, éste será homologado por la federación territorial, y por tanto, se jugará, sea cual sea el estado.
Curiosidad: están permitidos los terrenos de hierba artificial
Las medidas del campo de fútbol sala deben de ser las siguientes: 20 metros de anchura y 40 metros de longitud, permitiendo una diferencia de dos metros tanto de largo como de ancho, siempre y cuando las medidas sean proporcionales. Las líneas que delimitan el campo deberán tener una anchura de 8 centímetros.
La superficie estará dividida en dos mitades, y el centro de la superficie deberá estar marcada por un punto. Además, ese punto estará protegido por un circulo de 3 metros de radio, lo que vulgarmente se denomina “la galleta”.
El área penal está situada a ambos extremos de la cancha y se marcará de la siguiente manera (ver foto). Estas medidas sí son obligatorias, ya sea el campo de 38, 40, o 42 metros de longitud. El punto penal se encontrará a 6 metros de la línea de gol, mientras que el punto de tiro de diez metros también deberá de estar marcado.
Sólo se podrán realizar cambios por la zona de sustituciones delimitada en el campo, la cual se encontrará a 5 metros de la línea de medio campo y 10 de la línea de fondo. Si un cambio se efectúa de manera inadecuada, el árbitro detendrá el juego y mostrará tarjeta amarilla al jugador infractor, ya sea el jugador sustituido o el sustituto. Además, y la mayoría de aficionados al fútbol sala no conocen esta regla, los entrenadores sólo podrán moverse entre la zona de sustituciones, y la línea de 5 metros que delimita el saque de esquina; cualquier movimiento saliendo de esas dos líneas puede ser sancionado.
Las porterías o metas deben tener una longitud de 3 metros y una altura de 2 metros; no es usual encontrarse con metas de otra longitud, ya que la mayoría de polideportivos utilizan el mismo campo para balonmano y fútbol sala, y no cambian las metas. El árbitro tiene la obligación de revisar las redes antes del inicio del encuentro, ya que cualquier agujero en las mismas puede ocasionar un grave problema durante el transcurso del partido. Si esto fuera poco, la FIFA obliga a todas y cada uno de las canchas de futsal de contar con antivuelco en sus metas, pero esta norma no suele respetarse. En las competiciones españolas, las porterías ni están ancladas al suelo, ni cuentan con el antivuelco, para evitar lesiones graves en un hipotético choque con el poste.
Estas son las medidas completas que un campo de fútbol sala debe tener:
Regla 2: El balón
En caso de que se rompa o se explote el balón durante el transcurso del partido, será reemplazado por otro y se reanudará el juego con balón al suelo o bote neutral.