La cultura castreña y los dioses galaicos 
Mapa que representa la expansión de la cultura Castreña en la Península Ibérica. Fuente: Wikicomons

Martins Simons fue el primero en excavar de forma científica estos yacimientos del norte de España. Algunas de las mayores complicaciones de esta cultura, es que no hay uniformidad dentro de la misma, habiendo múltiples variantes dentro de cada pueblo castreño sumado a la falta de fuentes escritas que obliga a fijarse en otros pueblos, como el romano, para conocer a los mismos. Obviamente la cultura no es algo estante y se adapta y varía con el paso del tiempo, lo que complica aún más su estudio. El profesor Manuel Alberros clasifica esta cultura en cuatro fases diferentes:

  1. Castreño I: en la época de desarrollo de la cultura de Bronce con influencias de los tartesios. Destacar las viviendas de materiales vegetales fáciles de montar y desmontar. Se extiende desde el Bronce hasta Hallstatt.
  2. Castreño II: desde el 500 A.C. hasta las campañas de Brutus del 138-136 A.C. Destacan las primeras construcciones de piedra.
  3. Castreño III: los primeros contactos con Roma y el reflejo que esto representa para estos pueblos.
  4. Castreño IV: con la conquista de Augusto terminada y el inicio de la convivencia galaica con los romanos y la forma en la que ambos de adaptan a ello.

Expertos como Rosa Brañas Abad definen la mitología castreña y galaica como una mitología étnica. Este tipo de religión nace unida al lugar de su nacimiento, siendo la representación del cosmos para ellos algo ligado al medio que les rodea. La religión cristiana o judía tienen poco que ver con sus lugares de nacimiento pues se mezclan poco con el sistema sociopolítico por lo que su expansión es sencilla y universal. Una religión étnica no puede abandonar las fronteras de su cuna pues perdería el sentido.

Castro de Barona. Fuente: Wikicomons
Castro de Barona. Fuente: Wikicomons

Estrabón menciona una frase en su tercer libro de la Geografía: “Algunos dicen que los galaicos son ateos”. Aunque se sabe de sobra que esta afirmación es falsa, no deja de mostrar la idea que tenían aquellos civilizados romanos sobre la cultura galaica: hombres salvajes y rudos que habitaban en las montañas. Los galaicos poseían una mitología que a pesar de sus diferencias, tenía unas creencias y divinidades comunes que la convierten en una región cultural.

Los dioses galaicos comunes se presentan con epítetos que se refieren a la función para la que son invocados. Normalmente esto va en relación con algún mito que explica el porqué de esa invocación, pero al desconocer estos mitos, se debe interpretar estos epítetos para poder comprender las funciones o caracteres asignados a las divinidades castreñas. En la interpretación de estos viene la mayoría de choques entre teóricos. Mar Llinares García puntualiza que a pesar de la utilidad de estos epítetos, se debe tener en cuenta que son traducciones latinas que puede que poco tengan que ver con el sentido original y además en algunos casos ni permiten conocer el sexo de la divinidad. Las diferentes escuelas de estudio de esta mitología defienden desde un origen puramente naturalista (un rayo sería considerado algo divino) a uno funcional (dioses creados con una intención como por ejemplo ser cohesionadores sociales).

Ejemplos de restos arqueológicos galaicos expuestos en el Museo Arqueológico Nacional. Fuente: Blog Un sereno transitando la ciudad
Ejemplos de restos arqueológicos galaicos expuestos en el Museo Arqueológico Nacional. Fuente: Blog Un sereno transitando la ciudad

En lo que respecta a las divinidades que forman parte de este panteón hay una serie de Dioses principales. Bandua, una de las divinidades de las que más epígrafes se han encontrado. Se suele relacionar con los lazos o con el elemento céltico de la briga, lo que viene a significar un vínculo poderoso. Brañas y Blanca García Fernández Albalat relación a esta divinidad con la guerra y la ceremonia de la devotio (ritual de vinculación donde el torque antes mencionado tiene su peso). Sin embargo, Ruibal  lanza la teoría de que Bandua hubiera alcanzado su estatus cohesionador en el momento en el que surgen los muros dentro de las comunidades galaicas. Es decir, donde se forman espacios privado se pierde la noción de sociedad colectiva y la función de Bandua sería el traer de nuevo ese papel de cohesión y pacto de todos con la sociedad. Las teorías naturalistas de Prósper apuntan a una relación de Bandua con el camino y la entrada al poblado. Sea como fuere, la idea de Bandua es la de protección del poblado o de la entrada al poblado.

Un dios muy parecido a Bandua era Coso, pues se suele relacionar con las reuniones o asambleas dentro de la sociedad. Los galaicos solían celebrar una serie de asambleas o reuniones al estilo irlandés, donde se trataban asuntos comunitarios, se comía, bebía y se celebraban juegos atléticos. Estrabón nos da una fiel descripción de este rito en su tercer libro de la Geografía. González Ruibal añade lo siguiente: “hay que tener en cuenta que existe una considerable complementariedad entre Coso y Bandua -Coso aparece en la zona noroccidental de Gallaecia, Bandua en el sur y el este-: es probable que sus funciones, como aglutinantes sociales, no difirieran demasiado”. Algunos autores han relacionado a Coso con el Dios Marte pero solo en dos casos se han encontrado relaciones: uno en Denia y otro en Aquitania.

Friso romano que representa al Dios Reve tras ser reconvertido en el Panteón romano. Fuente: Wikicomons
Friso romano que representa al Dios Reve tras ser reconvertido en el Panteón romano. Fuente: Wikicomons

Sobre Reve hay bastantes contradicciones al respecto de su naturaleza y funciones. Tanto Brañas, Olivares y Ruibal atribuyen un significado infernal a este dios al relacionarlo con el agua (concretamente con las corrientes, pues el agua es normalmente relacionado con la vida) o tránsito de la muerte al inframundo. Brañas y Albalat destacan también la relación de Reve con la llanura, de nuevo, es un caso de influencia céltica en la religión galaica. Los irlandeses relacionaban las llanuras con puntos de encuentro con los muertos y veían en el mar una gran llanura que significaba el tránsito hacía la muerte, por ello hacían ofrendas al mar en forma de sacrificios y lanzamiento de hachas votivas de bronce. Reve sería la divinidad destinada a estas ofrendas de ahí su relación con llanura. Para terminar, Olivares menciona que los ríos y en general, las corrientes fluviales eran considerados dominios celestiales. Esto convertiría a Reve en una especie de Divinidad celestial cuyo rol sería el de un rey infernal al que los adoradores evocarían como protección contra la muerte.

La diosa Navia se refiere a un relieve cóncavo como un valle o un río, las inscripciones aparecen en fuentes sagradas, lo que indica su relación o similitud con la figura de las “ninfas”. Esta divinidad ocupa un alto cargo en la jerarquía galaica, siendo seguramente la esposa del dios principal (normalmente Lug), pues de este modo las diosas vinculadas a la fertilidad y el embarazo como Navia, alcanzaban sus funciones. Destacar que Brañas compara a Navia como Diana cazadora, diosa virgen atributo que le achaca también a Navia. En resumen, esta divinidad femenina poseía múltiples funciones y su estudio nos permite vislumbrar claramente que existía una jerarquía dentro de este panteón galaico.

Representación del Dios Lug con sus tres cabezas que representa una divinidad trinitaria. Fuente: Wikicomons
Representación del Dios Lug con sus tres cabezas que representa una divinidad trinitaria. Fuente: Wikicomons

Se debe terminar mencionando que el Dios principal de este Panteón fue Lug. Es una divinidad de origen céltico, cuyo rito se extiende desde Irlanda hasta Galicia. Su nombre se traduce como el brillante o el luminoso, relacionando su carácter con el sol o la luz. Muchos topónimos conservan la raíz del nombre de esta divinidad, incluyendo la ciudad de Lugo. La falta de inscripciones epigráficas que hablen de este dios se podría deber, según Olivares, al proceso de interpretatio romana por el cual la persona divina queda asimilada a la cultura romana. Brañas teoriza que Lug podría ser de nuevo un grupo de divinidades bajo el nombre de luguvos. Una variante de la interpretación del nombre de Lug es la que habla de un hombre diestro en todas las artes, lo que le convierten en un dios omnipotente en todos los campos de trabajo y de guerra. Este carácter le suele asociar al dios Mercurio, de origen galo-romano, lo que nos vuelve a mostrar que dentro del mundo céltico, esta divinidad está muy distribuida aunque su nombre o apariencia cambie.

Fuentes:

  • ALBERRO M. El pancéltico Dios Lug y su presencia en España (2010). POLIS. Revista de ideas y formas políticas de la Antigüedad Clásica 22. Ciudad de México.
  • BLÁZQUEZ MARTÍNEZ J. M. La religión de los Pueblos de la Hispania Prerromana (1987) I Coloquio Internacional sobre Religiones Prehistóricas de la Península Ibérica. Salamanca.
  • BRAÑAS ABAD R. Entre mitos, ritos y santuarios. Los dioses (2007). Akal, perteneciente a la obra Los pueblos de la Galicia céltica. Madrid.
  • GARCÍA FERNÁNDEZ-ALBALAT B. Los dioses de la guerra y su relación con las comunidades en el área galaico-lusitana (1989). Universidad de Santiago de Compostela. Santiago.
  • GARCÍA QUINTELA M. V. La organización social y política de los Galaico-Lusitanos (2007). Akal, perteneciente a la obra Los pueblos de la Galicia céltica. Madrid.
  • GONZÁLEZ GARCÍA F.J. Celtismo e historiografía en Galicia: En busca de los celtas perdidos (2007). Akal, perteneciente a la obra Los pueblos de la Galicia céltica. Madrid.
  • GONZÁLEZ GARCÍA F.J. Los célticos de Gallaecia: apuntes sobre etnicidad y territorialidad en la Edad del Hierro del Noroeste de la Península Ibérica (2011). Revista Complutum Vol.22. Madrid.
  • GONZALEZ RUIBAL A. La vida social de los objetos castreños (2007). Akal, perteneciente a la obra Los pueblos de la Galicia céltica. Madrid.
  • OLIVARES PEDREÑO J. C. Divinidades indígenas de la Hispania Romana (2000). Universidad de Alicante. Alicante
  • PRÓSPER B. M. Lenguas y religiones del occidente de la Península Ibérica (2002). Universidad de Salamanca. Salamanca.
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