La temporada en Toro Rosso prometía ser arriesgada, al igual que su monoplaza y contaban con el beneficio de la duda de superar incluso a Red Bull. Pero el tiempo puso las cosas en su sitio cuando Carlos Sainz y Daniil Kvyat, que fue desplazado del equipo de Milton Keynes a cuatro carreras de empezar el Mundial, intentaron sacar el máximo partido el coche que tenían.

Los de Faenza empezaron con optimismo. Llegaban a su décimo año en Fórmula 1 montando de nuevo un motor Ferrari, el de 2015, un gran cambio teniendo en cuenta que los dos años anteriores habían usado motores Renault. Se esperaba que la unidad de potencia de los de Maranello fuese hasta un segundo más rápido que la de Renault de años anteriores. Con Ferrari resultó ser fiable y rápido por lo que ahora Toro Rosso podría incluso situarse en ocasiones por delante del equipo energético. 

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Desde que Red Bull entró al Gran Circo 1, en 2005 y Toro Rosso, en 2006, el hermano mayor es quien ha conseguido mejores resultados, excepto en la temporada 2009. Sin embargo, las escasas mejoras que presentaban los de Milton Keynes para iniciar la temporada que ha coronado campeón a Nico Rosberg hicieron pensar que esta vez el hermano pequeño se podía imponer al grande, aunque las previsiones eran realistas antes de dar comienzo la temporada y esperaban que con el tiempo el equipo grande desarrollase sus capacidades por encima del filial.

Los de Faenza contaban con uno de los mejores chasis de la parrilla y dos de los pilotos que dieron algo de emoción a las carreras. Por eso 2016 empezaba con otro punto de vista: un nuevo motor, dos mismos pilotos que ya se conocían los circuitos y el trabajo con el equipo y un monoplaza con unos buenos datos en aerodinámica.

Un nuevo monoplaza adaptado al nuevo motor

El STR11 se presentó en el circuito de Cataluña el 22 de febrero de 2016, el primer día de test de pretemporada y se conoció la decoración completa con los colores de Red Bull el 1 de marzo. El monoplaza que llevarían Sainz y Verstappen era arriesgado en cuanto a diseño, como el del año anterior pero esta vez incluía un incentivo más: el motor Ferrari del año 2015 y una carrocería que se adaptaba mejor a él para recubrirlo.

La aerodinámica es uno de los puntos fuertes de este coche que contenía especificaciones nuevas como el morro más corto, los pontones laterales muy pequeños y el alerón delantero mejorado. Incluía el 'conducto S' y la nueva zona por debajo de la caja de cambios por donde pasa el aire ganando así eficiencia aerodinámica. 

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Con esta nueva máquina la esperanza del equipo estaba en terminar la temporada quintos, frente al séptimo puesto de la anterior. Entrar en la zona de puntos en carrera era el objetivo gracias a la fiabilidad de la nueva unidad de potencia. En 2016 era no querían solo estar en el Top 10 sino meterse en el Top 5. Así lo reconocía Franz Tost, jefe de la escudería, a principios de año con los ojos puestos en el Campeonato de Constructores.

Su situación en este ámbito no ha variado, han mantenido el séptimo puesto de 2015, sin embargo, han visto como los de Woking les han pasado en la clasificación. Aun así, Toro Rosso suponía una amenaza para equipos como Sahara Force India y estaba en lucha directa con McLaren, escuderías que se encuentran en la parte media de la parrilla y que tratan de meterse en los puntos.

De cara con la realidad

El resultado ha sido una temporada llena de sorpresas como el ascenso de Max Verstappen a Red Bull. La peor parte con este cambio se la llevó Daniil Kvyat quien no remontó en Toro Rosso en beneficio de su compañero Carlos Sainz que siempre quedaba por delante del ruso. Sin embargo, en más de una ocasión el madrileño reconoció que no podían hacer más de lo que habían hecho ya que les faltaba evolución en el motor, por lo que conseguir más de 46 puntos en este mundial era complicado con un monoplaza que cada vez daba menos de sí.

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Y es que a partir del GP de Alemania, cuando incluyeron su mejor modificación con el que esperaban mejorar en una o dos décimas, el STR11 no recibió mejoras, por eso Carlos Sainz se mostraba tan contento cuando conseguían meterse en Q3, porque estaba exprimiendo al máximo un coche limitado. La velocidad punta del STR11 estaba a 11km/h del más rápido de la parrilla siendo junto al de McLaren el más lento de la competición.

Clasificaciones y carreras: una temporada cada vez más difícil

A partir del GP de Alemania y a pesar de las mejoras introducidas en aerodinámica, desde Toro Rosso eran conscientes de lo que les iba a costar las clasificaciones, como reconocía Sainz quien decía que en cada carrera que pasaba sufrían más.

Estar entre los diez primeros empezó a convertirse en una cuesta arriba hasta que Toro Rosso tuvo el peor fin de semana de la temporada en la última sesión de clasificación del Mundial. Así lo aseguró el madrileño quien consiguió un 21º puesto de partida, siendo de los peores resultados que ha experimentado en Fórmula 1 y que atribuyó a la falta de preparación con la que llegaron a la pista, donde perdieron tiempo. Daniil Kvyat salió decimoséptimo, y los dos quedaron eliminados en la Q1. 

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Los pinchazos han sido un quebradero de cabeza para los de Faenza a lo largo de la temporada ocasionando problemas en Austin e Interlagos tanto a Sainz como a Kvyat, quien también sufrió las consecuencias en Abu Dhabi. El madrileño declaró que no conocían la causa de esos pinchazos por los que hasta el equipo en conjunto con la FIA decidieron retirarlo de los entrenamientos en Yas Marina por su seguridad.

La pareja de pilotos

La esperanza de Toro Rosso antes de dar comienzo la temporada era en parte gracias a la continuidad de sus dos pilotos, los que formaban la pareja más joven de la parrilla y de la historia de la Fórmula, compuesta por Carlos Sainz, de 22 años, y Max Verstappen, de 19. La emoción era patente contando con que ambos habían disputado ya su primer año en la Fórmula 1, tiempo en el que pudieron aprender mucho para convertir al equipo en un duro competidor. 

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Verstappen, que comenzó su andadura en el Gran Circo con tan solo 17 años y poca experiencia sobre un monoplaza, ascendió por momentos en la parrilla y en sus cuatro carreras con Toro Rosso puntuó en tres de ellas. Su buena actuación le hizo protagonizar uno de los momentos más destacados de la temporada cuando Red Bull le ascendió a su equipo.

La noticia pilló a todo el mundo del motor por sorpresa, aunque los incidentes de Kvyat en el GP de China y en el de Rusia con Sebastian Vettel ya habían indignado a Helmut Marko, asesor del equipo Red Bull y responsable del programa de jóvenes pilotos de Red Bull.

Esto sumado a los rumores de que el ruso no se adaptaba a las caracterísicas del equipo de Milton Keynes hacían ver que su futuro en la escudería estaba escrito. Pero seguro que nadie lo esperaba tan cercano. 
Sainz consiguió sus mejores resultados en España y a final de temporada en Austin, aunque tuvo una racha a partir del GP de Alemania en la que se mantuvo alejado de los diez primeros. Terminó con 46 puntos obtenidos en diez carreras superando a su nuevo compañero, quien solo puntuó en 3 y obtuvo 25 a final de año.

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El equipo de Faenza terminó el año de la peor manera posible, con las retiradas de los dos pilotos en Abu Dhabi por lo que pensar en el motor nuevo Renault del año próximo es el único aspecto positivo al que se podían agarrar. 

Un monoplaza en construcción desde hace más de un año

Catorce meses es el tiempo que lleva desarrollándose el nuevo monoplaza de Toro Rosso, como ha informado, James Key, ingeniero del equipo. Debido a la gran cantidad de cambios que se instalarán en la competición en 2017 quieren estar bien preparados y por eso llevan trabajando en él desde finales de 2015, incluso antes de que se definiera el nuevo reglamento que afectará al chasis, la suspensión y los neumáticos de los monoplazas.
Otra de las ventajas de las que puede aprovecharse Toro rosso de cara a la próxima temporada es que podrán colaborar estrechamente con Red Bull. Si bien esto es algo que desarrollarán mejor en 2018, ya en 2017 podrán, por ejemplo, realizar una pieza para un equipo y que la utilice el otro, como la unidad propulsora, la caja de cambios o la suspensión. 

Lo que vendrá en 2017

Para 2017 Toro Rosso mantiene a sus dos pilotos, Carlos Sainz y Daniil Kvyat, en sus filas a pesar del enfado de Pierre Gasly que esperaba dar el paso de la GP2 a la Fórmula 1 y que no entendió por qué el equipo prefería mantener al ruso sin darle explicaciones. Pero Franz Tost confió en la experiencia de sus dos actuales pilotos para llegar a una temporada que va a estar llena de cambios.

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Según Kvyat conseguirán sorprender con el motor Renault puesto que Red Bull con los Tag Heuer ha dado "significativos pasos adelante", así que sus "expectativas son altas sobre lo que ocurrirá el año que viene", por eso ya está trabajando con sus ingenieros para tener una base más fuerte de la que tienen. 

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