Estamos a pocos días de que el semáforo del circuito de Albert Park en Melbourne se apague y con ello de inicio a la temporada de la Fórmula 1 2019. Los test de pretemporada fueron intensos, pero no dejan nada claro. Muchas cosas pueden sorprendernos en la primer fecha de la temporada. Por eso vamos a recordar lo que Melbourne nos dejó en 2018.
Sebastian Vettel recuperó la sonrisa que Lewis Hamilton le había arrebatado el sábado durante la Q3, con una vuelta record que lo posicionaba como inmenso favorito para empezar la temporada con un triunfo. Y todos pensamos que así seria, con la primera mitad de la carrera absolutamente dominada donde el piloto ingles reinaba y controlaba a su antojo.
Los dos primeros abandonos del año llegaron en la vuelta 6. Sergey Sirotkin quedó parado en la curva 13, asegurando por radio que su pedal de freno se había quedado sin presión. Marcus Ericsson llegó a boxes con problemas en la dirección de su Sauber y también tuvo que retirarse.
Después vino el punto de inflexión de la carrera, un problema en el pit stop del equipo Haas que terminó por dejar fuera a ambos monoplazas americanos, el safety car entró a la pista justo después de la parada de Hamilton y Raikkonen, Vettel debía entrar a boxes cuanto antes. Esto así le dio el liderato de la carrera, Hamilton no fue capaz de adelantarle en las 20 vueltas que quedaban por correr.
Verstappen cometió un error en la primer curva, trompeando su Red Bull, pese a ello el holandés pudo controlar su coche y continuo la carrera en la octava posición tras perder tres.
Raikkonen soporto a Ricciardo detrás y se llevó así la última posición del podio y finalmente Fernando Alonso que también se vio beneficiado por el coche de seguridad y los abandonos de Haas realizó una gran carrera, soportando siempre al agresivo Max Verstappen quedándose con el quinto puesto.
Sebastian Vettel lograba su 48ª victoria. Dando un puñetazo sobre la mesa y dejándole claro a su rival, Hamilton, que no le dejaría las cosas sencillas durante la temporada.