La reinvención es clave en el motociclismo. Nicky Hayden encara la más mediática desde que decidiera pasar de MotoGP a Superbikes. Un retorno a sus inicios de la mano de la casa que le hizo soñar, el ala dorada, fiel compañera. Un cambio donde encontrar al campeón que lleva dentro, de volver a ser competitivo, de volver a ser Hayden. 

Para el americano ha llegado el momento de reencontrarse en pista. Esa es su principal tarea. Trabajar, estudiar la nueva máquina que pilota, para relucir de nuevo su talento. Coger la confianza con la que se inició en el motociclismo y que lo llevó a ser Campeón del Mundo en 2006, acabando con la racha del mismísimo Valentino Rossi de cinco títulos consecutivos. El sueño 'yankee' hecho realidad.

Foto: World SBK

Ahora vuelve a hacer soñar a los suyos. 216 Grandes Premios, 28 podios, siete vueltas rápidas y cinco poles son el bagaje que trae del campeonato mundialista. De allí quiere ir a la cima en esta categoría. De alcanzarla, haría historia: ser el primer piloto que consigue el título de MotoGP y Superbikes. Hayden a la inversa. Lo más difícil ya lo ha conseguido, aunque el reto que se le viene encima no es pequeño.

¿Podrá ganar el título mundial? Tendrá que trabajar. Es el pronóstico más certero. Tiene que hacerlo porque Kawasaki, tras los primeros test de pretemporada, sigue siendo referencia en una tiranía que prolonga con Jonathan Rea. Aún inalcanzables. Deberá hacerlo también para ajustarse a las nuevas circunstancias. Si lo normal sería pensar que da un paso atrás, en cuanto a prestaciones, el de Kentucky comprobó como la Honda que pilotará cuenta con una electrónica más avanzada que la Open de la que viene este año. Al menos en cuanto a jugar con ella se refiere. Tal fue así, que le recordó a la Ducati que manejó en la categoría reina tiempo atrás.

Foto: World SBK

Entre esos frentes a batir se encuentra también el de su muñeca derecha. Ese quebradero de cabeza que le ha impedido dar el gas que le gustaría. Para mejorarse cuenta con el parón invernal, donde deberá además ordenar todo el material recaudado de los test invernales. Para él, más que en ajustar la puesta a punto, trataron de un acercamiento a la categoría y su moto. Encontrar el feeling y su estilo encima de ella. Marchó por el buen camino, contaba que se la hacía corto el tiempo sobre la Honda, siendo de los pilotos que más vueltas acumuló en los mismos.

Y así, entre tiempos acumulados, relució en el último test la esperanza de Hayden. Saltó en Jerez esa chispa que invita a creer en él. Se marchó de él marcando unos registros que le hubieran valido meses atrás para llevarse la pole position. La transición en su caso es más suave.  Remóntense al 2002, Campeonato de Estados Unidos de Superbikes AMA. Recuérdenlo a los mandos de una Honda SP-2. Con ella se proclamó el campeón más joven de esa categoría. Lo consiguió, aún en el mérito de su precocidad, paso a paso, como su título en MotoGP. Pisadas que dejan huella. El próximo año podría dejarla para siempre en la historia del motociclismo.  2016: el retorno de Nicky Hayden.