El equipo neoyorquino tiene la ardua tarea de negociar con los dos potentes jugadores, que buscarán satisfacer sus necesidades y cerrar un trato a favor de sus intereses. El primero de los casos, el de Jack Eichel, se plantea como máxima prioridad para la franquicia. El propietario de los Sabres Terry Pegula está seguro que quieren a Eichel en el equipo y que quieren cerrar un acuerdo lo antes posible para que el patinador se concentre en su futuro. No obstante, no ha fijado un plazo para cerrar la renovación. 

Todos los reportes apuntan a que Jack quiere continuar en Buffalo, equipo al que ha pertenecido desde que aterrizó en la National Hockey League después de ser la segunda elección del Draft de 2015. Según The Associated Press, los Buffalo Sabres y Jack Eichel estarían intentando firmar un contrato que le vincule a la franquicia durante 8 años. 

La incógnita con Kane

La otra parte es la de Evander Kane. Una negociación que se plantea más turbia y menos certera que la de su compañero de equipo. Kane, junto con el propio Eichel y O’Reilly es uno de los pilares ofensivos de Buffalo. A pesar de su aportación y producción sobre el hielo su renovación no es una prioridad absoluta. Con un contrato anual de 5,25 millones de dólares posee una de las fichas más elevadas. No obstante, el jugador buscará mejorar su contrato dada su aportación a las líneas ofensivas de los Sabres. Kane es un jugador que ha levantado polémicas fuera del hielo y quizá ese sea uno de los factores que puede jugar en su contra. Además debemos tener en cuenta las futuras decisiones del jugador, y es que desde que llegó a la NHL de la mano de los desaparecidos Atlanta Thrasers aún no ha tenido la opción de decidir sobre su futuro ya que pasó directamente a Winnipeg y de allí en un traspaso a Buffalo. Por tanto, si cuando llegue el momento Kane decide convertirse en agente libre podría decidir cuál será su destino.