El duelo comenzó muy parejo. Juego por lado para cada una de las contrincantes y varios errores por parte de la top-ten. Serena Wiliams deberá controlar el uso de su fuerza que en varias ocasiones le jugó en contra.

En el primer set, la norteamericana aprovechó el momento oportuno para quebrar el servicio de Bencic y ponerse 3-1 a su favor. Pero la falta de concentración en Williams le hizo perder rápidamente esa diferencia y la suiza logró poner el marcador 3-3. De ahí en adelante volvió a cerrarse la posibilidad de tomar ventaja para ambas jugadoras. Recién en el décimo game, la tenista nacida en Míchigan, quebró el servicio de Belinda para cerrar 6-4 la primera manga.

El segundo tramo del partido fue otro, totalmente distinto a lo visto en la primera parte. Serena no se dejó estar y aprovechó dos quiebres para imponerse 4-0 en el resultado. El arma de la que más supo sacar tajada fue el servicio. Con ocho aces totales contra tres de su retadora, la estadounidense tomó confianza y se fue alejando por cinco games a favor.

Quizás lo llamativo sea la falta de solidez que tuvo Williams a un juego de ganar el match. No supo frenar a tiempo a Bencic pero por errores ajenos a una número dos del mundo. La suiza quien ocupa la posición 59 en el escalafón profesional, debe sentirse animada tras remontar un partido de esta magnitud con 19 años. La experiencia ante este tipo de rivales en este tipo de marcos es positiva.

Ahora Serena enfrentará en la segunda ronda del Abierto australiano a la checa Lucie Safarova. La norteamericana le lleva un invicto de nueve partidos en cada ocasión que se cruzaron, de las cuales seis veces fueron en pista rápida, las tres restantes en tierra batida.