Istomin se cruzaba en el camino de Dimitrov dispuesto a infringirle la segunda derrota de la temporada al búlgaro. Istomin tuvo que jugar la fase de clasificación para entrar en el cuadro final de Rotterdam, perdió contra Aljaz Bedene y se metió en el cuadro final como lucky losser derrotando en primera ronda a su verdugo en la fase de clasificación. Dimitrov acusó en el primer partido, contra Mischa Zverev, la fatiga del torneo de Sofía, pero acabó remontando y ganando el partido con un buen tercer set. La baza de Istomin era la incógnita del estado físico de su rival, porque en juego y mentalmente el búlgaro está intratable en este inicio de temporada.

Desde el primer momento Dimitrov dio un golpe en la mesa y demostró estar muy fresco de piernas. Tanto es así que comenzó el partido quebrando el servicio del uzbeko. Los dos tenistas tienen buenos saques, por lo que el break se podía tornar definitivo y, tal y como estaban ambos tenistas, se esperaba un nuevo break de Grigor antes que la igualada de Istomin. Pero el tenis es un deporte que se decide por momento e Istomin encadenó buenos restos y un buen tenis desde el fondo de la pista que le permitió igualar e set a cuatro juegos.

La rotura dio aire a Istomin que mejoró notablemente en su juego, aun así no pudo sentenciar el parcial y se fue a la muerte súbita. Aquí ambos tenistas mantuvieron un pulso muy atractivo donde rindieron al máximo nivel. Istomin se puso por delante con una bola para guardar en las hemerotecas, pero Dimitrov sabía que no podía permitirse perder el set y apretó para igualar el tiebreak. Al final llegaron al momento donde cualquier error te condena y a Istomin le pudo la presión y regaló el set a su contrincante con una doble falta.

El tenista oriundo de Uzbekistán era consciente de que sus opciones de sorprender al mundo y llevarse el partido pasaban por ganar el primer set, y la forma en la que lo perdió le hundieron la moral. Dimitrov jugó un segundo set que rozó la perfección y fallaba muy pocas bolas, Istomin arrastró sus errores todo el parcial y no pudo dar la vuelta al partido que, al final, se lo llevó Dimitrov con comodidad.

El búlgaro sigue sumido en su sueño y en su gran estado de forma. La calidad y la técnica eran de sobra conocidos por todos, pero ahora que es más fuerte en el aspecto psicológico nadie sabe donde se puede poner el límite el genio de Haskovo. El ganados/perdidos de Dimitrov este año ya alcanza el 16/1 y esperará subir las victorias en cuartos de final contra David Goffin, tenista al que ganó el domingo en la final de Sofía. 

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