Fieles a sus estilos, Francia y Bélgica tuvieron un encuentro apretado en el que una jugada de tiro de esquina marcó la mínima diferencia para que los galos se instalen en la tercera final de las últimas seis ediciones.

Solamente una modificación realizó Didier Deschamps para el juego de hoy, ya que alineó en la portería a Lloris; línea de cuatro comandada por Varane y Umtiti en la central, mientras que Pavard y Hernández abiertos por las laterales; en mediocampo Kanté y Pogba, Mbappé colocado por el sector derecho, Matuidi por el izquierdo y Griezmann por el centro; como único nueve fungió Giroud.

Por otro lado, Roberto Martínez también hizo solamente un cambio a comparación del partido contra Brasil y salió a la cancha con Courtois; de igual forma línea de cuatro con Kompany y Aldenweireld como centrales y Vertonghen y Chadli por las bandas; el mediocampo recayó en Dembelé, Fellani y Witsel; como generadores fueron Hazard por el sector izquierdo y De Bruyne en el otro costado, para dejar en punta Lukaku.

Bélgica logró hacer en el partido lo que hizo durante todo el Mundial, tener la pelota y crear opciones manifiestas de gol. Su principal virtud en la primera media hora del partido fue desarticular el mediocampo francés, donde muy pocas veces Pogba pudo ser el generador de los contragolpes. Mbappé fue el que más verticalidad tuvo y el que propició las aproximaciones del conjunto francés. En cambio, Hugo Lloris se vistió de héroe y sacó varias pelotas que parecían ir al fondo de las redes, ante un destacado jugador como Hazard.

Francia tardó en plantarse de buena forma en el campo, pero durante los últimos 15 minutos del primer tiempo avasalló a Bélgica, que ya no pudo tener la tenencia de la pelota y terminó pidiendo el final en los primeros 45 minutos.

Gol, el táctico del fútbol

Para la parte complementaria, de nueva cuenta los Diablos Rojos tomaron la iniciativa en los primeros suspiros, sin embargo, al minuto 51 llegó la jugada que cambiaría el rumbo del partido, ya que en el tiro de esquina por la punta de la derecha cobrado por Antoine Griezmann, Samuel Umtiti ganó la partida a primer poste para meter el cabezazo fulminante y colocar el balón al fondo de las redes.

A partir de ese momento Francia se adueñó del partido y marcó la pauta del mismo, por lo que Roberto Martínez determinó sacar de la cancha a Dembelé, quien ya no tenía participación en el cotejo e ingresó a Mertens, el cual actuó como un revulsivo por las bandas y en varias ocasiones puso en aprietos a la defensiva francesa.

En los últimos minutos del partido Francia le concedió la esférica a Bélgica, equipo que fue incapaz de generarle algún daño severo para igualar el marcador, debido a que el equipo de Deschamps se plantó con dos líneas de cuatro que, en varias veces, Giroud y Griezmann también actuaron en labores defensivas, por lo que Francia llegó a tener los 11 elementos en su propio campo.

Ante la falta de creatividad de los Diablos Rojos, fue el equipo francés el que estuvo a nada de marcar la segunda anotación, no obstante, Courtois volvió a participar de buena forma para salvar su arco, aunque de poco sirvió puesto que a Bélgica no le alcanzó para igualar el marcador.

Francia no llegaba a una final de la Copa del Mundo desde el 2006 cuando perdió frente a Italia y esperará al ganador entre Croacia e Inglaterra para conocer a su próximo rival.