Los millones no juegan, una frase muy común, frecuente y ciertamente contundente en el futbol. Alianza, enfundado en un orgullo alto y voraz, terminó viendo quebrantada su oportunidad de hacer historia, en un error arbitral que Rayados terminó por aprovechar, ya que en 180' no fue capaz de ser lo contundente como lo dictaba la lógica.

Monterrey avanzó a los Cuartos de Final de la Concachampions venciendo por la mínima diferencia al conjunto salvadoreño en el duelo de Vuelta disputado en la cancha del Estadio BBVA.

Con su acostumbrado 4-2-3-1, los albiazules arrancaron el partido, ahora teniendo como volantes por fuera a Rodolfo Pizarro y Maximiliano Meza (que no terminó por sentirse cómodo) y a Avilés Hurtado detrás del punta sudamericano Rogelio Funes Mori.

Comenzó el concierto de fallas al arco visitante, cada una era una dosis anímica para Alianza que si bien era superado de manera lógica, su corazón en la cancha fue digno de reconocerse. A tal grado que la más clara del primer tiempo, fue de ellos. Conexión que terminó con servicio para Rubén Marroquín que dentro del área se quedó cerca de definir en el minuto 30.

‘La Pandilla’ tuvo profundidad ciertamente pero el último toque era el problema. En táctica fija, Miguel Layún erró sus tiros libres con frecuencia.

Parte complementaria y de inicio, penal para Monterrey por falta del área sobre el 'Mellizo'. Nicolás Sánchez a disparar y falló ante una gran atajada del cancerbero del equipo centroamericano; la desesperación en aumento.

La gloria la tuvo Óscar Cemerin al 65’. Tiro de media distancia que obligó a Marcelo Barovero a emplearse a fondo y su desvío provocó que el esférico pegara en el palo.

Toda la carne al asador por parte de Diego Alonso: Dorlan Pabón y Ángel Saldívar, el gol tenía que caer. Cuando la tensión era absoluta, sí, otro penal en el ocaso del encuentro por una presunta falta sobre el atacante colombiano, misma que no existía.

Sánchez con máxima jerarquía pidió de nuevo la pelota y terminó con el suspenso; Rayados a la siguiente fase. Noche de lecciones que seguramente ‘La Pandilla’ empleará a futuro.