Aún no se sabe bien a qué juega. Si se alude a los cuentos de Jorge Luis Borges, en los cuáles siempre el protagonista se encuentra parado en el medio de dos caminos posibles, la Selección Argentina se ubica allí. Es que aún no tiene definida la ruta futbolística que piensa tomar o, al menos, todavía Edgardo Bauza no logró implementarla. Hoy, ante Perú, no pesaron los nombres propios ni el sistema táctico, el cual pasó enormes sobresaltos y corrió peligro de caer en tierras visitantes.

De todas maneras, hay algo peor que no haber ganado, y es encontrarse en la zona de repechaje para clasificar al próximo Mundial de Rusia, en el año 2018. Es que, tras el empate en suelo incáico, y por tener menos diferencia de gol que Colombia, los dirigidos por el Patón quedaron ubicados en el quinto puesto (con 16 puntos), el cual no lo depositaría directamente en la próxima Copa.

Todo parecía encarrilarse cuando, a un cuarto de hora de haber iniciado el encuentro, Ramiro Funes Mori capturó un rebote, tras un corner a favor, y convirtió el primer tanto argentino. Sin embargo, el elenco Albiceleste jamás hizo pie firme en tierras visitantes y, en el complemento, la consecuencia de ello se pagó con el empate del local (en los pies de Paolo Guerrero, a los 57').

¿Por qué no llegó antes el primer gol de Perú? Por el simple hecho de que Argentina no dominaba el trámite del partido pero tampoco pasaba apuros defensivos. La última línea, sin descollar, parecía la más eficiente del equipo. Sin embargo, en la última parte toda eficiencia fue despedida por un abismo que jamás culminó. Si bien, a los 77', el elenco de Bauza se encontró con un tanto que ilusionó a los argentinos con llevarse los tres puntos a casa, (gracias a una exquisita definición de Gonzalo Higuaín) minutos antes Perú puso en serio peligro al arco custodiado por Chiquito Romero. No fue una vez, fueron varias. No sería una mentira decir que el 2-1 parcial para Argentina era injusto.

Y, la justicia, ya sea con o sin una venda en los ojos, apareció cuando sólo faltaban siete minutos para llegar a los 90. De penal, tras una infracción de Ramiro Funes Mori y una desatención defensiva llamativa para lo que son los planteos del ex DT de San Pablo, Christian Cueva definió (de una manera imposile de atajar) al ángulo derecho de Romero.

Así las cosas, finalmente se selló un 2-2 que podría haber terminado en derrota para el equipo argentino. Las causas de ello podrán haber sido los desconciertos tácticos, las desatenciones defensivas y la displicencia, por varios momentos del encuentro, del ataque albiceleste. Lo cierto es que, como en los cuentos Borgeanos, Argentina se encuentra parado en el medio de unos cuantos caminos futbolísticos, y todavía no se ha visto por cual quiere transitar. Deberá definirse por uno rápidamente ya que, por el momento, el equipo del Patón no hace pata en ningún lado.

Los goles