Las selecciones españolas de categorías inferiores vienen demostrando de un tiempo a esta parte el gran potencial que hay en la base de la Piel de Toro. Si no son los júniors, son los juveniles, y, en esta ocasión, le ha tocado demostrarlo a la selección universitaria que tenía ante sí, tanto en la categoría masculina como femenina, el Campeonato del Mundo de la categoría, que se ha disputado en Guimaraes, Portugal.
Los chicos, que ayer cayeron derrotados frente a los anfitriones por 27-33, tenían la oportunidad de resarcirse con un bronce que les iba a saber a oro. Y con esa misma intención salieron frente a Rusia, en un encuentro que estuvo dominado por la igualdad a lo largo de los sesenta minutos reglamentarios, pues hubo que llegar a la tanda de penaltis para dilucidar quien se llevaba el metal a casa.
El encuentro comenzó con una defensa española muy bien asentada en el 6-0, obligando a los rusos a lanzar en pasivo. Aún así, Rusia se mantenía en el partido gracias a una forma física mejor preparada que la de los españoles.
Poco a poco el cansancio fue haciendo mella en la selección española, lo que aprovecharon los rusos para hacerse con el dominio del juego y poner tierra de por medio en el electrónico, con pequeñas ventajas, hasta que en el minuto 16 del segundo periodo ganaban por cinco goles.
Guillermo Plaza, el técnico español, paró el encuentro y dio entrada a jugadores del banquillo, que dinamizaron el encuentro y permitieron la remontada, hasta terminar con el 26-26 final.
Al término de los 60 minutos se pasó directamente a los lanzamientos de penalti. Desde allí, Albert Requena anotó el gol que daba a España un nuevo éxito más, un bronce en el Mundial Universitario. Y seguro que no será el último.
Las chicas, quintas
Por otra parte, la representación femenina también ha logrado un pequeño éxito. Tras quedarse sin poder luchar por las medallas, el premio al que podían optar las conocidas como "Guerreras Universitarias" era el quinto puesto. Tras doblegar ayer a República Checa por un cómodo 27-19, hoy tenían que medirse a Japón.
El combinado nipón no ha puesto a las de José Ignacio Prades contra las cuerdas en ningún momento. España controló el juego y el marcador durante los 60 minutos y terminó llevándose la quinta plaza por un claro 31-17, que permite soñar con mejorar los resultados en futuros campeonatos.