La visita del FC. Barcelona a tierras alcarreñas se solventó, como era de esperar,  con una amplia victoria visitante y el disfrute de la grada que pudo ver jugadas espectaculares durante el último cuarto de hora de partido, momento en el que ambos conjuntos asumieron que el enfrentamiento estaba ya decantado del lado azulgrana.

El amplio marcador, especialmente abultado en la segunda mitad, fue el claro reflejo de lo visto sobre el parqué del David Santamaría, dos equipos lanzados al ataque, pero con defensas poco contundentes.

Durante la primera mitad, los de César Montes creyeron en el milagro y lo buscaron. Un rápido juego de ataque dirigido por  López Rey facilitaba las opciones de anotar a los morados, pero los goles conseguidos con lanzamientos desde el exterior por los locales eran respondidos por el juego interior de los visitantes.

BM. Guadalajara conseguía así mantener la igualdad en el marcador e incluso tomaba la delantera ante el disfrute de su afición, agradecida por el esfuerzo y entrega de los suyos al igual que su técnico, César Montes que al finalizar el encuentro declaró lo siguiente: “hoy la gente se marcha orgullosa de los suyos”.

La ventaja local no gustaba al técnico catalán Xavi Pascual, que solicitaba su primer tiempo en el minuto trece, pero su intento por desnivelar el encuentro no tuvo éxito y la igualdad siguió instalada en el  marcador llegándose al descanso con un igualado 20-21.

En la reanudación despertó  la bestia

El inicio de la segunda parte dejó ver en pista a un Barcelona más contundente en ataque, que endosaba un parcial de 1-6 en los primeros minutos de la reanudación. Así, César Montes se veía obligado a solicitar un tiempo muerto en el minuto siete, pero de poco serviría.

El equipo catalán comenzaba a ser el habitual rodillo que aplasta a su rival en cada jugada de ataque y la cada vez más cansada defensa de los morados era incapaz de contener la avalancha blaugrana.

Ambos conjuntos fueron conscientes de que el enfrentamiento estaba finiquitado. La diferencia de diez goles a favor de los visitantes era insalvable y ambos conjuntos optaron por deleitar a la grada con unas jugadas de ataque espectaculares.