Llegaban los hombres de Manolo Cadenas con la vitola de grandísimos favoritos, ante una Bielorrusia que se encomendaba en la previa casi por completo al todocampista del FC Barcelona Siarhei Rutenka, sin olvidar a su hermano Dzianis, al guardameta Charapenka o al pivote Maxim Babichev.
Pero no fue el barcelonista el que comenzó dando problemas al 6:0 español, liderado por Virán Morros y Gedeón Guardiola. Rutenka dirigía a los suyos en el ataque, pese a estar en el lateral y regaló dos balones al extremo Tsitou (el mejor de los suyos en el primer periodo), que, con total facilidad ponía la primera renta para los bielorrusos (2-3). España no conseguía dar con la tecla en defensa, y permitía acciones fáciles de lanzamiento a los de Iouri Chevtsov. En ataque tampoco tenían dificultades, pero daba la sensación de que los exsoviéticos no estaban especialmente incómodos. Cadenas había señalado en la previa que quería dominar desde el inicio, y el objetivo quedó en un deseo.
Sierra fue el principal valedor de España en la primera mitad
En ataque, sólo Raúl Entrerríos y Jorge Maqueda estaban en guarismo, mientras que atrás, si la zaga no funcionaba, sí lo hacía la portería, con un excelso José Manuel Sierra, que llegó a tener un 60% de acierto bajo palos. Rápidamente, los españoles pusieron las cosas en su sitio y el electrónico reflejaba un 6-4 que relajaba los nervios iniciales.
Poco a poco, la defensa se fue haciendo, también con la marcha al banquillo del pivote titular, Maxim Babichev, que dejó su sitio a Shumak, que no hacía ni mucho menos el daño que el titular. Los bielorrusos cada vez más atascados en el ataque posicional y sin ideas: cuando intentaban meter un doble pivote, rápidamente, la zaga española cambiaba y bloqueaba cualquier posibilidad de gol de los hombres de Chevtsov, y cuando había superioridad visitante, la mixta sobre Siarhei Rutenka anulaba completamente el ataque.
En el minuto 18, parecía que las pocas opciones de Bielorrusia se esfumaban con la expulsión directa, un tanto rigurosa, de Siarhei Rutenka, tras un golpe fortuito en el rostro de su compañero Virán Morros durante un contraataque. El descosido en el marcador que llegó tras los dos minutos de inferioridad (15-10) obligó al técnico bielorruso a pedir tiempo muerto.
Rutenka fue expulsado en el minuto 18
Recortaron distancias los bielorrusos, tras varias pérdidas de balón de los españoles y con el cambio en la zaga de los hombres de Cadenas, que pasó al 5:1 y facilitó aún más el juego de los rivales hasta colocar el 17-14 en el luminoso; pero el encuentro se volvió loco y en apenas dos minutos, España volvía a comandar el partido por cinco goles. Los cambios en la primera línea fueron fundamentales para la mejora española, con mucha más movilidad y rapidez, con Antonio García y Dujshebaev aportando goles.
Con 6:0, la defensa española no estaba funcionando, pero al cambiar a 5:1, poco a poco, fue mejorando. Víctor Tomás cada vez incomodaba más a los primera línea de Bielorrusia y los robos y pérdidas de balón se sucedían con más facilidad. Pese a todo, la zaga en el equipo español no tuvo su día, como demostró el 21-17 con el que se llegó al final de los primeros treinta minutos.
Bielorrusia se acerca, pero los Hispanos controlan el electrónico
No cambiaron en exceso las cosas tras el paso por vestuarios. España seguía atacando con mucha facilidad, encontrando a Julen en la línea de seis metros, y Bielorrusia hacía lo propio con la defensa española, casi inexistente, y que había recuperado el sistema 6:0. Dos pérdidas del siete de Manolo Cadenas acercaron a Bielorrusia en el marcador, pero en cuanto se veían en problema, los "Hispanos" ponían la sexta marcha y devolvían la ventaja hasta los cinco goles.
Una exclusión a Cristian Ugalde metió el miedo en el cuerpo a España, que veía cómo se acercaban los bielorrusos con facilidad. Manolo Cadenas pidió tiempo muerto, pero nada evitó el parcial de 1-4 que dejaba el 28-26 en el electrónico, sólo roto por una delicatesen de Julen Aguinagalde desde el pivote.
Ante la falta de Rutenka y Shumak, Shylovich y Kamyshik lideraron a Bielorrusia
El encuentro se enrareció poco a poco. Los bielorrusos pusieron un par de puntos de intensidad en defensa y vieron una segunda roja directa, que, en esta ocasión, descalificó a Shumak. España no supo administrar sus posibilidades, y vieron cómo Bielorrusia se ponía a un solo gol (31-30). Los nervios afloraron en los dos equipos, pero los bielorrusos parecían mucho más tranquilos con Shylovich y Kamyshyk liderando el ataque.
Una reacción espontánea de los hombres de Manolo Cadenas, merced a un par de pérdidas de Bielorrusia, devolvió la renta de tres tantos (34-31) con un gran Joan Cañellas, que había estado algo desaparecido durante el encuentro, pero que demostró que es el alma mater de este equipo cuando es necesario. Lo mejor que le podía suceder a España era el intercambio de golpes que sucedió tras la mejora en el 40x20, ya sólo tenía que esperar a que sonase el pitido final, que llegó con 38-33 en el marcador.
Demasiadas dudas en el debut de España en este Mundial, dudas que podrían darle algún que otro susto en partidos futuros, en especial en rondas finales y contra equipos de mayor entidad. Así y con todo, mañana, la selección que comanda Manolo Cadenas se enfrentará a Brasil, a partir de las 15:00.