Agné no da con la tecla

El Tenerife cayó derrotado ante el Nàstic pese a adelantarse en el marcador gracias a un tanto del 'Choco' Lozano. No obstante, los errores en la toma de decisiones del técnico aragonés lastraron a los blanquiazules que volvieron a caer derrotados.

Agné no da con la tecla
aitordarias
Por Aitor Darias Oruezabala

El Tenerife no termina de arrancar. Los chicharreros sumaron una nueva derrota que les impide escapar del pozo de la Liga tras un partido en el que pocos pueden salvarse de las críticas. No obstante, de todos los miembros de la plantilla, quizá sea a Raúl Agné a quien más cosas puedan achacársele en la tarde-noche de este domingo.

Un trivote pensando en Soria

El primer error estuvo en el planteamiento, pero, a diferencia de los demás, fue un error comprensible. Tras la debacle de Soria, el técnico quiso evitar que el equipo quedase tan roto como en aquella ocasión, y planteó un trivote que dotase de músculo al centro del campo y consiguiese que los suyos no sufrieran. En ese aspecto el plan funcionó, pero lo hizo sacrificando verticalidad y mordiente ofensivo, lo que hizo que en la primera mitad no pasase nada. En absoluto.

La inclusión de Suso en el once inicial es también una decisión cuestionable. Como él mismo ha reconocido, el tacuense no está ahora mismo al 100%, y el hombre que debía dotar de peligro a los tinerfeños ante el abandono de la banda izquierda realizó un partido de lo más intrascendente. Apenas encaró, y nunca desbordó ni fue el temible extremo que acostumbra. Lo peor es que sus condiciones físicas hacían ver que sería así, pero eso no hizo a Agné replantearse su decisión, pues, tal y como dijo el viernes en rueda de prensa, Suso es para él prácticamente intocable. Quizás a Omar Perdomo no le gustara oír estas palabras.

Seguramente lo más preocupante sea que el aragonés dijo en sala de prensa que, si tuviese la oportunidad, repetiría el planteamiento. Sus acciones, no obstante, dicen otra cosa, pues al descanso retiró el trivote del campo para dar entrada a Omar Perdomo, y el equipo pareció cambiar. Nada más arrancar la segunda parte llegó el gol, eso sí, fruto de una casualidad, pero el equipo, por fin, parecía tener una idea. Con Lozano como referencia, aguantando y distribuyendo balones, el Tenerife gozó de sus mejores minutos, y tuvo incluso ocasiones para sentenciar el choque, pero la situación fue efímera.

Foto: LFP.

Sin soluciones

Fue entonces cuando se echó en falta el trivote de la primera mitad. Fue entonces cuando el Tenerife tenía que haber intentado que no pasara nada. Fue entonces cuando Agné, presa de la trampa que le tendió el Nàstic, dejó que se abriera un partido que tenía que haber controlado. Era el momento de introducir a Alberto y dar solidez al equipo, pero optó por Cristo para buscar el segundo gol y dio alas a los catalanes.

El empate de los de Vicente Moreno llegó en una jugada aislada, pero no por ser aislada deja de demostrar que el partido se había puesto de una manera que al Tenerife no le interesaba. A ratos parecía un correcalles en el que no había control alguno, y eran los tarraconenses los que parecían más cómodos en esta tesitura. Agné probó a Aurtenetxe como interior a modo de revulsivo, pero la actuación del vasco demostró que la decisión había sido demasiado desesperada. ¿Por qué Jairo fue descartado si Tomás Martínez no estaba preparado para jugar? Un misterio.

Al final, pasó lo que con el paso de los minutos iba pareciendo cada vez más probable: que el Nàstic hiciese el segundo. El Tenerife, que en ningún momento había sabido controlar el partido, acabó pagando las consecuencias de dejar a los catalanes llevar el partido a su terreno. Agné deberá tomar nota de ello, pues no dio en ningún momento con la tecla para hacer funcionar al equipo.