Los armeros tienen muchas fechas grabadas a fuego en su mente. Los diferentes ascensos, descensos, o jornadas clave en la salvación del Eibar ocupan un lugar privilegiado en el rincón de los recuerdos de los seguidores más fieles. Pero también hay otra fecha que muy pocos han olvidado, ni olvidarán.
Fue un 7 de noviembre de 2001. Salvo los partidos de Copa, era bastante extraño que se jugase un partido a mediados de semana. Los hombres de Blas Ziarreta recibían en Ipurua al Levante. Lo que nadie se imaginaba entonces es que aquel partido se convertiría en la mayor goleada de la historia del Eibar en toda su trayectoria en Segunda división.
Era difícil de imaginar por varias cuestiones. Por un lado, el Eibar era por aquel entonces un equipo muy rocoso. Defensivamente duro y poco dado a marcar muchos goles en ningún partido. Bastante tenía el equipo con salvar la categoría cada temporada. Además, Blas Ziarreta no se caracterizaba por ser un entrenador que jugase al ataque. Pero aquella noche todo salió bien.
El hoy entrenador armero, Gaizka Garitano, abrió la lata al poco de arrancar el partido, en el minuto 2, y después vino la oleada de goles de los azulgranas. José Felix Txefe Guerrero anotó un 'hat-trick'. También se sumaron a la fiesta Sukia, con dos goles y Jorge Sánchez, que remató el siete que aquella noche el Eibar le hizo al Levante.
Acostumbrado a pocas goleadas
Rara vez el Eibar se ha caracterizado por sus goleadas, aunque la pasada campaña logró endosar un 6-0 al Castilla. Ambas goleadas tuvieron un denominador común, Gaizka Garitano. La primera vez como jugador y goleador, y la pasada temporada como máximo mandatario del banquillo armero.
No cabe duda de que aquel partido forma parte de la memoria de los aficionados, pero nada tendrá que ver con el choque que se vivirá este sábado en Ipurúa. Un Levante necesitado de goles y resultados, visita Ipurúa con la necesidad acuciante de arañar algo positivo. El Eibar, por su parte, tratará de continuar con su buena campaña en Primera.
El de hoy será también un partido de reencuentros. Pocos entrenadores han dejado en Eibar tan buen sabor de boca como José Luis Mendilibar. A pesar de quedarse a un paso de ascender en la temporada 2005, la ciudad de Eibar celebró aquella temporada como un verdadero éxito, e incluso los jugadores y el propio entrenador acudieron al balcón del Ayuntamiento.