El Eibar logró el martes la victoria más importante de la temporada. Pese a que el valor sea idéntico al de sus otros siete triunfos, en Ipurua todo el mundo era consciente al término del partido de que el Eibar ganaba mucho más que tres simples puntos. Una victoria que, más allá de permitirle superar la barrera de los treinta puntos, refuerza el autoestima de un vestuario que llevaba 87 días sin saborear un triunfo.

Sólo hay que ver como se festejaron los tres puntos del martes para entender la relevancia de la victoria. El público de Ipurua lo celebró como si de un título se tratara. El Eibar puso fin a una nefasta dinámica que le había acercado peligrosamente a los puestos de descenso y el triunfo ante el Málaga le permite coger una buena bocanada de oxígeno. Y es que con el partido del Bernabéu a la vuelta de la esquina, el conjunto armero tenía marcado en rojo la visita del equipo andaluz.

Garitano dio entrada a varios jugadores con respecto al encuentro disputado contra el Rayo. Xabi Irureta recuperó la titularidad, en manos de Jaime en las últimas jornada. Lillo sustituyó al sancionado Navas en el centro de la zaga y se erigió en uno de los hombres más destacados del equipo. Además, Borja Fernández acompañó a Dani Garcia en el doble pivote y Javi Lara actuó en la banda izquierda, desplazando a Saúl Berjón a la delantera.

Las acciones de ataque más peligrosas fueron del Eibar. Pero el gol se resistía. A veces por falta de puntería y otras veces por errores arbitrales. Las sensaciones del equipo eran buenas, pero llegados a este tramo de la temporada, lo importante es el marcador. Y éste seguía sin ser favorable al conjunto guipuzcoano. Hasta que Javi Lara se dirigió a colgar un saque de esquina en el arranque de la segunda mitad y Arruabarrena, solo en el segundo poste, ponía la rúbrica a la superioridad del Eibar.

El cuadro vasco daba un paso importante, aunque todavía quedaba más de media hora en la que las pulsaciones de los seguidores eibarreses se aceleraban cada vez que el Málaga se aproximaba al área de Irureta. Pero el Eibar sacó el oficio que le caracteriza, mostró una solidez defensiva digna de elogiar y firmó una victoria que tardará mucho tiempo en olvidarse en las calles de la localidad guipuzcoana.

Mantener la portería a cero resulta fundamental en un equipo con tantos problemas a la hora de ver puerta. Los armeros acabaron el partido sin encajar un tanto, algo que no sucedía en Ipurua desde la primera jornada de Liga, en el derbi frente a la Real Sociedad. Aquel día el Eibar debutaba en la categoría de oro del fútbol español ganando 1-0. Frente al Málaga volvió repetir el mismo resultado.

Los de Garitano realizaron el martes uno de los partidos más completos de todo el curso en Ipurua. El triunfo permite al equipo guipuzcoano afrontar el duelo ante el Real Madrid con mucha más tranquilidad. Situados en el decimocuarto lugar, a seis puntos del descenso, el Eibar viajará a Madrid fortalecido anímicamente y con la seguridad de que, pase lo que pase, seguirá estando varias semanas fuera de la quema. El martes dio un paso importante para permanecer un año más en la Liga BBVA, pero todavía no se ha conseguido nada y hay que guardar prudencia.