Este Eibar no entiende de amistosos. El Girondins de Burdeos, un histórico del fútbol francés, fue víctima del excelente momento que atraviesa el conjunto armero. El equipo eibarrés se dio un festín de goles en el primer partido de su historia en el extranjero. Como había adelantado el jueves, José Luis Mendilibar aprovechó la prueba en Mont de Marsan para dar minutos a los menos habituales y el resultado no pudo ser más satisfactorio. La mejor noticia del encuentro, más allá de la goleada, fue el regreso de Lillo tras estar más de dos meses en el dique seco.

El cuadro armero cuenta con un amplio fondo de armario. Si hay algo que queda claro tras la exhibición en el Guy Boniface es que los titulares no pueden dormirse, porque los suplentes están sedientos de minutos y vienen pisando fuerte. Es cierto que los resultados pasan a un segundo plano en los amistosos, pero a todo el mundo le gusta ganar y si las sensaciones son positivas, mucho mejor. 

Era una prueba importante para aquellos futbolistas que apenas han contado con protagonismo en las primeras jornadas de Liga y estos aprovecharon con creces la oportunidad. Fue el caso de Arruabarrena, que se destapó con un doblete. A estas alturas, el atacante tolosarra no tiene que demostrar nada a nadie, pero es evidente que su confianza se verá reforzada con estos dos tantos.

El 10 del Eibar abrió la lata a los diez minutos tras aprovechar una buena incorporación de Keko desde la banda derecha. El Girondins trató de reaccionar pero se encontró con un Eibar que volvió a estar a un nivel táctico extraordinario. De hecho, con el paso de los minutos, los pupilos dirigidos por Sagnol empezaron a mostrar señales de desesperación ante el gran sistema defensivo del Eibar.

El cuadro armero pudo irse al descanso con una renta superior si Takashi Inui hubiese aprovechado un pase de Dani García que le plantó solo delante de Prior. El Eibar volvió a salir enchufado en el segundo tiempo y asestó el segundo golpe al Girondins en su primera aproximación peligrosa. Lillo asistió a Sergi Enrich, que marcó a placer.

El Girondins se marchó del partido con todo el segundo tiempo por disputarse y el Eibar lo aprovechó para dar una exhibición anotadora. Enrich provocó un error de los franceses en la salida, se la dio a Keko, quien superó con bastante facilidad a su oponente y le puso un centro medido a Saúl Berjón, que envió el balón al fondo de la portería.

Para entonces, los eibarreses desplazados al Guy Boniface ya habían amortizado el viaje y la entrada, pero todavía habría tiempo para dos goles más. Arruabarrena anotaría el cuarto de la tarde después de un buen pase de Saúl y Keko se encargaría de completar la goleada con un disparo potente. Un resultado que, por muy abultado que parezca, refleja la superioridad del Eibar respecto al Girondins a lo largo de los noventa minutos.

Curiosamente, en el único enfrentamiento entre eibarreses y galos hasta la fecha, hace medio siglo en un encuentro conmemorativo a los 25 años de historia del conjunto armero, el Eibar también le hizo una manita al Girondins (5-3). El cuadro azulgrana entrenará este sábado para disfrutar después de dos merecidas jornadas de descanso, antes de afrontar un complicado mes de octubre en el que recibirá al Sevilla y visitará al Barcelona.