El FC Barcelona salió airoso del estadio San Mamés y venció 0-1 al Athletic Club de Bilbao. Ivan Rakitic convirtió el único tanto del encuentro, correspondiente a la jornada 2 de Liga. En los 90 minutos, Ernesto Valverde se abrazó a un estilo de juego definido: el de la intensidad y presión en alto, que incomodó a los de Luis Enrique. Los blaugranas recurrieron a la movilidad, la dinámica y la precisión. Fue un partido en el que sobresalió la pierna fuerte, circunstancia que obligó a Matheu Lahoz a aplicar una sanción disciplinaria. En el anfitrión fueron amonestados cinco jugadores (Markel Susaeta, Ander Iturraspe, Javier Eraso, Beñat Etxebarria e Iñaki Williams) y en el visitante cuatro (Samuel Umtiti, Sergio Busquets, Luis Suárez y Sergi Roberto). 

Las parejas vizcaínas

El txingurri marcó la tendencia del partido, por intermedio de la presión. En ella, el dueño de casa plasmó dúos en todo el campo, con todos sus futbolistas. Cada azulgrana presentaba una marca correspondiente. De adelante hacia atrás: Iñaki Williams-Jordi Alba, Aduriz-Pique, Eraso-Umtiti,Susaeta-Sergi Roberto,Beñat-Sergio Busquets, Iturraspe-Denis Suárez, Balenziaga-Rakitic, De Marcos-Turan, Laporte-Luis Suárez, Bóveda-Lionel Messi. Valverde dibujó una telaraña, que dejaba conducir. La zaga de Pique y Umtiti tenía el cuero pero la dificultad radicaba en los pases. Las opciones eran absorbidas por la presión y entonces el Barça tenía que actuar con precisión, rapidez y sobre todo, paciencia. La primera salida, Sergio Busquets se encontraba incómoda ya que Beñat estaba pendiente de todos sus movimientos, lo mismo que Iturraspe con Denis Suárez. En más de una oportunidad, a los centrales no les quedó otra alternativa que recurrir al balón en largo. Todo se complejizaba cuando la recibían los laterales, al no haber opción de pase con el rival encima, el Athletic buscaba recuperar en alto para cumplir su objetivo.

Ter Stegen, el jugador de campo

El de Mönchengladbach funcionó como el líbero entre la zaga, era un jugador más. Su aporte resultó vital, aunque su punto negro fue cuando recibió un pase de Umtiti y se excedió en confianza porque Beñat anticipó a Busquets.Por otra parte, al no avanzar en el campo cuando la intensidad local ahogaba al Barça la presencia de Ter Stegen adquirió importancia para limpiar como un mediocentro y distribuir, jugando a la banda contraria en el reinicio del juego. Luis Enrique de esta manera añadió un jugador de campo más.

El mentiroso 4-3-3 

Luis Enrique Martínez utiliza esquemas confusos constantemente. El 4-3-3 esporádico pasó a llamarse 4-4-2 en defensa. Arda Turan, el extremo izquierdo se transformaba en el volante por esa banda e Ivan Rakitic cumplía la misma función en la derecha. El turco y el croata eran mediocentros de banderín a banderín, más de 80 metros, retrocediendo para impedir el avance rival y llegando al gol con el balón a merced, filtrando las diagonales. Así, llegó la apertura del marcador, Arda Turan se equipó de extremo para asistir a Rakitic que definió como un ariete de toda la vida, en el 21 de partido. En esa jugada, el FC Barcelona relució su libreto con 22 pases entre nueve jugadores diferentes que circularon el esférico. 

Los cambios de esquemas de Luis Enrique durante el partido asimismo se propagaron. La otra variante: el 2-3-5 a la hora de acelerar los avances. Los centrales conformaban una línea de dos, un centro del campo de tres Rakitic, Sergio, Denis, mientras que en la delantera de derecha a izquierda se ubicaban Sergi Roberto, Luis Suárez, Leo Messi, Arda Turan y Jordi Alba. El argentino y el uruguayo hacían las veces de doble '9'.

Variantes culés

Además, en la dinámica del retroceso se vislumbraron dos tendencias: al momento que un lateral se despegaba a ataque, el otro se quedó. También, los interiores de la banda descubierta por la subida de Jordi Alba o Sergi Roberto inmediatamente eran los defensores. De la misma manera, cuando los extremos se retrasaban en el interior, estos se adelantaban en el campo para desempeñarse de extremos

Luis Suárez demostró una virtud: su polivalencia dentro del campo. Cuando más difícil lo tenía el Barça se retrasó tenderle una trampa a la zaga rival y dejar la zona liberada. Los centrales de los leones, cayeron en la trampa de Suárez cuando los culés se adelantaron en el marcador. El pistolero, también se repartió el ataque junto a Messi. El de Salto, Uruguay, asimismo conformó al lado de Messi un doble enlace del 4-3-2-1. En esa zona del campo rebotaba rápidamente para Messi y el argentino abría el campo para la llegada de los volantes-extremos, aunque ambos una vez que se desprendían del cuero continuaban su carrera para culminar la jugada.

En cuanto fue posible, los azulgranas desplegaron una presión similar al Athletic Club aunque la intensidad no resultó eficiente como en el anfitrión. Sergio Busquets fue la voz de mando para adelantar líneas, los extremos a la altura del área grande, los interiores detrás de la delantera, los laterales sobrepasando el centro del campo, los centrales en el círculo central. Esta intensidad para recuperar el cuero, no admitió posiciones fijas, sino que buscaba subir las líneas para no dejar pensar al rival, recuperar en alto y generar peligro en el área rival.

El súper-tándem y el equipo largo

A Lionel Messi le faltó conformar sociedad con la zaga y Ter Stegen. Después, se movió por todo el campo, compaginándose con Arda y Alba en la izquierda, Suarez en el doble enlace, Rakitic y Sergi Roberto en la derecha, Denis Suárez y Sergio Busquets en el mediocentro. Osciló en el extremo derecho e izquierdo, centrodelantero, enlace y nexo con el doble pivote. La intensidad de los vascos, obligaba a que Leo Messi mantuviera la dinámica y movilidad, para no dar referencias y dificultar a los de Valverde

Durante más de 70 minutos, el Athletic no renunció a la presión e intensidad. En ese lapso, los de Barcelona no pudieron plasmar un equipo corto en sus líneas preponderantemente sin el balón. Más de 80 metros separaban a Piqué de Luis Suárez. Por otro lado, con el cuero a merced el equipo era más exiguo, Umtiti-Piqué se ubicaban delante del centro del campo para mantener un equipo corto, compacto y sólido, en 40 metros. En efecto, se reducían los espacios para el Athletic, presumiblemente agotado. Ocurrió en los últimos veinte minutos, a un ritmo más pausado y los de Barcelona mantuvieron el cero.

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Sobre el autor
Oscar Stefano De Antoni
Del profesorado de Historia y la Licenciatura en Periodismo.