El segundo encuentro de Osasuna en su estadio hacía presagiar que la segunda victoria de la temporada era más que factible, no obstante, la mentalidad ganadora no ha sido la que ha saltado al verde del Sadar. La presencia de Javad Nekounam tampoco ha resultado ser la llave maestra del buen juego y de la victoria; Mikel Merino no es su pareja de baile perfecta. Urban tendrá que seguir tocando melodías hasta dar con la tecla perfecta, esa que da armonía al centro del campo y, por lo tal, el manejo del partido. La defensa tampoco ha estado fina en su duelo con sus vecinos alaveses. Echaide sigue estando ausente y los laterales hacen aguas mayores. 

El partido no ha comenzado de la mejor manera posible para los 15.600 aficionados congregados en el Sadar, más rojillos en Segunda División que en Primera. La superioridad patatera era notable sobre el césped. Sólo era el minuto 12 de juego y Echaide se aliaba con el enemigo. Una entrada a destiempo sobre Juli obligaba al colegiado a pitar penalti en contra de Osasuna. El propio delantero alavés no fallaba y el balón entraba por la red defendida po Asier Riesgo. Cero a uno y cuesta arriba para un equipo que aspira a subir de categoría. 

Nino pudo empatar el partido dos minutos después, aunque su disparo se marchó rozando el palo izquierdo defendido por Manu. Roberto Torres no estuvo centrado y eso se le notó considerablemente, puesto que las pocas ocasiones que que gozó, no las supo aprovechar. La buena planta del guardameta patatero también hizo de barrera contra las ocasiones rojillas. 

Tras el gol, los rojillos supieron responder, aunque con más pena que gloria. Ni los intentos de Nino ni los de Nekounam conseguían acortar distancias en el marcador. La grada se desesperaba y Urban mandaba a Lotiès y Kodro a calentar. Hasta que se llegó al descanso. 

"Jaque mate" en dos minutos

Los buenos minutos finales de Osasuna en la primera parte no sirvieron para darle la vuelta al encuentro y, tras la vuelta, el Alavés no tardó en matar el encuentro. Cadamuro y Lotiès saltaban al terreno al comienzo de la reanudación en detrimento de Echaide y David Garcia. Así, Urban se decantaba por cambiar su defensa en vez de ir al ataque, misma técnica que utilizaban Mendilibar y Javi Gracia; algo que llevó al equipo al descenso. 

Tras dos años sin señalizarle ninguno, Osasuna ha disfrutado ante el Alavés de una pena máxima

Los cambios no sirvieron de nada, puesto que dos goles en dos minutos, Ion Vélez en el 49 y Migue en el 51, mataban el partido por completo. Los tantos se sintieron como un jarro de agua fría. El penalti a favor que le pitaron a Osasuna, después de dos años sin señalarle ninguno, y que materializó Nekounam, no sirvió para dar la vuelta al marcador, aunque sí para subir la moral a los navarros. 

Los minutos transcurrían y los patateros parecían conformarse con el resultado, ya que Osasuna no daba señales de poder hacer peligro. Ese peligro que había demostrado en las dos jornadas anteriores. 

Osasuna y Alavés se volverán a ver las caras el próximo día 10 de septiembre, pero, en este caso, será en Vitoria y en competición de Copa del Rey. Los rojillos buscarán la revancha liguera.