El Mirandés ocupa la decimotercera posición en la tabla y tiene cuarenta y siete puntos en su haber. Esta puntuación pudo ser mayor si las pilas del pueblo a orillas del Ebro no se hubieran gastado tan pronto. Carlos Terrazas ha visitado El Sadar en numerosas e incontables ocasiones esta temporada. Será dificil sorprenderle a pesar de que el esquema de Enrique Martín Monreal es bien distinto a los anteriores.
La calculadora burgalesa
En números está en la tendencia habitual de Segunda y bastante igualado con otros equipos. No existe gran diferencia entre los goles encajados y los goles marcados a los rivales. Rúper, Fran Carnicer (sancionado) y Pedro Martín son los encargados de llevar el timón de un bloque agazapado, pero fuerte. El Mirandés es una escuadra férrea, tan férrea como un ferrocarril a punto de partir. Este ferrocarril fue bonachón con Osasuna debido a que ganó la última jornada al Recreativo de Huelva en su feudo.
El lobo silencioso
En la delantera cuentan con un auténtico lobo de área. ¿Lobo? Efectivamente. Su increible corpulencia y desparpajo de cara a gol le caracterizan. Es un experto en coger el balón del fondo de las mallas. Cuando está cerca del balón, Anduva grita gol. ¿Su nombre? Urko Vera.
Fuertes en casa, débiles fuera
En Anduva se hacen fuertes y sacar tajada de allí siempre es complicado para los rivales. Hasta el momento solo Alcorcón, Sporting, Racing y Girona consiguieron regresar a casa con tres puntos, mientras que Betis y Valladolid cosecharon un empate sin goles. Como ven, Osasuna no fue capaz de escapar vivo. Es más, algunos aficionados lo denotaron como punto de inflexión. Sin embargo, poco duró. Finalmente, a destacar su escasa eficacia fuera de casa. ¿Factor campo? Tal vez.