Únicamente empujando no se mueve un muro. Esta ha sido la sensación de Osasuna durante su partido, es decir, los segundos 45 minutos de choque en los que los dirigidos por Martín Monreal han sido superiores por completo a Las Palmas, que aprovechó dos errores en el primer tiempo para marcar dos goles y llevarse tres puntos a las islas canarias. Para derribar el muro necesitas explosivos. Esos 'explosivos' nacen a partir de jugadores capaces de crear ocasiones de gol y de la suerte. Osasuna solo tuvo esos jugadores (Vujadinovic, Cedrick y Pablo Hervías).
El equipo osasunista solo saca algo claro del partido ante Las Palmas: necesitan transformar las ocasiones de gol. Los de Martín Monreal las tuvieron de todos los colores para golear a sus rivales pero ni desde lejos ni desde cerca el balón quiso entrar en la portería de Raúl Lizoáin. La suerte estuvo siempre de espaldas a El Sadar. Los visitantes dominaron un primer tiempo donde apenas encontraron resistencia, Osasuna no chutó a portería hasta el minuto 14 de partido y el disparo de Roberto Torres dejó mucho que desear.
Osasuna jugó con horario canario
Con una hora de retraso se presentó Osasuna al partido. Parecía que el partido empezaba para ellos a las 23:00 horas (por si jugar a las 22:00 un día laborable no fuese lo suficientemente tarde). El primer tiempo fue un desespero. Los rojillos no acertaban con los pases y Las Palmas dominó la gran mayoría de la posesión.
El árbitro del encuentro y sobre todo uno de sus linieres no tuvieron un día plácido. El trencilla y sus ayudantes cometieron varios errores durante todo el encuentro, empezando por dos fueras de juego señalados al equipo visitante que no eran y que habrían supuesto dos claras ocasiones de gol. Posteriormente, ya en la segunda parte, Sánchez Martínez se 'tragaría' un penalti favorable a los intereses de Osasuna tras dos manos de defensas canarios en su propia área.
El partido empezó mal para los rojillos y en el minuto seis de choque se puso peor aún. Javad Nekounam cometió el primer gran error del partido. El centrocampista iraní le pasó el balón a Jonathan Viera pensando por un momento que era un compañero de equipo; el canario ex del Valencia encaró la meta de Riesgo en carrera y sin detenerse chutó con potencia al llegar a la frontal para meter el balón por la escuadra derecha de Asier. Las Palmas se ponía por delante cuando El Sadar estaba aún llenándose.
El balón parado fue la principal baza de Osasuna durante todo el choque. Esto dio resultado únicamente en la primera parte en el tanto del empate pero durante todo el encuentro los rojillos supieron crear peligro a base de faltas laterales y lejanas y córneres. Roberto Torres y Pablo Hervías fueron los encargados, sobre todo en caso del primero, de colgar las faltas y córneres ya mencionados.
En un saque de esquina llegaría el empate. Roberto Torres puso un centro abierto que remató picado y al palo largo Nikola Vujadinovic para poner las tablas en el marcador y una sonrisa en los aficionados, que veían posible sacar un buen resultado de un partido clave. Ganar hoy era media salvación.
Sin tiempo de celebrar nada
Apenas 30 segundos después de empatar Osasuna la UD Las Palmas se volvería a poner por delante en el marcador. Sin tiempo de celebrar el gol y de hacer cálculos para saber los resultados necesarios para lograr la salvación llegó un centro desde la derecha de Ángel López que controló y fusiló Sergio Araujo ante el fallo defensivo de David García, que no acertó ni a despejar el balón ni a cubrir correctamente al delantero visitante. Asier Riesgo no pudo hacer nada ante ese gran disparo realizado desde el área pequeña.
Las Palmas se fue ganando al descanso con la sensación de haber sido mejores que sus rivales y de ir con una momentánea victoria que les ayudaba en su objetivo de ascender directamente a la Liga BBVA.
En el segundo tiempo Osasuna llegó al partido y Martín Monreal decidió hacer dos sustituciones en el descanso: Raoul Loé y Cedrick entraron al terrreno de juego por Javad Nekounam y Javier Flaño, dos jugadores muy fallones en el primer tiempo. Osasuna salió al terreno de juego e hizo saber a sus rivales que ganar en El Sadar no es tarea fácil ni algo que se pueda hacer sin 'sudar la gota gorda'.
Roberto Torres tuvo una buena falta muy cerca del área nada más comenzar el segundo tiempo. Su disparo se fue alto; fue el comienzo del despertar rojillo. Osasuna dispuso de hasta nueve saques de esquina y 13 remates durante todo el partido siendo siete de esos remates y cinco de esos córneres en el segundo tiempo. Vujadinovic, David García y Oier pudieron anotar en esas jugadas pero todo fue inútil.
Con Vujadinovic y Cedrick no es suficiente
Si se puede destacar a alguien en este partido es al serbio Nikola Vujadinovic. Más allá de su gol, el central osasunista completó un excelente partido en el que tuvo más de una ocasión de gol, cortó numerosos balones (más que nadie) y se animó a realizar incluso una gran jugada individual en la que logró marcharse de hasta tres contrarios, siendo derribado por el cuarto cuando ya pisaba el área canaria.
Otro jugador que se gustó en El Sadar fue el exbético Cedrick. El volante salió en el descanso y se hizo notar su presencia. El lateral Ángel López sufrió más que nadie para marcar a este explosivo jugador que creó varias ocasiones de gol a partir de centros y jugadas individuales nacidas desde el costado izquierdo. La más clara del partido estuvo en sus botas pero su disparo, estando muy cerca de la portería, se marchó fuera por muy poquito. La puntería no estuvo de su lado.
Pablo Hervías fue otro jugador que realizó una buena actuación al igual que lo hizo Sisinio. Ambos jugadores aportaron ganas y velocidad y dejaron ver que se defienden muy bien cuando de regatear se trata.
A pesar de jugar bien durante toda la segunda parte Osasuna no logró materializar ninguna jugada y Las Palmas acabó llevándose el partido por 1-2. Martín Monreal ya tiene la mente puesta en el partido en Leganés del próximo sábado, partido clave para lograr la salvación cuanto antes.