Osasuna es un mar de dudas. Los rojillos llevan desde el comienzo de la temporada dejando claro que la Liga Adelante les viene grande. Ni Jan Urban, ni Mateo, ni Martín Monreal han sido capaces de despertar a un equipo que comenzó la temporada como uno de los favoritos al ascenso a la Liga BBVA. La situación actual es muy contraria a ese objetivo inicial que era alcanzar, al menos, los play off de ascenso.

Las dudas del equipo van más allá de lo deportivo. No solo el juego de Osasuna deja mucho que desear, la estabilidad del club también. El hecho de la posible desaparición en caso de descender no ha hecho que el club saque la garra que le caracteriza para salir de la mala situación que actualmente se vive. Los buenos resultados no han ido llegando durante el transcurso de la temporada y es por ello que los navarros han ido nadando a contracorriente jornada sí, jornada también.

Salir del embrollo en el que están metidos los jugadores, técnicos y directivos pasa por nadar en la dirección correcta pero, ¿hacia qué lado está la orilla? Nadie lo sabe. Ni siquiera Osasuna, que parece ir en contra de la dirección adecuada sin reaccionar mientras los jugadores se conforman con escuetos 1-0 que finalmente terminan siendo empatados o remontados, la marea arrastra cada vez más lejos al club y por mucho que se nade, no se avanza. 

El equipo de Martín Monreal no encuentra la manera de ganar dos partidos seguidos y los empates, ya sean en El Sadar o fuera de él, no sirven. Quedan dos partidos para certificar o bien la salvación o bien un nuevo descenso. Esos partidos son ante rivales directos como Recreativo de Huelva y Sabadell, dos de los únicos tres equipos que Osasuna mantiene por debajo en la tabla clasificatoria.

El juego desplegado durante toda la temporada ha dejado mucho que desear y la falta de ganas mostrada en varios partidos por la plantilla no ayuda al optimismo. La calidad de los jugadores, superior a muchas plantillas del resto de la liga, no ha sido suficiente para sacar los puntos necesarios para no sufrir en este final de curso. Osasuna necesita que los jugadores salgan a morder en las dos finales que quedan para ver la orilla, nadar hacia ella con fuerza y llegar a ella.

La esperanza pasa por El Sadar y Nova Creu Alta

Osasuna no depende de sí mismo para salvarse. El Racing de Santader tiene los mismos puntos pero una diferencia de goles mucho mejor (-11 de los cántabros, -21 de Osasuna). Esto hace que los blanquiverdes superen a Osasuna en caso de empate a puntos. El Tenerife tiene tres puntos más que ambos y una diferencia de -9 goles.

Que 'pinche' el Racing es primordial pero más lo es que Osasuna gane sus dos compromisos. El Recreativo de Huelva visita Pamplona sabiendo que si pierde, desciende matemáticamente. El Racing recibirá esa jornada a la Ponferradina, equipo que aún puede alcanzar los play off de ascenso y el Tenerife tendrá en su feudo la visita del Real Betis.

Ganar al Recreativo supondría que tanto los andaluces como el Sabadell descenderían a Segunda 'B'. En caso de descender el equipo catalán, Osasuna se enfrentaría, en teoría, a un equipo arlequinado con algunas bajas en su 'once' inicial y una autoestima en mínimos en la última jornada. La baza de ganar ante el Recre supondría que los rojillos llegarían al último partido no solo vivos, si no con bastantes opciones de salvarse.

En caso de ganar ambos partidos, Osasuna no estaría matemáticamente salvado. Las esperanzas pasarían por que el Racing empatase o perdiese cualquiera de sus dos partidos o que el Tenerife perdiese ante el Betis y el Numancia. Si Osasuna no gana sus dos choques, las esperanzas de salvarse disminuirían mucho y dependerían de lo que hiciese el Racing de Santader. Osasuna tiene que despertar, nadar en el buen sentido y salvarse.