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Osasuna juega como nunca y falla como siempre

CA Osasuna y Real Zaragoza empataron en un partido directo por los puestos de 'play off' de ascenso a la Liga BBVA. Los rojillos fueron siempre mejores pero la mayor claridad de llegada del Zaragoza, unido a un error grave de Mikel Merino, supusieron el primer tanto zaragozista. David García marcó para empatar el golazo de Lanzarote. Cabrera fue expulsado casi al final del partido por doble amarilla. La victoria para cualquiera hubiese supuesto un paso importante hacia adelante.

Osasuna juega como nunca y falla como siempre
Ángel Rodríguez perseguido por Mikel Merino y Olavide. Otegui en el fondo. Foto: La Liga.
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Por Javier Martínez Piñero

Titular muy tópico, quizá demasiado. El problema es que no hay otra manera de expresar lo que hace el Club Atlético Osasuna, al menos en las últimas cuatro jornadas. El equipo navarro no hace más que dominar los partidos y mostrar una buena imagen para terminar con un punto más en su casillero, con suerte. Tras dos derrotas y con este dos empates, los navarros pasarán su segunda jornada fuera de los puestos de play off de ascenso tras estar nueve jornadas liderando el campeonato. Esos puestos son el objetivo de los rojillos y los maños, que salen mejor parados de este partido.

Los deseados dos puestos que permiten el ascenso directo están ya a seis puntos para Osasuna y a ocho para el Real Zaragoza. Los rojillos empatan a puntos con el sexto clasificado pero la diferencia de goles deja al Mirandés y al Alcorcón por delante. Los maños, venidos a más tras ganar a Leganés (2º) y Córdoba (4º), suman un punto ante otro rival directo contra el que, eso sí, tienen el enfrentamiento directo perdido, siendo este de 2-1 favorable a Osasuna

El encuentro no fue nada nuevo. Osasuna empezó un poco flojo, permitiendo al Real Zaragoza llegar por medio de un activo Pedro y de un Ángel Rodríguez que buscaba anotar como fuese. Con el paso de los minutos, los locales empezaron a tener la posesión y a, sobre todo, robar muchos balones en el centro del campo. Antonio Otegui y Mikel Merino estuvieron especialmente hábiles en esta tarea, ya fuese cortando un ataque en campo propio o evitando una contra, durante todo el encuentro. Esta fue la clave del dominio osasunista.

Esos robos propiciaron la primera gran ocasión para Osasuna pasados los primeros diez minutos de choque. Antonio Otegui cortó un mal pase de la defensa zaragocista quedándose solo en la frontal ante Manu Herrera quien metió una mano providencial para evitar el 1-0. Al joven jugador de Osasuna 'se le hizo de noche' y no pudo aprovechar esa gran oportunidad. Un rato, algo largo, después, el Real Zaragoza intentó marcar en dos buenas ocasiones, ambos cabezazos de Ángel y Cabrera que a punto estuvieron de ser gol. Pedro, desde fuera del área, también tuvo la suya para adelantar a su equipo.

Cuantos más minutos pasaban, más se veía venir el gol de un Osasuna que empujaba pero no terminaba de cerrar sus ocasiones. Un pase de la muerte de Berenguer lo cortó Cabrera cuando se cantaba el gol de un Urko Vera poco acertado, Roberto Torres también tuvo en sus botas el gol pero Manu Herrera voló para evitar el tanto del pichichi rojillo. El partido estaba siendo vistoso con ocasiones para ambos aunque más del lado local. El Real Zaragoza se fue echando atrás poco a poco obligado por un centro del campo rojillo excelente de principio a fin. Sin embargo, un error, grave, de Mikel Merino, empañó tal actuación.

Enfado y gol

Los futbolistas están sometidos a mucha presión durante los partidos y perder los nervios es algo que a veces sucede aunque también es algo que hay que evitar a toda costa (por este motivo, Nauzet y Urko Vera han sido amonestados). Mikel Merino, reciente fichaje del Borussia Dortmund, recibió un caño en el minuto 40 de partido al que respondió inmediatamente con una patada innecesaria producto de la rabia. El colegiado le mostró la amarilla y el Real Zaragoza, marcó. Los maños sacaron rápido la falta y Culio le puso un buen balón a Lanzarote en el segundo palo que el ex del Sabadell envió con una increíble vaselina al fondo de la red

El descanso llegó con un 0-1 que nadie esperaba. El gol era merecedor de caer pero del lado de los locales, mucho más activos y dominantes durante los 45 primeros minutos. Pero en este deporte manda la efectividad y los zaragocistas aprovecharon bien sus pocas ocasiones para adelantrse. El gol fue la última llegada clara de los jugadores de Lluis Carreras en todo el partido, siendo por completo encerrados en la segunda parte.

Un minuto basta

Poco más de 60 segundos necesitó Osasuna para empatar el partido, eso sí, de la segunda parte. Los rojillos ganaron un córner que sirvió Roberto Torres para que rematase con los pies en el suelo David García e hiciese el empate que, a la postre, sería el resultado definitivo. La entrada en el descanso de un jugador ofensivo como Matej Pučko unido al tempranero tanto del central osasunista hacía presagiar una remontada que terminó por no cumplirse. Miguel De las Cuevas fue otro jugador que entró de refresco, siendo este su debut esta temporada. El alicantino marcó un gol legal que el colegiado anuló por fuera de juego. El error del línea fue crucial en el resultado del partido. La jugada, eso sí, era dudosa desde un principio y sin una repetición, era muy difícil de ver.

Con un 1-1 en el marcador, Osasuna robó más balones que nunca y siguió atacando aprovechando la gran velocidad de Pučko, De las Cuevas y Berenguer. En el global, los pupilos de Enrique Martín Monreal realizaron un gran partido con las excepciones de un apagado Urko Vera y un Miguel Olavide sin chispa. Para evitar el dominio navarro Lluis Carreras buscó tener más presencia en el centro del campo pero no lo consiguió en ningún momento. 

Una de las pocas llegadas del Real Zaragoza al área osasunista durante el segundo tiempo llegó con un buen contraataque que a punto estuvo de ser el 2-1. Matej Pučko se vio en un mano a mano contra Manu Herrera que no supo convertir en gol. El guardameta ex del Alcorcón salió rápido al cruce para evitar que el disparo del esloveno entrase. Fue la mejor de la segunda parte y muy parecida a la de Otegui en la primera.

El colegiado, que ya falló anulando un gol a Osasuna, expulsó por doble amarilla al central Cabrera cuando apenas quedaban tres minutos para llegar al 90'. Roberto Torres lanzó esa falta por encima del larguero y el partido, prácticamente, murió ahí. El empate, mejor para los visitantes, deja mal sabor a un Osasuna que vuelve a dominar y a ser mejor que su rival pero que deja escapar, nuevamente, los tres puntos, muy importantes en la lucha por el ascenso.