Madera y pólvora mojada

Un Racing con 18 tiros a puerta, cuatro de ellos estrellándose contra la madera, fue incapaz de empatar el partido a un Mirandés que se puso pronto por delante en el marcador. El tempranero penalti transformado por Rúper puso en bandeja el partido al Mirandés que sentenció a los locales tras otro error defensivo a la salida de un córner. Recortó distancias Mariano y hasta ahí llegó la aventura para un encuentro en el que el Mirandés marcó las dos ocasiones que tuvo. El Racing no levanta cabeza y el Mirandés se instala en la parte alta de la clasificación tras su repentino ascenso administrativo.

Madera y pólvora mojada
Momento en el que Saguez Oscoz señala la pena máxima (Fuente: El Diario Montañés)
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Por Alvaro Remón Sánchez-Calero

Racing y Mirandés terminaron un encuentro en el que los locales echaron de menos la total puntería de sus oponentes. En dos ocasiones llegó con peligro el Mirandés y dos goles brillaban en el luminoso. Por su parte, el Racing se desquició con la madera y con disparos que pedían algo más de dirección a sus ejecutores. Tres puntos para un oficioso Mirandés y para sus aficionados que están en una nube tras su rocambolesca vuelta a la categoría de plata. Caras largas a la salida de El Sardinero para un equipo que tiene potencial pero tiene que aprender que, en esta liga, los fallos se cobran más caros que en Segunda B.

En un Sardinero que no llegó a media entrada, el primer partido como local del Racing en la categoría de plata lo inauguró una mujer de oro, Ruth Beitia. El pie derecho de la laureada atleta cántabra, reciente campeona de Europa salto de altura en Zurich, hizo rodar el balón por primera vez esta temporada en el verde santanderino. La afición local rugía esperando sin paciencia un partido con un horario (sábado a las 23 horas) más para disfrutar de un gintonic o de un agradable paseo por el Paseo de Pereda que de Mario y compañía.

El partido comenzó tosco y trabado. El Mirandés desplegaba el mismo juego que en el anterior partido, consistente en balones largos para Urko Vera, que el gigante vasco bajaba al suelo sin que Bernardo pudiera hacer nada. Por otro lado, el equipo local no acababa de encontrar el sitio con los nervios del debut ante su afición y la buena presión en medio campo del Mirandés. Del Racing fue la primera ocasión clara e Iñaki el ejecutor. Tras un estiloso taconazo firmado por Miguélez que dejaba sólo a Concha, éste se la ponía a placer a Iñaki que se la colocó para su pierna izquierda. El portero del Mirandés, Razak, salió con todo y el chut de Iñaki se fue despejado por la línea de fondo.

Ahí comenzó la primera fase del partido en la que dominó el Racing, acechando la portería de Razak con peligro. Sin embargo fue el Mirandés el que abrió el marcador. Saúl se confió en demasía en un balón largo que le robó Jordi Pablo en la misma línea de fondo. Éste colgó el balón y el remate de Juanjo tocaba en la mano de Bernardo, que se ganó una tarjeta amarilla por la acción. La pena máxima fue duramente criticada por los locales que achacaban que el balón golpea antes en el brazo de Juanjo pero el colegiado, a escasos metros de distancia, no lo observó de la misma manera. Mas allá de polémicas, el Mirandés dispuso en el minuto 19 de una imperdonable oportunidad de ponerse por delante y no falló Rúper, mandando el balón, sin atisbo de nerviosismo, a la escuadra. A partir de entonces, el Racing no bajó los brazos y disfrutó de varias ocasiones claras.

El Racing, decidido a dar una alegría a la afición en la festividad de los patrones de la ciudad, San Emeterio y San Celedonio, se lanzó al ataque por la banda izquierda de la que fueron dueños y señores Iñaki y Saúl. En la segunda ocasión de peligro, el cántabro centró al segundo palo para Concha que cedió a Samuel que remató al palo. El rebote lo controló un lento Miguélez, bloqueando Aitor el tiro del asturiano. El Mirandés llegaba con cuentagotas y siempre a balón parado, como un cabezazo lejano del poderoso Urko Vera que se marchó alto.

Volvió a llegar el Racing por la izquierda, con un nuevo centro de Saúl que remató Granero y sacó la defensa casi en la línea con ayuda del travesaño. Miguélez no pudo de nuevo rematar al fondo de las mallas y su tiro lo rechazó Razak. El gol santanderino se hacía de rogar y, casi al término de la primera parte, una magnífica jugada individual de Concha acabó rebotada en el palo tras rechazar en la mano del portero africano. La promesa santanderina se había zafado de cuatro rivales y su duro disparo al palo corto encontró al recien incorporado portero de Ghana. La primera parte terminó con una caída de Concha en el área que el colegiado vasco no creyó conveniente castigar con penalti.

Disparo de Concha que da en el palo (Fuente: El Diario Montañés, Javier Cotera)

El conjunto santanderino se iba con usa sensación amarga al vestuario. Habiendo creado varias ocasiones de peligro pero no pudiendo llevar ninguna al fondo de la meta defendida por Razak. Por su parte, el equipo entrenado por Carlos Terrazas había sacado máximo partido de sus internadas en el área local y disfrutaba de una ventaja que no se apreció en el terreno de juego.

Empezó la segunda mitad como terminó la primera: reclamando la parroquia la pena máxima por una entrada a Borja Granero por parte de Caneda. En esta ocasión, la falta dentro del área parecía más clara pero el árbitro guipuzcoano no quiso saber nada del entuerto y mandó seguir jugando. Paco Fernández, conocedor de la supremacía de Urko Vera por alto, dio entrada en el descaso al recién incorporado, pero viejo conocido, Juanpe. El canario estuvo a la altura en el medio campo y ayudó en el marcaje al fuerte ariete.

En un saque de córner que pilló a muchos en la cafetería, el central y capitán del Mirandés, Caneda, remató, sin oposición, al fondo de las mallas un saque medido de Jordi Pablo. Duro castigo para un Racing que merecía un gol a favor pero también los dos en contra. Los errores garrafales en defensa echaron a perder el buen partido, en general, de los chicos de Paco Fernández.

El Mirandés celebra el segundo gol, obra de Caneda (Fuente: As, Nacho Cubero)

A grandes males, grandes soluciones debió pensar el asturiano que mandó salir a Mariano. El delantero acababa de recibir el alta médica por su operación en el hombro pero no puso reparos en ayudar a su equipo. Y bien que lo hizo porque suyo fue el gol. Una falta que, tras una serie de rebotes, remataba por segunda vez al larguero Borja Granero y encuentró la frente de Mariano. Primer gol para el Racing en el partido y en la temporada. Terrazas atisbó falta de oxígeno en los suyos y dio entrada a Borja Docal que volvía a Santander, su ciudad natal.

El resto del partido fue un empuje continuo de un Racing desfondado, que no mejoró con la entrada de Iván Moreno. El Racing se pudo quedar con diez pero el Sagués Oscoz optó por una tarjeta amarilla tras una entrada fuera de lugar de Samuel. El Mirandés se cerró muy bien atrás y no dejó que el Racing le arrebatara dos puntos. Miguélez marcó casi en el descuento para delirio y desgracia de la parroquia verdiblanca al comprobar posteriormente que estaba claramente en fuera de juego.

Así pitó el final Sagués Oscoz, en un encuentro que empezó en sábado y terminó en domingo, con un Racing de Santander que tiene que mejorar urgentemente la cohesión y solvencia de su defensa. Además, la plantilla de Paco Fernández echa en falta un delantero con gol que finalice las jugadas de peligro. Dos partidos, cero puntos y malas sensaciones para una temporada larga.

El Mirandés sacó petróleo de una visita complicada a Santander, que hizo fácil la defensa cántabra, los palos y desaciertos de los verdiblancos. El equipo cuenta ya con cuatro puntos, tres de ellos a domicilio y contra un rival con el que comparte objetivo. Muy buen arranque para el conjunto burgalés que, a buen seguro, alegró la vuelta a Miranda de Ebro a todos aquellos seguidores en unas horas criminales para desplazarse por carretera.