El Racing de Santander ha perdido hoy ante el Mallorca tras un mal partido en la primera parte y mejorar en la segunda. En esta fue la mala puntería la que condenó al equipo cántabro otra vez a la derrota. Los respectivos entrenadores dejaron a un lado la política de rotaciones para presentar un once sin pocas innovaciones, tras enderezar el rumbo de sus equipos.

El equipo balear salió avasallador, con un defensa siempre pegado a Koné. Además, los bermellones se hicieron con el control del esférico ante un equipo cántabro bien plantado en defensa y ordenado en el centro del campo.

El primer tiempo acabó con un gran golpe para el Racing

Los insulares fueron los que dieron primero, con un centro al área y un fallo garrafal del portero cántabro que no pudo agarrar el balón, a lo que Bigas respondió con un fallo aún más grave, pues a puerta vacía falló un gol cantado.

La respuesta de los cántabros tardó, pues en casi media primera parte no se acercaron al área del Mallorca, con dos balones colgados por Miguélez. Uno despejado con apuros por la defensa y otro rematado por Koné fuera.

Otra jugada del Mallorca pudo convertirse en el 0-1, pero el remate Marco Asensio, tras irse de dos defensas, encaró a Raúl, pero su disparo se fue al poste.

Así fue como marcaron los visitantes su gol, con una jugada parecida a la anterior. Marco Asensio se volvió a ir de la defensa racinguista y disparó al palo, pero esta vez el rechace no lo despejó la defensa, sino que fue rematado por Scepovic a las mallas de Raúl.

En la segunda parte se endureció el juego

En la segunda parte, el equipo local salió más ambicioso, lo que hizo que el Mallorca se replegara y pasara apuros para detener las contras racinguistas. Esto se tradujo en una clara ocasión de Koné, cuyo disparo toco en un defensa y obligó a lucirse al portero malloquín para echar el balón a corner.

Koné siguió siendo el estilete del Racing por la izquierda, volviendo loco al lateral Cendrós, pero los balones no terminaban en gol porque no llegaban a rematar o se entretenían demasiado con él en los pies, como en una ocasión de Iñaki solo ante Cabrero.

En la recta final, el juego se endureció con varias tarjetas amarillas para ambos equipos por juego brusco. El Racing protestaba demasiado al colegiado y así terminó el partido, con la derrota del equipo local por 0-1.