Sin atisbo de recuperación...

Un partido con claro color verdiblanco, puesto que el Racing jugó con su nueva tercera equipación en honor al Labaru Cántabro. El Betis dominó de cabo a rabo el encuentro y solo la fortuna y la escasa profundidad que mostró el conjunto de Juan Merino en el área rival le privó de acabar el año con una goleada. Un buen Betis, no en su máximo exponente pero ávido de fútbol, lleno de ilusión y con una buena presión, que pasó por encima a un flojo rival.

El Racing lleva un final de año pésimo, con un punto de los últimos doce, todo lo contrario a su rival hoy, y con muy malas sensaciones. Hoy volvió a adolecer de todo lo que le ha llevado a estar vigésimo: sin ideas en ataque, sin claridad, sin precisión y muy flojo en defensa, desordenado, desbordado...

Con Pepe Mel en la grada, quien cogerá las riendas del club sevillano de inmediato, se disputaba un encuentro con dos equipos con condiciones y objetivos muy distintos. Uno, el Betis, uno de los gallos de la categoría, por calidad y presupuesto. Otro, el Racing, con un equipo similar al que tenía en Segunda B y con un presupuesto muy limitado. Las intenciones de los cántabros eran buenas pero muy pocos presagiaban la 'campanada de Navidad'.

Jarro de agua fría

Arrancaba el partido y las cosas no podían empezar peor para el Racing. Con Iñaki fuera del campo doliéndose por una dura entrada de Piccini, y esa circustancia fue aprovechada por el Betis. Centro de Kadir, raseado, con intención, y Dani Ceballos que se adelantaba a la defensa para rematar a placer en el área chica.

Jarro de agua fría para los verdiblancos. El Betis seguía dominando aunque sin tener demasiada presencia en el área de Mario. Tocaban y combinaban bien en la frontal, ante la debilidad defensiva del Racing, pero no tenían esa profundidad necesaria para tener ocasiones. Solo Rubén Castro los intentó pero su disparo se fue fuera. Por su parte, el conjunto verdiblanco no lograba hacer daño a su rival, se veía limitado, sin ideas y con mucha fragilidad.

Un Racing inofensivo

El Racing empezó a buscar el área rival pero con mucha timidez. No había dos pases seguidos, no había continuidad de juego y un Betis a medio gas evitó cualquier opción de peligro para sus intereses. Por su parte, el conjunto andaluz a lo suyo. Tocar, tocar, tocar y buscar alguna ocasión para sentenciar a su débil rival. Rubén Castro volvió a tener una clara ocasión tras un rechace en el área. El canario no tuvo su día y envió el remate fuera. También lo intentó Piccini desde lejos pero Mario despejó a córner. El carrilero italiano hizo mucho daño por ese costado izquierdo ante un Saúl desbordado por la velocidad del lateral y las entradas hacia el interior de Kadir.

Rondando la media hora de juego, el conjunto visitante se animó con un Concha más participativo por el centro, moviéndose a su aire pero, al igual que al inicio del encuentro, sin ninguna profunidad ni atisbo de que pudiera llegar una buena oportunidad de gol. Aun así, el Racing terminó la primera parte con intensidad y fruto de esa intensidad llegó la primera ocasión para los verdiblancos. Buen centro de Borja San Emeterio y el remate de Mariano, adelantándose a la defensa, se fue alto.

Querer y no poder

La segunda mitad arrancó con el Racing apretando más arriba y teniendo más la posesión pero sin grandes indicios de que el empate estuviera cerca. El Betis a punto estuvo de anotar el segundo a poco de la reanudación pero la defensa estuvo rápida para achicar e impedir dos remates en el interior del área.

El Racing se vino arriba gracias a la movilidad de Álvaro, que entró en sustitución de Adán. Mayor juego por banda, Concha haciendo daño por el centro y un Racing más valiente. Mariano, uno de los más incisivos del conjunto verdiblanco, volvió a tener una buena oportunidad. Controló en el área pero se precipitó en el disparo que se fue alto.

El mazazo navideño

Pero se acercaba el final del encuentro y el Racing no encontraba la fórmula mientras veía como el Betis se pudo poner en mayor ventaja. Jorge Molina marró un mano a mano con Mario tras aprovechar un mal despeje de Samuel. El capitán verdiblanco estuvo muy hábil para evitar el segundo. Rubén Castro tuvo la segunda del trío de ocasiones finales del Betis. Al canario le llegó un rechace en el área pequeña pero su remate, incomprensiblemente para un killer de su nivel, se marchó fuera. Para acabar, Jordi, a la salida de un córner, remató de cabeza pero Mario estuvo atento en el blocaje. 

Mientras tanto, la recta final de partido del Racing fue un continuo 'quiero y no puedo'. No daba para más, ni la estrategia, ni la desesperada ni la calidad individual. Mucho tendrá que cambiar para que este equipo pueda salvar la categoría y mucho tiene que mejorar el juego de los últimos partidos para que pueda pelear por conseguir la permanencia. Al final, con el Racing con diez por la lesión de Álvaro García, Jorge Molina aprovechó un mano a mano con Mario para, de vaselina, hacer el segundo en el tiempo añadido.

El Racing se va de vacaciones con muy malas sensaciones, pésimas, con un punto en los últimos cuatro partidos. En puestos de descenso y en medio una ampliación de capital. El futuro racinguista está más en el aire que nunca. Por su parte, todo lo contrario para el Betis. El equipo se ha vaciado con Merino a los mandos y cierra con pleno de victorias su participación como técnico. Pepe Mel cogerá los mandos béticos desde mañana con su equipo muy cerca de los puestos de ascenso directo.

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