Sub-16: un inicio para saber lo que hay que mejorar

La generación de jugadores más jóvenes de las Rozas ya ha echado a andar. Albert Celades viajó hasta tierras suizas con un grupo de jugadores nacidos en 1998 con el fin de que tuvieran su primera experiencia competitiva con la camiseta de la selección. Dos enfrentamientos más que exigentes que se saldaron con empate y derrota, ante una selección que antes de enfrentarse a España ya acumulaba ocho partidos internacionales. Una dura prueba de la que los hábiles Aleña, Gori, Paolo, Óscar o Solís, entre otros, sacarán buenas conclusiones para las próximas citas. (Foto: Footbal.ch) | Vídeo íntegro del segundo partido.

Sub-16: un inicio para saber lo que hay que mejorar
Solís, uno de los jugadores de más calidad de la selección.
jujoca85
Por Víctor Sancho Ferrer

Es el primer paso de un camino que se espera que sea largo. Durante la semana pasada, la generación de jóvenes nacidos a partir del 1 de enero de 1998 (cadetes de último año) echó a andar en una experiencia que técnicos y jugadores intentarán alargar hasta bien entrado el 2015, con la disputa del Mundial Sub-17 de Chile. Los internacionales más jóvenes debutaron con dos amistosos que se incluyen en un calendario de temporada con más enfrentamientos de este tipo y algunas concentraciones para entrenamientos, con el fin de cohesionar a un grupo falto todavía de automatismos. Los resultados de los encuentros fueron de 3-3 y 4-2, respectivamente.

Porque esa la sensación más palpable que quedó tras los dos encuentros disputados el 3 y 5 de septiembre. Ante una selección interesante como la suiza, y frente a jugadores con una mayor madurez física, la selección tuvo que esmerarse de lo lindo, y a base de coraje, para intentar igualar el trabajo adelantado por su rival. La selección de Ryser Dany llevaba disputados ocho encuentros amistosos (diez, después de enfrentarse a España) y siempre dejo la sensación de tener unos movimientos mecanizados que visualizaban los errores del equipo español.

Sin embargo, uno de los alicientes de esta cita, que no iba a ser por un camino de rosas, era observar por primera vez y juntos a toda una serie de talentos que están llamados a ocupar un espacio en la élite del futuro. Había muchos nombres anotados en el cuaderno, y las referencias sobre las cualidades de cada uno debían ir confirmándose en los 160 minutos en que el balón rodó en la localidad de Niederhasli, al norte de Suiza.

Albert Celades dispuso para el primer encuentro el siguiente once:

La selección abrió el marcador por medio Paolo Fernandes, pero a partir de ahí, no volvió a estar por delante en el marcador en ninguno de los dos encuentros. El jugador formado en el Zaragoza (aunque al parecer ya acompaña a Manu García en uno de los juveniles del Mánchester City) fue uno de los jugadores más activos haciendo valer su capacidad de desequilibrio y manejo con las dos piernas. Una faceta, la habilidad de algunos jugadores españoles, que contrasta todavía con su físico, todavía por formar en muchos de los casos.

El cuidado de un tipo de jugador

En este sentido, Paolo, Manu García, Óscar Rodríguez, Solís o incluso Carles Pérez son el tipo de jugador con el que la Real Federación Española de Fútbol (RFEF) deberá tener más cuidado. La tendencia a esta edades en las diferentes federaciones empuja a buscar jugadores más formados en lo físico. Al no establecerse todavía una consolidación en lo táctico y técnico, impera en muchos momentos de los encuentros el impulso de los jugadores. Los encuentros entran en muchos tramos de desorden y es en ese momento en el que la presencia física se acaba imponiendo en el desgobierno.

A estas edades, impera en muchos momentos de los encuentros el impulso de los jugadores

La RFEF lleva unos cuantos años trabajando con la premisa de llevar la iniciativa de los encuentros, pero con la confirmación de los últimos años, con los títulos conseguidos a nivel absoluto, la labor en las categorías inferiores se ha sistematizado y se ha hecho ahínco en el cuidado y la confianza en un determinado tipo de jugador, que a una corta edad puede crear dudas pero que a la larga puede suponer la base sobre la que se pose un sistema de juego centralizado en la técnica, lo que finalmente da valor a la posesión.

Si bien en el primer partido Aleña y Bravo, de buena técnica, aunque con cierta presencia, formaron el doble pivote, la línea de tres mediapuntas sí estuvo compuesta por tres de los cinco cadetes antes mencionados. El exzaragocista dejó pinceladas de su descaro y de esa escurridiza arrancada; Manu García aportó ese toque preciso y aparentemente estable de derechas; y Carles, su insistencia y buen uno contra uno en banda, aunque no en tantas oportunidades como él hubiese querido.

La selección tuvo problemas para dar continuidad a la posesión por el buen orden y empuje de los suizos, y los rasgos de los jugadores aparecieron solo de un modo intermitente. El canario Néstor y el otro delantero de referencia del equipo, Fran Navarro, fueron los otros anotadores en el estreno de esta generación con la camiseta de España. Los cambios y una buena tendencia al final del encuentro marcaron la segunda parte del mismo.

Para el jueves 5 de septiembre, Celades puso en liza:

A destacar una vez más la apuesta del madridista Manu como central, aunque la mayor parte de sus escasos años todavía como futbolista los haya jugado como medio. El gran físico del jugador palentino le da energía al grupo y posibilidades al técnico. A su lado estuvo otra vez Soro, que no tendría su mejor tarde, ya que acabó expulsado. Un central contundente, que debería comenzar a medir sus acciones y el riesgo que pueden suponer.

El gran físico de Manu le da energía al grupo y posibilidades al técnico

La apuesta ofensiva de Celdades quedaba también remarcada con la inclusión de Erik Sarmiento en el lateral izquierdo. El españolista es un habitual hombre de banda, pero ofensivo. Un mediocentro y un extremo en defensa, y para compensar, un central en el lateral derecho. Carbonell, el bético, un jugador con iniciativa que tampoco iba a disfrutar con el físico y el impulso bético en la primera parte del segundo partido.

De nuevo, el encuentro se inició con muchos problemas en la construcción frente a un rival mucho más rodado y más hecho en la faceta muscular. Cada pérdida de balón española era un regalo demasiado suntuoso para los enérgicos suizos, comandados por Thomas Kunz, un mediapunta con buen toque y llegada, la habilidad de su siete, Ramadani, o el mando de Imeri. El primero, más corpulento que aquellos que merodeaban su zona, aunque es posible que en el futuro eso cambie. Por si la evolución física no acompaña, es conveniente que a esta edad los más desarrollados jueguen con chicos mayores, con el objetivo de hacer servir otros recursos.

España, a remolque

El partido le dio la espalda a la selección desde el inicio. Desde el primer minuto, los Sub-16 tuvieron que ir a remolque. Una falta lanzada a ras de hierba no encontró resistencia en el primer palo, y entre Kunz y la inseguridad defensiva ayudaron a que el esférico se introdujera en la portería. Con las diferentes “trampas” que había ideado Suiza contra el desarrollo del juego español, había que poner la lupa para apreciar las buenas hechuras del equipo español desde el medio hacia adelante.

Ese 1-4-1 y sus relevos

En esa sala de máquinas y la zona de concreción, cabe destacar que el hombre ancla inicial fue Yael Ballesteros. El zurdo de Atlético no pasó una tarde agradable, el pasado 5 de semptiembre. Aislado entre la primera y segunda líneas de presión suizas, pudo actuar muy poco. Habrá que esperarle hasta partidos venideros. En una línea practicamente de cuatro por delante de él, dos madridistas, Óscar Rodríguez y Gori López, se encargaban del juego interior, aunque ante la falta de espacios el primero tuvo que caer mucho a la izquierda.

Óscar Rodríguez es un jugador con buena iniciativa, de menor estatura que el mallorquín Gori. De gran pie derecho, con personalidad, y con tendencia a realizar ese pase de ruptura o ese gesto técnico que le diferencie. No desmerecía el diez que llevaba a la espalda, pero tampoco fue el de Niederhasli un día de luciemiento. Su mejor acción llegó en la segunda mitad, al arrancar con nervio y jerarquía desde el centro y bombear un preciso balón al espacio que Fran Navarro no definió por poco. A su lado, Gori López, con más presencia física, mostró desde el inicio su toque, buena conducción y giro, pero no estuvo acertado a la hora de asociarse, aunque es un jugador de buenas características para ello. En general, se formaron pocas sociedades a lo largo del partido y eso también es mérito de los suizos.

Dos andaluces en los costados

Los costados intercambiables de la línea de cuatro fueron para un joven de nervio y buena punta de velocidad, como el malagueño Villanueva, y otro fino mediapunta, como es el sevillista Solís. Éste último fue el autor del gol español en la primera mitad, con un buen control llegando desde la derecha y picando el balón por encima de Castanheira. Solís es otro interior estilista, quizás de menor nervio que los dos madridistas en liza, pero destilando clase siempre que pudo acariciar el balón. Dio el gusto al público, al dejar algún sombrero para deshacerse de la presión rival.

Dani Villanueva fue el autor del segundo gol español, ya cuando las cosas pintaban mal, en cuanto al resultado, y Soro se había ido a la caseta. Villanueva llegó al Villarreal procedente del modesto Puerto Malagueño y allí se había desempañado como mediocentro, debido a su buen físico. Pero la gran capacidad de adaptarse a otras posiciones más avanzadas habla bien de su versatilidad y buena actitud en el campo. Se trata de un jugador que da la sensación de llevar más horas de vuelo.

Dani Villanueva, versatilidad, nervio y velocidad a partes iguales

El valencianista Fran Navarro jugó en punto buena parte del encuentro y aunque tuvo que pelear casi en solitario, mostró su incansable esfuerzo y en su caso poseer una fortaleza que le diferencia de sus compañeros de selección. Tal vez, el otro punta del equipo, Néstor, que apenas contó con unos pocos minutos en este último encuentro, sea más elegante, pero todavía no ha desarrollado esa capacidad para ir al contacto.

El margen de Paolo

Yael, Solís y Óscar fueron dando paso a Aleña, Paolo y Manu García, a lo largo de la reanudación. Estos tres también forman parte de lo más atractivo en la zona de creación. El primero de ellos, el del Barça, se colocó con su zurda en la posición de pivote de referencia. Apareció más que el atlético y tiró de esa enérgica y dinámica pierna izquierda que posee. Aunque las vías más cercanas para la asociación seguían cortadas por los suizos. Frente a las circunstancias, mostró sus buenas maneras en el pase largo. Tiene pinta de que será uno de los fijos en el grupo.

En el caso de Paolo, su aparición comienza a concretarse como una de las más interesantes en el grupo. Un jugador al que habrá que seguir por la apariencia de tener mucho margen de mejora. Siendo de una altura similar a la de Manu García, éste último parece un jugador más clásico en cuanto a su técnica, pero en cuanto al despliegue físico, tienen características totalmente distintas.

Antes de explicar este último punto, conviene señalar que aunque en la lista ofrecida por la federación los dos aparecen como jugadores del Zaragoza y del Sporting de Gijón, respectivamente, ambos dos han estado entrenando durante el verano con uno de los equipos juveniles del Mánchester City. Una situación que todavía no se ha oficializado, pero que podría tramitarse en los próximos meses.

Paolo y Manu han entrenado con el Mánchester City durante el verano

Con Paolo Fernandes Cantin la selección presentó un jugador en apariencia liviano, pero con una capacidad atlética similar a la de un fondista. Desde que inició la segunda mitad, se mostró incansable, primero desde la derecha y después desplazándose hacia el centro. Demostró poseer una punta más de velocidad y manejo con las dos piernas, aunque predomina su zurda. Tuvo descaro en el regate e intención en el pase, con una técnica todavía asilvestrada, alejada de la pose más tradicional o académica de algunos de sus compañeros. Un potencial, teniendo en cuenta que se trata de un chico de 15 años, que todavía estaría lejos de alcanzar y que llama a seguir su evolución.

Manu García es el clásico ya jugador español en tres cuartos de campo, una preciada pieza que prolifera más por estas latitudes. Sin gran despliegue físico pero con una depurada técnica, que evidenció con una retahíla de recortes de espuela en los minutos de los que dispuso. Ese jugador que ahora mismo tal vez no ofrezca resultados evidentes, pero que con paciencia sería de los llamados a reforzar o provocar los buenos resultados de una apuesta. Porque estos chicos son todavía el primer paso en la construcción de una idea.

Ver segundo partido íntegro.

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Sobre el autor
Víctor Sancho Ferrer
Digamos que soy un periodista, especialista en fútbol, de dentro a afuera. Soy un ojeador global del balón pero conociendo primero mi propio medio: desde las categorías inferiores al fútbol de élite, y así luego me abro al mundo. Creo que si no eres capaz de valorar lo que tienes al lado, la opinión que te formes de lo que veas más allá de tus fronteras no será tan real.