Se avecinaba conflicto. Vicente del Bosque tenía otra gran papeleta que resolver. La responsabilidad del seleccionador nacional es inmensa. Dudas. Múltiples puntos de vista. Es imposible contentar a todo el mundo, pero el salmantino habla con hechos. Y qué mayor hazaña que la de elevar el rojo nacional al edén futbolístico. Campeones del mundo. Nada que reprochar. Gracias a ello, Del Bosque tiene crédito de sobra en todo el país. La gente cree en él.

Pero una cosa no quita la otra, y primero Mourinho y Ancelotti después, no lo pusieron nada fácil. El gran capitán, el que detuvo aquel mano a mano con Robben, el que elevó al cielo las dos Eurocopas y el Mundial, relegado al banquillo del Real Madrid. ¿Cómo iba a ser Casillas titular con la selección si ni siquiera juegaba en su equipo?

600 kilómetros al noroeste, el plena Ciudad Condal, el eterno rival presumía de portero. Un agrandado Víctor Valdés crecía a pasos agigantados. Pedía a voces resguardar la portería nacional. Su equipo no pasaba por el mejor momento de forma. Ya no ganaba por goleada. Messi marcaba menos goles, Valdés se encargaba de que con uno bastara.

Hasta que llegó el partido ante el Celta en plena lucha por la Liga. Falta en la frontal que ejecuta Orellana. Golpeo fuerte y centrado que Valdés no logra blocar y, en el rechace se lanza, felino, a por el esférico. Cae mal. Se rompe. Las lágrimas que derrochaban sus ojos cuando abandonaba el terreno de juego presagiaban lo peor. En efecto. Adiós Liga, adiós Champions, adiós Mundial. El guardameta de L'Hospitalet terminó prematuramente su última campaña con el club de sus amores. En ‘can Barça’ le iban a echar de menos.

Pasaban los meses, se acercaba el Mundial. La lucha por la Liga estaba en su punto álgido. La irrupción del Atleti rompía con esa ‘Liga de dos’ a la que estábamos acostumbrados. Pero ni Casillas ni Valdés eran de la partida. En Champions y en Copa, sin embargo, sí que jugaba el madrileño. Hasta que llegó el 24 de mayo. Los brazos de Casillas volvieron a levantar una copa. Era la ‘Orejona’, la ansiada Décima. Pese al fallo de Iker en el gol atlético, el Real Madrid volvió a coronarse como rey de Europa. Con ello, se disiparon la mayor parte de las dudas.

Una vez conocida la lista de los 23 elegidos, todo parece haberse aclarado. Casillas, De Gea y un Reina a quien se le atribuye más importancia en aquello de ‘hacer piña’ que en lo deportivo, forman la lista de porteros. La experiencia de Iker lo sitúa claramente por delante de los otros dos.

Salvo hecatombe, el ‘Santo’ defenderá, un año más, la portería nacional. El brazalete de capitán y los años bajo palos le dan crédito de sobra y cuenta con la confianza de un público, el español, que siempre lo ha venerado. En las buenas, y en las malas. Eso sí, Del Bosque -como siempre- tendrá la última palabra.