Si el pueblo de Villarreal vive inmerso estos días en sus queridas fiestas patronales de San Pascual, el conjunto de Marcelino no quiso ser menos y se sumó a la celebración. El 'Submarino' aplastó y arrolló a un dócil Rayo que fue un invitado más al festival ofensivo amarillo. El potencial atacante 'groguet', unido a las numerosas facilidades que dieron atrás los rayistas, provocó que el marcador luciera este resultado tan abultado.

Dos goles en cada mitad fueron más que suficientes para fulminar a un Rayo que volvió a ser ese equipo endeble y vulnerable de principio de temporada. Uche y Bruno, en la primera mitad, y Jonathan Pereira y Jaume Costa, en la segunda, fueron los artífices de esta goleada con claro color amarillo. Pletórica despedida del Villarreal ante su afición que ve cómo esta temporada de ensueño se cierra de la mejor forma posible.

Uche y Bruno desequilibran una primera parte accidentada

Hasta tres cambios se produjeron por problemas físicos durante la primera mitad. Borja López, Cani y Bruno tuvieron que abandonar el terreno de juego por sendas lesiones. Entre el carrusel de sustituciones, Rubén hacía inútil todos los intentos del Villarreal por abrir el marcador. Gio y Gabriel probaron fortuna, pero el meta rayista no estaba dispuesto a poner las cosas fáciles.

Pero no sabía que en el partido de hoy el enemigo estaba en casa. Una pérdida de balón inocente de Rat significó el primer gol del partido. Gio robó el balón, Musacchio dio el pase de la muerte y Uche finalizó a puerta vacía. Decimotercer tanto del nigeriano que no anotaba desde enero.

El Rayo hizo gala del fútbol vistoso y combinativo que tanto predica su entrenador, pero hoy no dio resultado. Sus posesiones estériles y su falta de profundidad fueron contrarrestadas por la fiereza y la contundencia de un Villarreal abocado al ataque.

Una gran jugada individual de Aquino dio en bandeja a Bruno el segundo en el minuto 41. El mexicano se fue de su marcador y centró el balón para que el capitán, incorporándose desde atrás, ajustara el balón al palo y ampliara las distancias justo antes de ser sustituido.

Vendaval de fútbol 'groguet'

El Villarreal no se conformó con esta renta de dos goles y fue a por más tras el descanso. La gran parada de Rubén al chut de Jaume Costa fue un preludio de lo que vendría poco después. La defensa del Rayo pecó de inocente una vez más y una fantástica conducción de Musacchio inició la jugada del tercer gol. Pase al hueco del central argentino, fallo estrepitoso de Gálvez y Jonathan Pereira no desaprovechó para picar el balón ante la salida de Rubén.

La saciedad amarilla no tenía límites. El Rayo se veía superado por todos los flancos y solo podía asistir pasivo al huracán ofensivo de los locales. Las concesiones en defensa no hicieron más que facilitar el apetito 'groguet'. En el 65’, Arbilla veía la roja directa tras derribar de forma clara a Moi Gómez cuando ya encaraba la portería rayista. Precisamente de esa falta vendría el cuarto tanto y último de la tarde. Rubén, que hasta entonces había tenido una gran actuación, no pudo blocar el lanzamiento de Trigueros y Jaume Costa empujó a la red el balón para firmar así su primera diana en la Liga BBVA.

Para respiro del Rayo, el Villarreal levantó el pie del acelerador y no quiso hacer más sangre. En cambio, la afición quería una 'manita' para despedirse del equipo aún mejor si era posible. Y a punto estuvo de llegar. Trigueros lanzó una nueva falta que esta vez se acabaría estrellando en el larguero.

El Villarreal culmina de esta forma una temporada magnífica que hace frotarse los ojos a más de un seguidor amarillo. En menos de un año, la afición 'grogueta' ha pasado de estar en el abismo de la Segunda División a disputar la Europa League. Pero eso será la temporada que viene. Ahora el objetivo es intentar alcanzar a la Real Sociedad y asaltar la sexta plaza. Anoeta dictará sentencia la última jornada. Hasta entonces, Villarreal está de fiesta.