Villarreal CF 2013/2014: defensa

La zaga del 'submarino' ha cuajado una enorme temporada en general. Pese a las numerosas lesiones, los hombres de Marcelino se han sabido sobreponer y conformar una sólida línea defensiva que le permitiese aspirar a lo más alto.

Villarreal CF 2013/2014: defensa
(Foto: Carla Cortés | VAVEL.COM).
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Por Iván Manzana Mollar

El conjunto dirigido por Marcelino García Toral se ha caracterizado, a lo largo de la temporada, por la solidez defensiva. Una férrea línea sustentada por dos jóvenes centrales, que han aprovechado la experiencia de Dorado para construir los cimientos de un muro difícil de sobrepasar.

Mateo Musacchio es el káiser, el líder de la zaga. Cumple con todos los requisitos del central idóneo: va bien por arriba, es fuerte, ágil, rápido y muy inteligente. A sus 24 años se ha proclamado el jefe de la defensa amarilla y su importancia dentro del equipo es indiscutible. Asenjo, Musacchio y Bruno. Los ejes de este ‘submarino’ que volverá a campear por Europa.

Después de pasar un año de miserias por la categoría de plata, el ‘submarino’ volvió a codearse entre los grandes tras un efímero paso por la Segunda División española. El objetico era volver para quedarse. Afianzarse de nuevo entre los grandes. Un difícil reto que Marcelino asumía con confianza.

Se necesitaban refuerzos. En lo recurrente a la zaga debía venir un lateral izquierdo y -al menos- un central. Pantic y Jokic fueron los elegidos. El primero para cubrir el flanco izquierdo de la defensa; el segundo, central. Apuntaban a titulares. Lo que nadie esperaba es el rendimiento de Jaume Costa y Mario Gaspar.

Los dos de la cantera. Los dos formados a orillas del Mijares. Los dos de casa. Dos laterales jóvenes y de escasa experiencia en la máxima categoría. Marcelino confío en ellos, y estos le devolvieron el gesto con un inmenso repertorio de seguridad defensiva y propagación en ataque. Cuando el equipo estaba atascado aparecían ellos; cuando fallaban los centrales, también.

Jokic no tenía cabida en el once. Pantic veía cómo Dorado y Musacchio le hacían quedar en un segundo plano. Las lesiones, y sobre todo Gabriel Paulista -que cuajó una enorme temporada- hicieron que el serbio contase con escasos minutos de participación. Pero las cosas cambiaron. Dorado y Musacchio sufrieron graves lesiones que les hicieron permanecer apartados de los terrenos de juego durante un tiempo. En principio fue Bruno el que asumió el rol de central, pero Marcelino se dio cuenta del vacío que dejaba el de Artana en el centro del campo. Llegó la hora de Pantic.

El serbio no desentonó. Rápido al corte y potente en los balones aéreos. La vuelta de Musacchio le devolvió a la suplencia. Tiene 22 años y un largo camino por recorrer. Algo parecido le sucedió a Jokic. Con el paso del tiempo llegó a pugnar con Jaume Costa por la titularidad, llegando a arrebatársela en numerosas ocasiones. Marcelino, incluso, los probó a los dos juntos ocupando todo el flanco izquierdo para defender las acometidas rivales en momentos clave. Quizá Jokic sea mejor en defensa, pero el Villarreal es un equipo que va al ataque con todo, y el valenciano es un verdadero puñal por la banda.

Mención especial merece el joven Pablo Íñiguez que, a sus 19 años, ha sido gravemente perjudicado por las lesiones, pues es un central en que Marcelino ha depositado toda su confianza, pero la frecuencia con que ha visitado la enfermería no le ha permitido coger continuidad en el equipo pasando a tener una presencia testimonial en el vestuario amarillo.

El buen trabajo táctico, el equilibrio defensivo y la solidez de este equipo se puede traducir en números. Con 44 goles en contra, el Villarreal ha sido el séptimo equipo menos goleado de la Liga BBVA, tan solo superado por Atlético de Madrid (26), Fútbol Club Barcelona (33), Real Madrid (38), Athletic (39) y Levante (43). Equipos como el Sevilla o la Real Sociedad, que a fin de cuentas han sido los que han peleado por una plaza europea junto con el ‘submarino’ han recibido ocho y once goles más respectivamente, por lo que queda reflejado que la solidez defensiva ha sido un claro elemento diferencial que ha permitido que los hombres de Marcelino estén ahí, luchando por volver a ser grandes en las entrañas del viejo continente.