Dos años de espera. Poco margen de tiempo para tan gran cambio. De acoger al Manchester City, a las penurias de Segunda División. Pero por fin llegó el día. En el pueblo se respiraba fútbol. La vuelta a los orígenes, al lugar donde empezó todo. A Europa. Eso sí, el esperado día quedó manchado tras la muerte del padre de Marcelino. Un motivo más para vencer.
Sin minuto de silencio por la normativa UEFA, el balón echó a rodar. Fieles a su líder, los pupilos de Marcelino querían darle una alegría en un día tan duro para él. Salieron con todo. La primera, dentro. Una triangulación perfecta al borde del área. Bruno, Cani, Gerard, gol. Golazo. Los amarillos parecieron estar en el patio del colegio ante la impávida mirada de unos chipriotas a los que solo les faltó aplaudir.
La siguiente noticia no fue tan positiva. Antonio Rukavina caía lesionado tras un choque con Stylianou y había de ser sustituido. Mario entró para dar la asistencia del que pudo ser el segundo. Gerard, en estado de gracia, mandó el esférico a la red, pero Hunter consideró que había cometido falta al zafarse de su marca.
Monólogo amarillo
El partido avanzaba; el Apollon, no. Agazapados atrás, los chipriotas no daban a basto para frenar a los amarillos. Jonathan dos Santos, Espinosa y Cani eran mucho para ellos. Cada vez que se asociaban en tres cuartos, pasaba algo. La siguiente la tuvo Vietto. Un disparo del argentino desde la frontal obligó a Vale a emplearse a fondo. El 'Submarino' quería más.
Una mala transición defensiva del Villarreal propició un fortuito choque en el que Jonathan impactó contra un muro llamado Gabriel. Tras unos instantes de incertidumbre, el mexicano se levantó. Un poco de agua para paliar el mareo y a mandar. El pequeño de los Dos Santos pide credenciales en la medular amarilla.
Hachazo antes del descanso
Poco a poco bajó el ritmo. La llegada del entretiempo era la mejor noticia para ambos conjuntos. El Villarreal necesitaba descanso, reordenarse y sentenciar. Los chipriotas, comprender que no habían venido a España para ver las maravillosas costas del Mediterráneo. Pero todo cambió cuando Vietto oteó el horizonte en la frontal, vio el desmarque de Espinosa y le brindó una inmejorable asistencia. Toma, métela. El talaverano, con clase, elevó el esférico hasta el fondo de la red. Despacito, romántico. Descanso.
A la vuelta, más Espinosa. El discípulo de Iniesta recibió en la izquierda, vio telarañas en la escuadra, y se empeñó en quitarlas. Fiesta. El Villarreal seguía jugando de lado a lado, llevando la manija del encuentro sin pasar ningún apuro. Bastaba con un simple acelerón para generar peligro. Adrián Marín fue un puñal por la izquierda. 17 años tiene el chaval. Un centro suyo lo estampó Gerard contra el larguero.
A la siguiente no perdonó el catalán. Gio se fue de todos y lo vio solo en el punto de penalti. Gerard, a placer, puso el cuarto. Más fiesta. Los olés de El Madrigal despidieron un partido que tardó dos largos años en llegar; que, como todo lo bueno, se hizo esperar. Y llegó con una fiesta. La fiesta del fútbol.
| Villarreal (4) | Apollon Limassol (0) | ||
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|  |  |
| Juan Carlos | 6 | Vale | 5 |
| Rukavina | 5 | Stylianou | 6 |
| Gabriel | 8 | Merkis | 4 |
| V. Ruiz | 7 | Joao Paulo | 5 |
| A. Marín | 7 | Vasilou | 5 |
| Bruno | 6 | Hamdani | 4 |
| J. Dos Santos | 8 | Meriem | 5 |
| Cani | 7 | Papoulis | 5 |
| Espinosa | 9 | Robert | 5 |
| Vietto | 7 | López | 5 |
| Gerard Moreno | 8 | Sangoy | 4 |
| Cambios | |||
| Mario | 7 | Abraham | 3 |
| Gio | 7 | Thuram | 5 |
| Trigueros | 6 | Rezek | - |
