El Villarreal se mide este domingo a uno de los equipos que mejor trata el balón de la Liga BBVA y pese a que no se vea reflectado en la clasificación sí puede verse en los datos post partido. El Rayo se caracteriza por ser un equipo que se gusta a si mismo con el balón controlado, la posesión es sin lugar a dudas su punto fuerte. Culpa de ello la tiene el míster, Paco Jémez, que siempre apuesta por una filosofía de juego que hasta el momento le está dando una buena serie de grandes resultados.

Amarrado a la zona media de la tabla y con 23 puntos se encuentra más cerca de puestos peligrosos que de Europa, pero la realidad es que competir con Málaga, Valencia, Sevilla o Villarreal queda un poco lejos. Sus objetivos no son otros que mantenerse alrededor de la décima plaza, son décimo segundos por lo que todo va sobre ruedas.

En el partido de ida, en el Madrigal, el Rayo se antepuso a domicilio a un equipo que hacía aguas en los primeros instantes de juego pero que pronto resurgió de sus cenizas para marcar una remostada épica. El estadio de Vallecas no es un campo sencillo para nadie, tampoco para el Villarreal, que ha visto cómo años atrás ha sufrido la gota gorda para sacar los puntos del barrio madrileño.

El Villarreal suele llevar el peso de sus partidos, tanto en casa como fuera, pero este no es un estadio fácil por la presión del respetable y por el juego del equipo local. Será un duelo de tú a tú en el que el Rayo no dudará en plantarle cara a un alicaído Villarreal, que viene de sufrir un varapalo bastante importante en la Copa del Rey. Posiblemente, el club que mejor domine el juego sea el que finalmente se lleve los tres puntos, unos tres puntos vitales para ambos.

Los de Paco Jémez no dudan en tocar el balón con tranquilidad, triangular y marear al rival hasta ver la ocasión perfecta. Pero, aun así, es un equipo rápido en la zona ofensiva por lo que no extraña cuando los vallecanos arrancan a toda velocidad desde terreno propio hacia portería contraria formando una rápida contra.

Un cruce interesante, complicado de prever el final, posiblemente por la gran igualdad de juego que hay entre ambos. Aun así, el equipo inquilino parte como principal favorito para llevarse el partido.