No es precisamente habitual que el Villarreal fiche a un jugador con vistas a llevar un peso importante y específico en el proyecto deportivo del equipo a medio-largo y no termine dando un resultado similar al esperado. Normalmente cumplen un perfil similar: llegan en una etapa de madurez, en torno a los 25 años y vienen a dar un salto cualitativo en sus trayectorias, compitiendo al fin a nivel europeo, o pasando de una liga menor, a la liga española.

Dos nombres que funcionan como perfecto ejemplo: Rio Mavuba, que llegaba (presentado por sorpresa) en 2007 con expectativas de convertirse en pieza clave en la medular y en uno de los nombres propios del esqueleto del Villarreal, nunca convenció a Pellegrini y terminaría saliendo cedido, durante el mercado invernal de esa misma temporada, al Lille, donde acabaría traspasado; y Jonathan De Guzmán, que se encontró, desde el primer minuto, con un papel, el de sustituir al recién traspasado Cazorla al Málaga de Al Thani, mucho más complejo y amargo. Llegaba tras una excepcional temporada en Mallorca, después de superar el estancamiento al que las lesiones le habían llevado en Holanda. Desde el el principio descolocado en el sistema de Garrido, no encontró espacio para su fútbol ni como interior, ni como acompañante de Bruno en la medular. La dupla Cani-Valero se impondrían en la titularidad y el canadiense terminaría poniendo rumbo a Inglaterra al año siguiente, tras el fatídico descenso del conjunto de Vila-Real. Allí trabajaría a las órdenes de Roberto Rodríguez en el Swansea, donde, primero en forma de cesión y, después, como traspaso definitivo, encontró la estabilidad.

El caso de Gio

Quizás no sea justo establecer una comparación entre los dos anteriores nombres y el de Giovani Dos Santos. Principalmente, porque Gio sí ofreció un buen rendimiento en su primera campaña con el Villarreal, bastante acorde a lo que se esperaba de él y a la fuerte apuesta que el club había realizado por sus servicios (su traspaso, junto a Tomás Pina, le costó en torno a los diez millones de euros a las arcas del equipo de La Plana).

Gio Dos Santos llegaba, como De Guzmán, también desde Mallorca tras una de sus mejores campañas en La Liga y después de haber superado una serie de cesiones desde el Tottenham. Canterano del Barça, dio el salto al primer equipo junto a Bojan, en la última etapa de Rijkaard en el banquillo blaugrana. Destacaba por su zurda, por su velocidad y, dicen, por su capacidad de definición. Su estancia en el equipo de la Ciudad Condal fue tan brillante como fulgurante: una sola temporada, la del salto al primer equipo, 28 partidos y tres goles en Liga, para terminar saliendo traspasado al Tottenham.

La aventura inglesa

Los londinenses incorporaron al mexicano como apuesta de futuro. Tanto es así que, después de sufrir una importante lesión en el maléolo que le mantuvo alejado de los terrenos cerca de dos meses, Giovani salía en busca de los minutos y la continuidad que su desarrollo exigían al Ipswitch Town de la Segunda División Inglesa en forma de cesión. Su estancia allí se saldaría de forma positiva, con cuatro goles en ocho partidos.

Gio celebrando un gol con la elástica 'spur'. Foto: UEFA.

Sin embargo, en su vuelta a Londres, el mexicano se encontró con un panorama menos halagüeño del esperado. De nuevo una lesión y la falta de oportunidades le empujarían a encadenar, después de seis meses en los que apenas participó en un partido, otras dos temporadas de cesiones. La primera, al Galatasaray turco reportaría minutos al azteca (participó en 18 partidos), pero no la confianza que su juego necesitaba.

Vuelta a España...

Esa inestabilidad resultaría clave para que, cuando la opción del Racing de Santander apareciese al año siguiente, Gio decidiera volver a España para intentar emular su etapa más estable como futbolista, en la Masía. Allí, en Santander, el azteca se reencontraría con su fútbol, precisamente bajo las órdenes de Marcelino García Toral y, curiosamente, aún actuando en banda izquierda. Los seis meses que pasó en España se saldarían con dieciséis partidos, seis goles y la recuperación total de su autoestima.

...y a Inglaterra...

Por ello, cuando en la temporada 2011-12, el Tottenham volvía a apostar por Dos Santos en su primer equipo al azteca no le valdrían de nuevo cesiones o medias tintas. Pero ni ese autoestima, ni la confianza, ni el empeño que el ahora jugador amarillo tuvo de permanecer en Londres la temporada completa le ayudarían a encontrar su sitio en los sistemas de Harry Redknapp. De nuevo, su temporada se saldaría con una muy escasa participación: apenas siete partidos en Liga, uno en Copa y cuatro en competición europea, en los que sumaría dos goles. Algo no le funcionaba en Inglaterra. Era la hora de dar un paso atrás para coger impulso.

... y viceversa

Y precisamente eso hizo en Mallorca en la 2012-13. Con plena confianza en sus herramientas y recursos, Giovani volvió a recordar a aquel canterano que dejó mostrar sus virtudes en su breve pero intenso paso por el primer equipo del Barcelona y que, posteriormente, solo había aparecido de manera muy puntual. Su temporada acaba con seis goles en 29 partidos de Liga. El azteca fue el mejor de un Mallorca que, eso sí, no consiguió librar el descenso.

Giovani en un encuentro con el Mallorca. Foto: Mesport.

Tanto brilló Gio en Mallorca que en su triunfante vuelta a la Liga BBVA el Villarreal decide dar el todo por el todo por el azteca, al que también pretendían equipos en un mejor contexto deportivo como el Valencia. El proyecto deportivo, la posibilidad de reencontrarse con Marcelino y la decidida apuesta de Roig de hacerse con sus servicios hicieron a Gio decantarse por la propuesta amarilla. Y en esa primera temporada todo fueron luces: las lesiones musculares le respetaron (apenas se perdió tres semanas de competición) y terminó siendo el segundo máximo goleador del Submarino, solo por detrás de Uche, con doce goles, su mejor marca realizadora en la máxima competición.

Por eso es ahora pertinente preguntarse, ¿por qué tiene Gio, un año después, pie y medio fuera de El Madrigal? ¿Qué le ha llevado a esta tesitura?

Las lesiones

La principal y primera razón por la que Gio no se ha encontrado a sí mismo esta campaña son las lesiones. Y digo primera porque el mejican prácticamente comenzó la temporada lesionándose. En septiembre se perdería hasta 20 días por una lesión muscular en el muslo. Dos meses después, unos problemas en el tendón de la corva le dejarían en el dique seco otros 42 días. En total, el mayor de los Dos Santos ha sumado hasta 87 días de baja por cuatro diferentes lesiones, perdiéndose la totalidad de 20 partidos.

La irrupción de Vietto

Las bajas de septiembre y, sobre todo diciembre provocaron que el testigo en la delantera lo recogiera, y de qué manera, Luciano Vietto. De más queda analizar la temporada del argentino, con todo lo que se ha escrito y hablado ya. Resulta más pragmático abstenerse a las cifras: mientras Giovani estuvo fuera, en septiembre y diciembre, el ariete argentino sumó cuatro de sus doce goles en Liga.

La fragilidad mental del mexicano

Casi como consecuencia de los dos puntos anteriores viene este último. En otras palabras, no se entendería esa fragilidad mental de Gio si en su camino no se hubieran cruzado desestabilizadores como las lesiones o la fulgurante aparición de un competidor, Vietto, más joven y, probablemente mejor preparado que él. La vuelta a los terrenos de juego de Gio, aún paulatina permitió que se viera reflejado el ansia del mejicano por volver a agradar a su público. El Gio asociativo, desequilibrante y que siempre ofrecía la opción más imaginativa de la pasada campaña había desaparecido. En su lugar, sobre el terreno de juego aparecía un jugador ansioso, precipitado e individualista. En ese aspecto individualista, incluso llegando a recordar a los peores momentos de Rossi.

Pero, ¿por qué no una segunda oportunidad?

Es esa falta de mentalidad competitiva la que ha lastrado la imagen de Gio para con Marcelino y la directiva. Donde antes había un proyecto importante de jugador, una pieza clave en la columna vertebral del 'Submarino' post-ascenso (Musacchio-Bruno-Gio), hay ahora un jugador incapaz de lidiar con la presión de la competencia en su puesto y, además, con cierta propensidad a las lesiones musculares.