La presente temporada del Villarreal está siendo, a diferencia con las dos anteriores donde se dio un arranque espectacular en la 13/14 y un comienzo irregular en la 14/15, de ser un equipo capaz de lo mejor y de lo peor. De ganar al Atlético de Madrid y colocarse líderes de la Liga BBVA, a encadenar tres encuentros sin conocer la victoria y lograr 1 punto de 9 posibles (ante Levante, Celta y UD Las Palmas).
Sin embargo, hay un aspecto realmente significativo del conjunto amarillo: su fortaleza defensiva. En el mercado de verano, la parcela ofensiva se remodeló completamente, pero apenas hubo fichajes de carácter defensivo, tan solo Víctor Ruíz (que estuvo cedido durante la 14/15) y Daniele Bonera como cuarto central. Así, los mimbres de la zaga amarilla se han reforzado y los Mario, Rukavina, Jokic, Jaume Costa, Víctor Ruíz y Bailly se están convirtiéndo en eficaces escudos para el Submarino, y teniendo en cuenta la baja del mariscal Mateo Musacchio, al que ya le queda poco para volver. Durante la pasada temporada, se criticó mucho el rendimiento de la defensa amarilla, en especial cuando no jugaba el argentino Musacchio, carencia que se ha solventado sin problemas con trabajo y esfuerzo en cada entrenamiento.
A día de hoy, el Villarreal es uno de los equipos que menos goles encaja de la competición liguera. Concretamente, son siete los tantos en contra recibidos por el conjunto castellonense, empatado con Valencia y Málaga. Solo Real Madrid y Atlético cuentan con una fortaleza de mayor efectividad que la del Submarino Amarillo, con Keylor Navas y Diego Godín como principales valuartes de los dos conjuntos madrileños. La dupla Víctor Ruíz-Eric Bailly se está desmarcando como una de las mejores de la liga española, y falta ver en que condiciones se encontraría Musacchio tras su vuelta, para comprobar si este muro amarillo puede incrementar su rendimiento o no. El tiempo lo dirá, pero de momento este Submarino está preparado para el bombardeo.