Buenas noticias para el Villarreal. Musacchio recibió una dura entrada el pasado sábado que hizo saltar las alarmas en el cuerpo técnico y en la afición, recordemos que el central viene de una fractura de peroné por la que tuvo que estar 8 meses alejado de los terrenos de juego. Pero esta vez la suerte sonríe, y todo ha quedado en un susto, pues solo tiene el golpe recibido, y el dolor del principio se ha ido rebajando.

Corría el minuto 72 en Bilbao, en un partido tosco, repleto de faltas, tarjetas y poco fútbol, cuando Sabin Merino realizó una dura entrada a Mateo Musacchio, con los tacos por delante y a la altura de la rodilla. El argentino pidió el cambio, y en su lugar entró el italiano Bonera. La preocupación de los servicios médicos se adueñó entorno a la posible lesión de un pilar como es el de Rosario, al recordar que hace menos de un año, él solo sufría una fractura de peroné y luxación de ligamentos en un partido contra el Getafe, que le mantuvo fuera del césped durante 8 largos y duros meses, pero el propio jugador notaba que solo había sido el susto y que, salvo contratiempo a lo largo de esta semana, el golpe recibido debería evolucionar bien y estar disponible a las órdenes de Marcelino de cara al próximo partido contra el equipo de Javi Gracia.

Marcelino se habrá alegrado de saber esto, pues de cara al fin de semana solo contaba con Víctor Ruíz como central, pues el marfileño Bailly sigue lesionado, y Daniele Bonera fue expulsado ante el Athletic. Al italiano, que salió sutituyendo al lesionado defensa argentino, en apenas veinte minutos le sacaron dos tarjetas amarillas. Ahora, con Musacchio con muchas opciones de jugar, el entrenador asturiano se sentirá aliviado de cara al planteamiento del encuentro contra el combinado andalúz, con el objetivo de seguir sumando la buena racha en liga, y afrontar la próxima semana donde vuelve la Europa League con el díficil encuentro ante el Nápoles.