La llegada de Roberto Soldado al Villarreal hace una temporada generó muchas dudas en la afición amarilla: su mal rendimiento en los últimos años en el Tottenham y los elevados 10 millones de euros que se pagaron por su traspaso; generó un gran escepticismo hacia el rendimiento que podría llegar a ofrecer. De esta forma, los castellonenses esperaban de Soldado que fuera el goleador que acostumbró a ser en su dilatada experiencia en nuestra Liga Española. Pero para sorpresa de propios y extraños, la imagen del delantero valenciano que hemos recibido ha sido radicalmente distinta.
Soldado ha evolucionado hacia otro tipo diferente de jugador, pasando de ser un "nueve clásico" a ser un "diez": un jugador que baja a recibir, pasa, reparte, regatea, controla; pero sobre todo asiste. Y es que durante esta campaña, el teórico "killer" se ha destapado como todo un gran pasador, habiendo conseguido un total de 10 pases de gol, o lo que es lo mismo, el séptimo mejor asistente de la Liga; pero si nos llevamos la clasificación reduciéndola sólo a los delanteros, Soldado es el segundo en discordia sólo por detrás del uruguayo Luis Suárez, quien le supera por tres asistencias de gol.
Especialmente llamativa ha sido la pareja letal que ha formado a lo largo de toda la campaña con el otro delantero, el franco congoleño Cédric Bakambu, una dupla totalmente nueva que ha funcionado a las mil maravillas, compenetrándose el uno como el otro y el otro con el uno en sus movimientos, complicidad, pases y sobre todo de cara al gol. Llama la atención que, de las diez asistencias que ha repartido Soldado, ni más ni menos que ocho han sido para el ex del Bursaspor, de forma que Bakambu ha asistido al valenciano en tan sólo una ocasión, en concreto ante el Real Madrid.